En China están muy mal, pero yo vivo en Europa y defiendo mis derechos aquí independientemente de que estén mejor o peor que en cualquier lado.
Por otra parte, a los chinos en China les cuentan que aquí censuramos y somos muy malos y los odiamos y que allí se está muy bién.
Pongo esto porque es lo primero que me ha salido.
identifica múltiples casos del uso del programa espía Paragon contra periodistas y defensores y defensoras de los derechos humanos en Italia, Donncha Ó Cearbhaill, director del Laboratorio sobre Seguridad de Amnistía Internacional, ha declarado:
El alarmante descubrimiento de que se ha utilizado Graphite, programa espía de Paragon altamente invasivo, contra periodistas y defensores y defensoras de los derechos humanos en Italia subraya el agravamiento de la crisis de vigilancia digital en Europa.
A pesar de los escándalos continuos y reiterados en Serbia, España, Grecia, Polonia, Hungría, y ahora Italia, las autoridades tanto nacionales como europeas han eludido tomar medidas efectivas. La vergonzosa permisividad de Europa respecto a la regulación del sector de la vigilancia está alimentando la crisis global generada por los programas espía.”
“Una investigación independiente llevada a cabo por el Laboratorio sobre Seguridad de Amnistía Internacional durante los últimos seis meses ha descubierto casos adicionales de aparente uso de programas espía para atacar a otros activistas de salvamento marítimo en Italia. Es casi seguro que la investigación que está llevando a cabo la sociedad civil desvelará más víctimas. Lo que estamos viendo es la punta del iceberg.”
El Graphite de Paragon es un programa espía altamente invasivo capaz de acceder de forma encubierta a los datos más íntimos y delicados del teléfono de una persona, y no puede ser auditado de forma independiente. Una herramienta tan intrusiva jamás cumplirá los principios de derechos humanos, y debe ser prohibida.
El mes pasado, WhatsApp notificó a 90 personas que habían sido blanco de programas espía, y los informes confirmaron que muchas de las víctimas eran periodistas y activistas de derechos humanos.
Durante más de un año, la Comisión Europea ha eludido aplicar las recomendaciones de la comisión de investigación del Parlamento Europeo sobre Pegasus y programas espía similares (Comisión PEGA), lo que deja a activistas, periodistas y otras personas vulnerables expuestas a estas peligrosas herramientas de vigilancia.