_WiLloW_ escribió:¿Te das cuenta de que estás dando "una de cal y otra de arena"? Aunque en parte estoy de acuerdo, esa postura que mantienes roza la demagogia. Ya no es flipante que un obrero vote al PP (no voy a decir partido de derechas, aunque de base, lo sea). El "obrero" de hoy no es el obrero de principios del siglo pasado, ni del anterior. Como bien dices, pertenecemos a la clase media, no somos ni proletarios ni burgueses, así que no es tan descabellado que un currante de clase media vote al PP. Hay que mirar a la sociedad actual, no a la del pasado. Ésta es la postura que estoy manteniendo desde el principio del hilo. Si no hubiera empresas, no habría trabajo. Si no hubiera "patrones" (hoy dueños de empresas), no habría "currantes". El que todos seamos currantes (o patrones) es una utopía. Y más en los tiempos que corren. Quiero (si pudiera) proteger a los trabajadores, pero también a las empresas. Sin lo uno no hay lo otro.
Aunque es cierto que el obrero de hoy día ni trabaja 12 horas diarias ni pasa hambre, no deja de ser menos cierto que la gran mayoría de sus intereses chocan de frente con los de las empresas. El que hoy día muchos currelas dispongan de casa y coche propios y se pueda permitir dos vacaciones al año no implica que no pueda morir de un cáncer por los productos manipulados en su trabajo, o que el creciente fenómeno de la flexibilidad laboral no le condene a la desintegración de su vida social, o que cada vez sea mayor la precariedad laboral, lo cual impide un desarrollo normal del ciclo vital de una persona.
Todo eso y más está totalmente reñido con el fenómeno de la globalización, el just in time y su puta madre, base de la nueva economía de mercado que se impone a marchas forzadas, un capitalismo mucho más radicalizado ahora que la clase obrera está atontada porque ya ha conseguido dinero para comprarse su coche de 4 kilos con spoilers y alerones. A eso me refiero con lo de que pertenecemos a la clase media aburguesada. Económicamente sí, en otros aspectos no. Intelectualmente, nos están narcotizando a base de dinero y consumo, esta sociedad dista muchísimo de ser perfecta y están sustituyendo el pensamiento crítico por el conformismo, en definitiva, estamos agilipollados y eso es peligroso porque en este estado, es fácil hacernos comulgar con ruedas de molino.
Cierto, las circunstancias han cambiado mucho, pero no siempre para mejor, eso que quede claro.
Por otro lado, considero que igual que la derecha se ha reciclado y dado una visión global del mundo donde poder rapiñar agusto en los países del tercer mundo a la vez que ampliar mercados y proveerse de mano de obra barata, igualmente la izquierda debería empezar a hacer lo mismo, ampliar sus objetivos sociales sin encorsetarlos por fronteras ni razas y tratar de conseguir que los derechos sociales sean universales.
Esto, claro está, choca frontalmente con el concepto del liberalismo actualemente vigente. ¿Cómo van a ser competitivas las empresas si no pagan salarios de hambre a polacos o checos? ¿A quién se le ocurren tonterías como tener solo 8 horas diarias trabajando a las costureras chinas? Entonces les daría lo mismo poner la fábrica en Albacete que en Beijing, ya que los costes serían parecidos. Quizá así frenásemos el fenómeno de la deslocalización, o frenaríamos el consumismo este tan feroz y tan irracional que acabará con el planeta en un par de generaciones si sigue a este ritmo, o yo qué sé, lo que sí sé es que el que yo tenga unas playeras 10 euros más baratas no compensa el que un niño trabaje 10 horas cosiendo en un taller de afganistán. Eso también es conciencia de clase, eso también me impide votar al PP y sus amiguitos de las multinacionales (el PSOE también tiene coleguitas de esas calañas, y el PNV, y CIU, y casi todos, eso también es cierto, pero como dice el refrán:
de lo malo, malo, más vale una ostia que un palo )
_WiLloW_ escribió:katxan, nos estamos centrando en esos dos partidos (por lo menos yo: lo que se ha echado en cara es que un currante vote al PP, no a la ideología puramente de derechas). Lo que hay fuera, yo no lo conozco tan bien como para dar mi opinión.
Pues eso, que para mí es incomprensible aupar al poder a los amigos de quienes van a hacer todo lo posible por aumentar sus beneficios a mi costa y cuando ya me hayan exprimido bien me tirarán como a un kleenex usado. No entiendo a los masocas que les gusta la precariedad laboral, ni los contratos basura, ni la especulación inmobiliaria, ni los recortes en prestaciones sanitarias, ni las jubilaciones raquíticas, no entiendo a quienes prefieren pagar por cualquier servicio a aportar una parte de su salario en el sostenimiento de servicios públicos que nos sostengan a todos con dignidad.
Ya no quiero hablar de la instauración de tribunales ni estados de excepción, de la a día de hoy inexistente separación de poderes, clave en el sano funcionamiento de una democracia, del progresivo deterioro y deconstrucción de la seguridad social en favor de mutuas y seguros privados, ni de la creciente influencia de grupos fácticos de poder económico, auténticos gobernantes a la postre.
No, no, hay mucho, muchísimo por hacer y está claro quiénes se sienten cómodos hoy día en el statu quo, quién nos compra por un plato de lentejas, mientras deja que millones de personas mueran de hambre en el cuerno de África. ¿Y sabes qué es lo peor? Pues que la mayoría de la gente se da cuenta (o eso creo), pero se la bufa mientras tenga garantizado su gramo del fin de semana o la pasta suficiente para irse de vacaciones a Ibiza, se han perdido los valores, no los rancios aquellos cristianos o patrióticos, sino los de verdad, los que importan, los del respeto, el ansia de libertad, de solidaridad, de justicia y demás (sí, suena muy pomposo y rimbombante, qué le vamos a hacer). Nos venden mierda y la compramos (PP, PSOE y todos los que quieras poner) y además contentos porque viene envuelta con un lacito rosa y lo publicita Chuck Norris en el teletienda.
A pesar de todo lo anteriormente dicho, todavía hay mierdas que huelen peor que otras.
P.D. No querais ver aquí una defensa del comunismo ni nada parecido, me he pateado lo suficiente varios países ex-comunistas como para ver el desastre que supuso. La idea era bonita y había que probarla, pero me alegro de que se probase en otro sitio. Sin embargo, en algún sitio, en algún cerebro, tiene que estar la idea de una sociedad mejor, más justa, solidaria y respetuosa con el medio ambiente, donde no haya gente que se deje 5 millones de pesetas diarias en la suite de un hotel a dos kilómetros de personas que literalmente se mueren de hambre.