Para nuestros padres era un esfuerzo descomunal, ya que esos precios eran una pequeña fortuna en la época.
Merecen nuestro agradecimiento y reconocimiento.
Por cierto, mi primer ordenador fue un Amstrad CPC 464 con monitor fósforo verde, una máquina que me fue muy útil y me flipaba... y no sólo para jugar.