El "castigo" MS es casi un regañina maternal comparado con lo que podía haber sido. El acuerdo prohibe las represalias contra los fabricantes que no adopten sus productos, censura la utilización de acuerdos exclusivos que puedan dañar a la competencia debiendo hacer públicos unos precios uniformes para las empresas, permite eliminar ciertos iconos de programas MS que se podían ver en el escritorio y obliga a MS a revelar a las compañías parte del código de Windows para que sus productos funcionen tan bien como los propios. Las sanciones durarán unos inusualmente cortos 5 años (lo que equivaldría a 2 revisiones del sistema operativo) y su cumplimiento no será supervisado por un comité externo, sino por un grupo empresarial integrado por directivos de la propia MS.
Tanto Bill Gates como el Departamento de Justicia no han dudado en congratularse y aplaudir la decisión
mientras que las acciones de MS han experimentado una fuerte subida a conesecuencia de la victoria legal. De momento sólo Sun Microsystems pretende recurrir la sentencia (instigadora del caso junto con AOL Time Warner entre otros). El largo proceso judicial ha sido hábilmente definido por Shane Greenstein, profesor de Negocios Tecnológicos en la Universidad de Northwestern "Microsoft ha perdido todas las batallas y ha ganado la guerra." "La lección que todo el mundo ha aprendido aquí es sencillamente permanece fuera del camino de Microsoft."