Leyenda negra, y demás ingeniería social y cultural moderna en contra de españa, y su historia

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Oystein Aarseth escribió:El oro no tenia ningún valor económico para los pueblos prehispánicos, incluso hasta se lo regalaban a los conquistadores por lo tanto me pregunto, se puede decir que los españoles le robaron a los indígenas algo que no tenia ningún valor para ellos?, ningún valor mas que decorativo porsupuesto. Y quien nos dice que no fueron los mismos indígenas los que les dejaron a los conquistadores extraer ese material de las mínimas acá en América?


los indigenas con alguna excepcion notable las cantidades de oro que minaban eran anecdoticas, no es que tuvieran 50 kilos de oro cada uno en la choza para regalar.

no es que "los indigenas lo regalaran". simplemente los conquistadores tomaron el territorio y explotaron los recursos. pero no los agotaron, la gran mayoria de minas productivas en el siglo XVI seguian siendo productivas en el XVIII y XIX que ya las colonias se habian independizado de la metropoli.

Oystein Aarseth escribió:Por cierto yo no considero que Europa le deba nada a America, así se manejaba antes el mundo, llega alguien a conquistar tierras y se llevaba lo de valor


no se que corriente es la mayoritaria pero lo que si te puedo decir es que la de "españa nos ha robado" hace bastante ruido.

aunque yo creo que en la mayoria de casos son politicos que lo que intentan es "sacarle el jugo" a españa. se han pensado que aqui hay una barra libre de buenismo tal que si vienen y nos lloran vamos a regar de billetes en donde sea... y no es tan asi, sobre todo porque no tenemos tanto billete con que regar. [angelito]
@GXY Bueno es cierto que eso de que los indígenas les regalaban en oro a los conquistadores no era tan asi creo que exagere un poco [+risas] , mas bien lo intercambiaban en truques, lo que si es cierto es que el oro no tenia ningún valor económico para ellos. No considero que los indígenas se sintieran "saqueados" como dicen la leyenda negra de este lado del océano.

Y sobre lo segundo que dices pues es cierto, eso de que los españoles nos robaron el oro mas bien es algo que usan los gobiernos populistas como el que tenemos en Mexico para ganar simpatía y crear un sentimiento de unidad, aunque esa unidad implique odiar a otros [+risas] [noop]
si habia un par de civilizaciones precolombinas que tenian bastante estima al oro no? los incas por ejemplo?
GXY escribió:si habia un par de civilizaciones precolombinas que tenian bastante estima al oro no? los incas por ejemplo?


Creo que lo ocupaban mas para cuestiones ritualistas pero no se mucho de esa civilización, hablaba de las civilizaciones mas por estos lares de norte y centroamerica (Aztecas y Mayas).
Oystein Aarseth escribió:
GXY escribió:si habia un par de civilizaciones precolombinas que tenian bastante estima al oro no? los incas por ejemplo?


Creo que lo ocupaban mas para cuestiones ritualistas pero no se mucho de esa civilización, hablaba de las civilizaciones mas por estos lares de norte y centroamerica (Aztecas y Mayas).


Los incas no tenían estima al oro tal y como nosotros lo concebimos. Para ellos tenia valor espiritual, no economico. El oro y las minas pertenecían al Inca y no se usaba para el comercio.
La importancia de controlar el relato.

No es un texto corto, pero si necesario.
https://ideas.gaceta.es/representacion- ... event=true






El ilustre padre literario de Sherlock Holmes fue un hombre nacionalmente afortunado puesto que nació en el país que consideró “la mayor fuerza benéfica del mundo”. Tan alto título lo consiguió el Imperio Británico gracias a la protección divina. Así lo explicó en su reportaje Nuestro invierno africano (1929) al referirse a Cecil Rhodes, principal constructor del África austral británica:

“Cecil Rhodes fue enviado por el cielo, como también está protegido por el cielo, por encima de toda institución humana, el Imperio Británico, que él tanto contribuyó a extender. Estoy convencido de que quien trabaja para éste, trabaja en sentido lato para Dios, pues, a pesar de los errores y tropiezos propios de toda institución humana, representa en la tierra como ninguna otra los atributos divinos del deber, la justicia, la ley, el orden y la tolerancia”.

