Streets of Rogue se describe como un híbrido entre Nuclear Throne y Deus Ex, agregándole la anarquía de GTA, así que Streets of Rogue 2 seguirá por el mismo camino potenciando aún más la libertad y el estilo sandbox inspirándose en títulos como Rimworld, Valheim, Stardew Valley, Kenshi, Terraria o Dwarf Fortress. Matt Dabrowski resalta que la secuela mejora la libertad, incorpora los comentarios de la comunidad, añade elementos roguelike para aumentar la rejugabilidad y aumenta los niveles de creatividad y simulación inmersiva. Todo ello sin renunciar a la generación por procedimientos, el estilo gráfico y el motor Unity.
En Streets of Rogue 2 el objetivo de los jugadores es derrocar a un presidente corrupto y hacerse con las riendas del país en solitario o con amigos mediante el juego cooperativo online o local. Cómo hacerlo depende de cada uno. “Es tu partida, juégala como te venga en gana”, dice la descripción del juego. Streets of Rogue 2 ofrece “cientos de personajes únicos” entre los que elegir, así como la opción de crear uno. Contratar a mercenarios para dar un golpe de estado, poner en marcha una invasión zombi, secuestrar al alcalde, invocar a vampiros… Todo es posible. Incluso se puede ir con calma, explorar el mundo e ignorar la misión principal.
El mapa de Streets of Rogue 2 se genera de manera procedural, es 100 veces más grande que el de la primera entrega y tiene varias ubicaciones cuyos entornos se pueden destruir por completo. La ciudad también esconde múltiples actividades y habitantes controlados por la IA con los que se puede entrar en contacto.