KuBy escribió:katxan escribió:Es curioso, porque es la misma ley actualmente vigente la que dicta que los presos deben cumplir condena lo más próximos posible a su lugar de origen y/o residencia.
Es decir, que hemos llegado al absurdo de que pedir que se cumpla la ley se ha declarado ilegal.
De eso nada, los terroristas tienen su propia politica penitenciaria.
Por supuesto que tienen su propia política penitenciario. Que se pasa por el forro de los cojones la ley penitenciaria. En este caso concreto es el propio gobierno el que está violando la ley, o mejor dicho, forzando su interpretación hasta un punto en que la ha despojado totalmente de valor, no quienes piden en una manifestación que se cumpla. Sin embargo se legitima a los primeros y se criminaliza a los segundos.
Y creo que por ahí van los tiros de este informe: no es posible una ley tan ambigua como la actual de enaltecimiento del terrorismo que permita que bajo esa denominación entre absolutamente todo lo que le salga de la punta del nabo en cada momento al jurista o político de turno. Lo que piden es que se especifique en la ley qué es enaltecimiento del terrorismo. Que digan: esto sí lo es y esto no. Porque ahora mismo realmente nadie sabe dónde está la raya.
Se ha llegado al extremo de detener al primo de un etarra por ir a recibirlo al salir a la calle acusándolo de homenajearlo. ¿Dónde está el límite? Está claro que si se recibe a un etarra excarcelado con banderas y confettis y se baila un aurresku en su honor puede ser enaltecimiento, pero tiene cojones que un grupo de familiares vaya a recogerlo a la salida de la cárcel y los detengan. De una cosa a otra va un cacho largo.
Imaginad que la ley de tráfico no limita la velocidad a 120 km/h, sino que se limita a decir que es delito "correr mucho". Y en el mismo tramo de carretera le multan a un tipo por ir a 50 km/h y en cambio a otro que va a 190 no le pasa absolutamente nada. Ese es el meollo del asunto y exactamente esa es la situación de la ley de enaltecimiento del terrorismo.
Lo que pasa es que si redactan la ley como deben, que es diciendo claramente qué es un delito y qué no, ya no la pueden instrumentalizar políticamente, no pueden cometer muchos abusos de poder que están llevando a cabo y, en última instancia, más de un demócrata de toda la vida tendría que medir muy mucho las bocachancladas que suelta a diario porque podría incurrir en un delito si está escrito negro sobre blanco qué es y cuándo concurre.