Si estas palabras hubieran sido escritas por un español del siglo XVI, Conan Doyle se habría reído del fanatismo religioso característico de los españoles. Pero como fueron escritas por un británico en el XX, son razonables.

Mientras que el pecado nacional español es el nacional-masoquismo, el de los británicos es el nacional-narcisismo, tan injustificable y tonto el uno como el otro. Pero al menos ellos lo disfrutan. En su The Iron Kingdom (2006), el historiador británico Christopher M. Clark, eminente especialista en historia de Alemania, señaló la doble vara de medir utilizada tradicionalmente en su país para los hechos propios y los ajenos. Recordó, por ejemplo, que entre 1818 y 1847, las condenas a muerte en el reino de Prusia oscilaron entre veintiuna y treinta y tres al año, de las cuales nunca se llegaron a ejecutar más de siete. En la Inglaterra del mismo periodo, la media anual de condenas a muerte ascendió a 1.137, de las que se ejecutaron el 10 por ciento. Es decir, dieciséis veces más en la liberal Gran Bretaña que en la militarista Prusia. Además, mientras que la gran mayoría de las ejecuciones prusianas fueron por homicidios, las inglesas lo fueron por delitos contra la propiedad. Por otro lado, comentando la hambruna que diezmó Irlanda en la década de 1840, subrayó Clark que “si se hubiera producido la hambruna masiva entre los polacos de Prusia, ahora quizá estuviésemos viendo en ello los antecedentes del régimen nazi”.

Caso muy interesante fue el del desastre de la armada de 1588. Porque Felipe II y su gobierno se aseguraron de que todos los soldados fueran recompensados por sus servicios. Cuando llegaron a sus oídos noticias sobre algunos veteranos que estaban siendo despedidos sin recibir sus pagas, el rey declaró que “eso es muy ajeno de mi intención” y ordenó que no sólo se les pagara lo regular, sino que se les gratificase en lo posible. El gobierno inglés, por el contrario, se desentendió de los soldados que acababan de vencer a sus enemigos y se negó a compensar a los heridos y enfermos, por lo que los comandantes tuvieron que hacerse cargo de sus propios hombres ante el desinterés gubernamental. Confiaban en que, como escribió Lord Burghley, mano derecha de la reina inglesa, “por muerte o por enfermedad, o algo parecido (…) podamos ahorrarnos algo de la paga general”. En su ya clásico La Gran Armada (1988), los historiadores británicos Colin Martin y Geoffrey Parker han escrito al respecto:

“[Burghley] tenía la intención de que esos desafortunados no recibieran nada por su participación en la derrota de la Armada española (…) Quienes habían contraído enfermedades o habían sido heridos durante la campaña de 1588 quedaron abandonados a la caridad individual de sus capitanes o de las ciudades donde fueron desembarcados. Quizá sólo la mitad de los hombres que lucharon por Inglaterra en 1588 vivieron para celebrar las Navidades siguientes”.

Sin embargo España y Felipe II han pasado a la historia como los tiranos, e Inglaterra e Isabel como los defensores de la justicia. Y los mismos españoles han acabado creyéndose esta visión de su historia, teniendo que esperar a las últimas décadas para empezar a ver publicados trabajos en los que la historia de la España de aquellos días es presentada sin prejuicios… principalmente por historiadores británicos.

Pero regresemos a Conan Doyle, probablemente el representante supremo de la larga tradición de literatos británicos que han gustado de presentar a los españoles –y, en general, al mundo católico-latino– con colores maniqueamente oscuros. En sus novelas medievales La compañía blanca y Sir Nigel, describió a los españoles como déspotas, lujuriosos y cobardes cuya simple presencia desagrada. Los soldados españoles son una horda de bárbaros indisciplinados y sanguinarios, de apariencia y costumbres afroasiáticas –el autor no pierde oportunidad de mencionar que los españoles son oscuros, velludos y de mirada torva–, que sólo se lanzan a la lucha cuando están en franca superioridad numérica y que ante la suerte adversa chillan como ratas encomendándose a los santos y pidiendo clemencia rastreramente. Los ingleses, por el contrario, son unos caballeros de límpida mirada, melena al viento, elegantes ademanes, generosos impulsos, intachables en todo momento.

