Me habría gustado comentar antes mis lecturas, pero entre Expedition 33 y que siempre me decía «un libro más y ya sí, que me falta poco para terminarlo», lo he postergado hasta que he tenido que cortar por lo sano.
Empiezo con una antología de
Cuentos populares polacos, tras superar la afanosa introducción a la que nos tiene acostumbrados Cátedra, nos encontramos con un ramillete de apólogos que ha sido un gusto leerlos por su corte tradicional. De dragones y princesas, diablos y Jesucristo, muchos de estos textos nos enseñan el valor de la perseverancia, la bondad y la esperanza. E incluso historias de ascesis, como la que muestra
La montaña Sobotnia, similar al vuelo espiritual de la abubilla de Aṭṭār.
Sigo ahora una obra de Kōbō Abe:
El hombre caja. Probablemente la última que lea de él. Tiene párrafos muy líricos y sugerentes, pero es tan experimental y posmoderna que termina por descolocarme. Probablemente el que menos me ha gustado de los que he leído (
La mujer de la arena y
El rostro ajeno).
Y por último
Les llegendes del centre del món de Andreu Ramis Puig-Gròs, con ilustraciones de Judit Morales y Adrià Gòdia. Aunque a primera vista parece un cómic, en realidad es un breve ensayo ilustrado primorosamente que habla de los
axis mundi mallorquines, algunos validados con cierta rotundez, ya sea por tradición o análisis científicos, otros más para quitarle el puesto de centro del mundo a otros pueblos. Muy interesante, tendría que pegar un bot y verlos con mis propios ojos, a ver qué energías desprenden.
Estoy leyendo, además de lo que ya tenía encima de la mesa, unas conferencias de Mises y
Gog, de Papini, que me están encantando.