Espero una experiencia brutalmente inmersiva, donde el poder gráfico de las GeForce RTX 50 Series saque todo el jugo a DOOM: The Dark Ages: trazado de rayos al máximo, físicas realistas, iluminación infernal y un rendimiento sólido a 4K. Quiero que cada disparo, cada criatura y cada ambiente medieval demoníaco se sientan tan intensos como fluídos. Si DOOM ya es adrenalina pura, con la RTX 50 quiero que sea una auténtica carnicería visual sin compromisos.