Hace tiempo que me dió por hacerme un grafo de lo que fue la prensa de videojuegos en España y pronto se me quedó corto. Había pocas editoriales, los redactores muchas veces eran los mismos y era habitual copiarse de revistas extranjeras. Casi todos esos trucos y guías que salían eran los mismos que los que habían salido tres meses antes en otras revistas extranjeras.
La cosa se pone más interesante cuando metes publicaciones extranjeras, sobre todo por países porque en aquella época eran un ecosistema propio. Lo cierto es que lo que empezó siendo algo artesanal iniciado por unos locos acabó con el cambio de siglo prácticamente igual mirases donde mirases, con grandes cabeceras internacionales comprando y absorbiendo editoriales locales. Hay buenas historias antes de eso, luego es un sálvese quien pueda.
Pero me da a mí que este libro tiene poco de eso y será como acudir a la típica charla del evento retro que más le guste al respetable donde Amalio Gómez cuenta sus inicios en Hobby Press, Sonia Herraz que era la única mujer, Bruno Sol y Marcos García hablando de los fichajes por el Grupo Zero, lo de Megagolfo, las portadas, el merchandising... el día de la marmota.