En sus novelas sobre las guerras napoleónicas, la imagen de los españoles no cambió. Durante el siglo XIX, con su literatura gótica y folletinesca, se diseñaron las líneas maestras de la imagen que de España se tiene hoy en el mundo. El autor que quizá más eficazmente marcó la pauta a seguir fue el bostoniano Edgar Allan Poe, que en su conocidísimo relato El pozo y el péndulo (1842) representó una opresiva España decimonónica de inquisidores (“los más demoníacos de los seres humanos”) que empleaban en sus mazmorras los más espantosos artificios. Pero la humanidad y la justicia llegaron en manos de los soldados napoleónicos que salvan in extremis al protagonista de la historia. Medio siglo después de Poe, Conan Doyle escribió en dos tomos las trepidantes aventuras del Brigadier Gérard (1896 y 1903), algunos de cuyos episodios transcurren en una España tenebrosa, ignorante y cruel en la que sólo se ven monjas, curas fanáticos y aldeanos supersticiosos en un marco arquitectónico dominado por iglesias y conventos. España no era más que el campo de juego donde se enfrentaron los caballerosos ejércitos francés y británico, quedando para los españoles el papel de bandoleros cobardes y asesinos.

No estuvo solo en estos menesteres, puesto que su admirada Francia no se quedó corta en el cultivo de la hispanofobia. El emperador de la poesía gala, por ejemplo, dedicó un poema a su padre, el general Joseph Hugo, que luchó en la guerra española. Titulado Tras la batalla, relata un encuentro entre el militar francés, un caballero generoso, y el español, un moro traicionero:

“Mi padre, ese héroe de dulce sonrisa,

junto a un húsar al que apreciaba por encima de todos

por su gran valentía y su alta estatura,

recorría a caballo, después de una batalla,

el campo cubierto de muertos al caer la noche.

Le pareció oír un leve ruido entre las sombras.

Era un español del ejército en desbandada

que se arrastraba ensangrentado por el borde de la carretera,

gimiendo, destrozado, lívido y medio muerto.

Y que decía: ¡Agua! ¡Agua, por piedad!

Mi padre, conmovido, le tendió a su fiel húsar

una cantimplora de ron que colgaba de su silla,

y dijo: Toma, dale de beber a este pobre herido.

De repente, en el momento en que el húsar

se inclinó hacia él, el hombre, una especie de moro,

agarró una pistola que aún empuñaba,

y apuntó a la frente de mi padre gritando: ¡Caramba!

El tiro pasó tan cerca que el sombrero cayó

y el caballo saltó hacia atrás.

Dale de beber de todos modos, dijo mi padre”.

Respecto a la conducta caballerosa de franceses e ingleses, cabría mencionar que tanto unos como otros saquearon todo lo transportable. Por mencionar solamente el episodio final, el equipaje del rey José, aquel fabuloso tesoro fruto del saqueo de cinco años, quedó tirado en los campos por la huida precipitada de los franceses tras la batalla de Vitoria. Pero los soldados ingleses y portugueses, en vez de perseguirlos en su desbandada, se lanzaron sobre tan inesperadas riquezas. Como reconoció Wellington, sus soldados, “en vez de emplear la noche en el reposo y el alimento, y en prepararse para la persecución del día siguiente, la dedicaron al pillaje, con la consecuencia de que no fueron capaces de perseguir al enemigo y aniquilarlo completamente”. Además, saquearon las aldeas de los alrededores de Vitoria.

Pero todavía faltaba la traca final: el saqueo y destrucción de San Sebastián. Porque tras la salida pactada de los franceses, honrados y respetados por los anglolusos, los aliados de España se dedicaron a emborracharse, robar, asesinar y violar a las mujeres. La ciudad quedó arrasada y tuvo que ser construida de nuevo.

