Bloomberg sostiene que Bandai Namco está "adoptando un enfoque tradicional japonés" a la hora de reducir su plantilla, que consiste en enviar al personal que se quiere despedir a salas donde no tienen nada que hacer. Esta práctica se conoce como oidashibeya, y viene a ser una especie de purgatorio donde se encierra a los empleados para que no hagan nada y terminen abandonando la empresa por su propia voluntad. Esta práctica (o castigo) existe debido a que en Japón la ley dificulta mucho el despido de los trabajadores.
La plantilla de Bandai Namco la forman unos 1.300 empleados y habría mandado a unos 200 a las salas de expulsión. Cerca de 100 ya habrían dimitido. Como curiosidad, en el pasado se practicaba el madogiwazoku, que consistía en ofrecer a los trabajadores que se quería despedir o no aceptaban la jubilación anticipada un lugar al lado de una ventana para que pasaran sus horas de trabajo leyendo el periodico. El método no era sostenible y apareció la oidashibeya.
Un portavoz de Bandai Namco admite a Bloomberg la cancelación de algunos juegos y reconoce que hay empleados que "deben esperar cierto tiempo antes de que se les asigne su próximo proyecto". Sin embargo, la compañía niega que esté presionando a los trabajadores con la oidashibeya.
Respecto a los títulos cancelados, las fuentes de Bloomberg hablan sobre "varios juegos" incluyendo de protagonizados por personajes de los animes Naruto y One Piece, así como un proyecto encargado por Nintendo. No hay más detalles. También se recuerda que en verano Bandai Namco cerró Tales of the Rays y en enero de 2025 se despedirá de Blue Protocol, un juego cuyo lanzamiento en Occidente de la mano de Amazon Games ha sido cancelado.