Guerra de la Independencia aparte, cualquier motivo, por peregrino que fuese, le sirvió a Conan Doyle para reafirmar su opinión de que la ignorancia y el fanatismo religioso son características innatas de los españoles. En una ocasión fue invitado a almorzar con la anciana exemperatriz Eugenia de Montijo en su exilio londinense. Allí observó que la añosa dama se entretenía completando rompecabezas, lo que le llevó a escribir que “los juguetes de los niños ocupaban la mente que en otro tiempo jugó con imperios. Hay sin duda algo fatal en esta sangre española, con su religión estricta y fanática y su imperiosa intolerancia, magnífica pero medieval, como la iglesia que la inspira”. Cuando se quiere, cualquier argumento sirve para cualquier cosa. Construir rompecabezas demuestra el fanatismo religioso. Nada más lógico. El hecho de que Conan Doyle fuese un prominente masón y un no menos prominente promotor del espiritismo parece hacer comprensible que no tuviera muchas simpatías por el catolicismo.

Pasaron los años y llegó el momento del horror que había desatado la Bélgica del rey Leopoldo en un Congo que las demás potencias coloniales habían puesto en sus manos con la promesa de organizar una administración benéfica en tan atrasado país. Pero la esclavización, las mutilaciones y los asesinatos de una cantidad inimaginable de indígenas, en un principio llevados con discreción, acabaron saltando a las portadas de los periódicos y los consejos de ministros de todos los países europeos.

Siguiendo la estela del informe Casement, Conan Doyle dedicó un libro en 1909 a denunciar el inmenso crimen de Leopoldo y sus funcionarios, al que calificó como “el más grande conocido en los anales de la humanidad”. Pero ya en el prefacio, y como comparación, surgió la hispanofobia aunque no viniera al caso:

“Ha habido expropiaciones como la de Inglaterra por los normandos o la de Irlanda por los ingleses. Ha habido masacres en pueblos como la de los suramericanos por los españoles, o de naciones sometidas por los turcos”.

Los ingleses, por lo visto, se limitan a expropiar. Sólo pueblos salvajes como los turcos y los españoles masacran. Menos mal que habían llegado los belgas para superarlos.

Aprovechó la ocasión el nordicista Conan Doyle para defender el carácter benéfico del colonialismo alemán equiparándolo con el británico:

“Una prueba de la honestidad de la política colonial alemana, y de la aptitud de Alemania para ser una gran potencia terrateniente, está en que casi todas sus colonias tropicales, como las nuestras, tienen un gran déficit económico”.

Y a continuación, el inevitable contraste:

“Es muy fácil mostrar un saldo económico favorable cuando una tierra se explota como España explotó Centroamérica, o como Bélgica explota el Congo. Siempre es más provechoso saquear un negocio que dirigirlo”.

Pero cinco años después de la denuncia congoleña le tocó el turno a su hasta entonces admirada Alemania como diana de su indignación. Porque cuando el mundo entero condenó la invasión de la neutral Bégica por los ejércitos del Káiser, el infalible justiciero escribió un nuevo libro, La guerra alemana (1914), en el que proclamó que no se había visto en Europa horror semejante desde… las campañas del duque de Alba. Y comparó la destrucción de Lovaina con la inmortal “furia española” de Amberes.

No lo pudo evitar. Un valor seguro, el bueno de Conan Doyle.
GXY escribió:si habia un par de civilizaciones precolombinas que tenian bastante estima al oro no? los incas por ejemplo?

Yo cuando estuve en Perú nos dijeron que para los incas el oro era para tema ornamental, rituales y tal, pero que no le veían un valor “monetario”.

Y otra cosa que me sorprendió mucho, de hecho no me la esperaba para nada, es que muchos peruanos son bastante pro-España. Me explico: mucha gente allí tiene la sensación de que el discurso de “es que nos robaron el oro” ha servido durante décadas para justificar una mala gestión y una corrupción galopantes. Y sobretodo la gente joven y de ciudad, está saliendo muy contraria a ese discurso.

Quiero decir, que ellos mismo saben lo que hay. Que tontos no son vaya. Recomiendo mucho también indagar sobre la historia de los últimos sapa incas. Para cuando llegaron los españoles, había tanta división interna (hasta una guerra civil entre Huáscar y Atahualpa) que los conquistadores españoles lo tuvieron todo de cara. Creo que era Pizarro que decía que de no haber sido por esas divisiones, hubieran durado en America 5 minutos como quien dice.

Como siempre en estos casos: diferentes épocas, otros contextos. Pero ni medianamente comparable a las barbaridades que cometió el Imperio Británico allá donde fue o Leopoldo II en el Congo por poner dos ejemplos.
Alexios escribió:
GXY escribió:si habia un par de civilizaciones precolombinas que tenian bastante estima al oro no? los incas por ejemplo?

Yo cuando estuve en Perú nos dijeron que para los incas el oro era para tema ornamental, rituales y tal, pero que no le veían un valor “monetario”.

Y otra cosa que me sorprendió mucho, de hecho no me la esperaba para nada, es que muchos peruanos son bastante pro-España. Me explico: mucha gente allí tiene la sensación de que el discurso de “es que nos robaron el oro” ha servido durante décadas para justificar una mala gestión y una corrupción galopantes. Y sobretodo la gente joven y de ciudad, está saliendo muy contraria a ese discurso.

Quiero decir, que ellos mismo saben lo que hay. Que tontos no son vaya. Recomiendo mucho también indagar sobre la historia de los últimos sapa incas. Para cuando llegaron los españoles, había tanta división interna (hasta una guerra civil entre Huáscar y Atahualpa) que los conquistadores españoles lo tuvieron todo de cara. Creo que era Pizarro que decía que de no haber sido por esas divisiones, hubieran durado en America 5 minutos como quien dice.

Como siempre en estos casos: diferentes épocas, otros contextos. Pero ni medianamente comparable a las barbaridades que cometió el Imperio Británico allá donde fue o Leopoldo II en el Congo por poner dos ejemplos.


es que cuando dije "estima" no me referia necesariamente a "finanzas". ademas las civilizaciones precolombinas americanas no eran "pre-capitalistas" como si lo fueron los romanos en europa por ejemplo, donde el oro si tenia mucho mas "valor-moneda" ademas del uso ornamental. de todos modos cuando se habla del tema se tiende a hacer trasposiciones directas y no es una cosa tan sencilla.

pero a lo que voy es que mi frase no es inexacta de todos modos. los incas, mayas y aztecas, tenian bastante aprecio al oro, lo extraian, acumulaban y usaban en lo que consideraban conveniente que no eran usos baladís, y no lo regalaban ni lo trocaban "a cambio de espejos" como menciona algun mito. otra cosa relacionada pero no excluyente es que no lo utilizaran como moneda.

respecto a la leyenda negra española, aparte de usos politicos torticeros como el que se ha venido haciendo en los ultimos tiempos desde sitios como venezuela o mexico, en mayor grado es cortesia de nuestros amigos y vecinos europeos, que nos quieren mucho. ( :-| ) y eso claro, ha permeado a la perspectiva estadounidense que hoy dia es la mas influyente. los españoles por el mundo no fuimos unos santitos, pero esta claro que fuimos menos hideputas que otras naciones, pero como se suele decir, el relato lo cuentan los vencedores y españa desde su maxima expansion en el XVI basicamente no hizo mas que perder y perder y perder, no solo intereses y territorios sino tambien "el relato". :-|
Al hilo de lo que estais comentando, veo esta entrevista en el Mundo:

https://www.elmundo.es/cultura/2025/10/ ... b45a9.html

Juan Miguel Zunzunegui: "El Gobierno le dice a los mexicanos que odien a España"

El historiador mexicano escribe 'Al día siguiente de la conquista', un ensayo dedicado a desmentir la idea de la hispanidad como guerra y sumisión que, según denuncia, se ha convertido en la doctrina oficial de Claudia Scheinbaum

"Papá cruzó el mar, violó a Mamá y así nació México". Con esas palabras casi textuales sintetiza el historiador mexicano Juan Miguel Zunzunegui la manera en que sus compatriotas entienden hoy la fundación de su cultura en 1517. Para desmentirla, Zunzunegui ha escrito Al día siguiente de la conquista (La Esfera de los Libros) y dará mañana, en la Fundación Rafael del Pino de Madrid, una conferencia magistral.
.....


quien quiera leerla entera, ya tiene el enlace.

Mi opinión sobre esto es simple: aquellos países que fueron colonias o que se siente así, son los mismos países que han fracasado por si mismos desde su independencia y que se dedican a echar mierda y culpabilizar a otros por lo que, simplemente, son fallos suyos.

A mi esto me recuerda a cierta gente que, ya en edad adulta, toma malas decisiones, van por mal camino y pretende culpabilizar a sus padres... En vez de asumir todo lo que han hecho mal ellos. Ellos sabrán: a mi me importa un pito lo que piensen... Pero a lo mejor son ellos los que tienen que pedir perdón por faltarnos el respeto.
@Alexios Perú no tiene ese odio hacia España porque su conquista, mestizaje, historia y evolución no tuvo nada que ver con lo ocurrido en México. Y de hecho la historia que se cuenta en sus colegios y en los nuestros es la misma, y bebe de la misma fuente: Las crónicas del Inca Garcilaso de la Vega.

En 1522 el Tahuantinsuyo ya había colapsado, y Pizarro inició la conquista con unicamente 13 hombres. El Perú precolombino en su última etapa ee una crónica de usurpación, traiciones, asesinatos y muertes convenientes en un imperio que se caía a pedazos. Al contrario que en México, Castilla no conquistó por su supremacía bélica. Lo hizo por alianzas en una población harta de pasar miseria y opresion, y sumida en una guerra civil.

España y Perú crecieron de la mano. Y si has estado en Perú habrás podido ver como el mestizaje fue real a todos los niveles. No tienen ese odio institucionalizado porque son conscientes de ese pasado común, y no reniegan de el. Por supuesto que a nivel particular te puedes encontrar algún reaccionario, pero no es ni de lejos, la tónica general.
Estwald escribió:Al hilo de lo que estais comentando, veo esta entrevista en el Mundo:

https://www.elmundo.es/cultura/2025/10/ ... b45a9.html

Juan Miguel Zunzunegui: "El Gobierno le dice a los mexicanos que odien a España"

El historiador mexicano escribe 'Al día siguiente de la conquista', un ensayo dedicado a desmentir la idea de la hispanidad como guerra y sumisión que, según denuncia, se ha convertido en la doctrina oficial de Claudia Scheinbaum

"Papá cruzó el mar, violó a Mamá y así nació México". Con esas palabras casi textuales sintetiza el historiador mexicano Juan Miguel Zunzunegui la manera en que sus compatriotas entienden hoy la fundación de su cultura en 1517. Para desmentirla, Zunzunegui ha escrito Al día siguiente de la conquista (La Esfera de los Libros) y dará mañana, en la Fundación Rafael del Pino de Madrid, una conferencia magistral.
.....


quien quiera leerla entera, ya tiene el enlace.

Mi opinión sobre esto es simple: aquellos países que fueron colonias o que se siente así, son los mismos países que han fracasado por si mismos desde su independencia y que se dedican a echar mierda y culpabilizar a otros por lo que, simplemente, son fallos suyos.

A mi esto me recuerda a cierta gente que, ya en edad adulta, toma malas decisiones, van por mal camino y pretende culpabilizar a sus padres... En vez de asumir todo lo que han hecho mal ellos. Ellos sabrán: a mi me importa un pito lo que piensen... Pero a lo mejor son ellos los que tienen que pedir perdón por faltarnos el respeto.


Así es.

Mira la situación política en México, nos gobierna un partido político cuya premisa principal es culpar a todo mundo de la situación del país, a los conservadores, a Calderón, a los medios de comunicación, a Estados Unidos, a España, etc. Somos el perfecto ejemplo de país que nunca asume su propia responsabilidad de su situación, claro no pretendo generalizar, hay mucha gente que si sabe hacer autocritica pero hay mucha otra que no, si es pobre y no tiene dinero es siempre por culpa de alguien mas, si hace algo mal en su curro, busca la manera de culpar a alguien mas, etc.

Sobre el tema de disculparse bueno creo que solo caldearía mas los ánimos(fomentar mas el odio), no creo que sea tan necesario hacer eso de disculparse, pero si reconocer que fue un grandísimo error pretender que la madre patria se disculpe por algo gracias a lo cual existimos. Lo que se necesita para limar asperezas entre México y España es bajarle a la soberbia de ambas partes y ser mas humildes.
mozkor17 escribió: Al contrario que en México, Castilla no conquistó por su supremacía bélica. Lo hizo por alianzas en una población harta de pasar miseria y opresion, y sumida en una guerra civil.


El ejército que conquistó el imperio mexica estaba compuesto por 200.000 guerreros tlaxcaltecas, totonacas, chichimecas y otros pueblos enemigos de los mexicas y tan solo 1.300 españoles (Cortés nunca tuvo más de 3.000 soldados españoles bajo su mando)

Por eso se dice que la conquista de México la hicieron los indios y la independencia los españoles.

La diferencia es que la independencia de Perú no se hizo de España sino de la Gran Colombia, el estado creado por Bolívar. En Perú se tiene una visión negativa de Bolívar y todo el período de las guerras secesionistas contra España que allí no tienen la connotación de liberación de otros países como México.
@NWOBHM Las rebeliones de Tacna, Huanuco y Cuzco contra el gobierno limeño fueron el germen de la independencia peruana y significaron el principio del fin del virreinato, culminado en 1821. Perú en 1821 ya era un estado soberano e independiente. Su relación con el invento de Simon Bolívar fue efímera cronológicamente y se le recuerda únicamente por su título y la batalla de Ayacucho, más propagandística que con connotaciones reales ya que ni siquiera el estaba al frente.

De hecho, en Perú no se recuerda a Simon Bolívar ni bien ni mal. Los padres de la revolución son Tupac Amaru y Jose de San Martín. Amén de que Perú no fue parte de la Gran Colombia.
No se puede observar el pasado con una sensibilidad moderna, y si cometemos ese error entonces consideremos los últimos trescientos mil años una serie interminable de abusos y genocidios, y no nos centremos sólo en los cometidos por nuestros antepasados. Eso, además de idiota, es masoquista. E injusto, porque el primer puesto en este ranking genocida no es nuestro. Ni siquiera es de la Alemania Nazi, aunque sus intenciones eran las peores. Históricamente, los únicos que han exterminado un pueblo (casi) completamente en la historia moderna, son los anglosajones. Sí, los mismos que alimentan la leyenda negra española. Solo hay que ver quienes pueblan el sur y del norte americano.
Lo principal es eso.. no podemos mirar al pasado con el mismo prisma y la misma etica que ahora...
Estuve escuchando un podcast sobre texas y su historia y me parecio muy curiosa la forma de colonizar de españa y la de los habitantes protestantes...
España creaba misiones para evangelizar y posteriormente absorver a la poblacion... y cuando llegaron los colonos protestantes lo que hacian era exterminar a la poblacion indigena, y llenar las tierras de mas colonos, incluso exterminaban bufalos indiscrimidamente para matar de hambre a las tribus indigenas de la region.
Dos formas de colonizar... que si que ahora lo vemos con nuestra perspectiva y todos fuimos muy malos, pero los palos que se ha llevado españa no se los ha llevado inglaterra o sus descendientes cuando estos han cometido autenticas salvajadas
Nunca olvidéis que nos hicieron responsables de una gripe en la que no tuvimos nada que ver. Y lo que es peor: todavía hay españoles que se refieren a esa gripe como Gripe Española.

Si ni nosotros mismos somos capaces de luchar contra la leyenda negra, ¿cómo esperáis que lo hagan los de fuera?
Como dicen, hay que entender que el mundo se manejaba de forma diferente en el pasado, que hoy en día en esta cultura de ofenderse por todo. Todos los países se formaron a base de guerras y conquistas, es mas en esa época no existía la palabra genocidio, ni siquiera existía el delito de genocidio en la época de los Nazis, por eso ellos nunca consideraron que estaban haciendo algo malo [+risas] (porque si, a los nazis los juzgaron por crímenes, que no eran crímenes cuando hicieron esas acciones).

El modus operandi del mundo en el pasado era conquistar, invadir y establecer imperios y/o colonias, podemos decir que eso nos parece deleznable pero así es la historia y no podemos cambiarla, además gracias a eso estamos hoy aquí, exigir disculpas a un hecho que nos dio origen, es como exigir disculpas por nuestras propia existencia.

Recuerdan el caso del tio argentino que decía que sus padres no podían obligarlo a trabajar porque el no pidió nacer?, pues así de absurdo en este tema de exigir disculpas a España por la conquista.

Si nuestra presidente quiere empoderar a las culturas originarias como dijo esta mañana en su conferencia de prensa, debería empezar por su propio gobierno. Los pueblos indígenas viven en condiciones deplorables y el gobierno solo los utiliza para ganar votos.
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