Las agencias de seguridad de los Estados Unidos tienen autoridad legal para interceptar las comunicaciones electrónicas desde hace décadas, pero la tecnología avanza demasiado rápido y cada vez es más complicado controlar la información que se transmite a través de la Red. Es por ello que el FBI se ha fijado como uno de los principales objetivos para este año poder controlar todas las comunicaciones de la "nube" en tiempo real.
Servicios como Gmail, Google Talk, Skype, Dropbox o los chats de los juegos en línea son utilizados, según la agencia federal, para "conversaciones criminales", y los mecanismos de vigilancia utilizados actualmente no permiten monitorizarlos en tiempo real. El problema es que la normativa actual solo obliga a los proveedores a prestar "asistencia técnica", pero esta sería insuficiente para realizar el espionaje en tiempo real.
El objetivo del FBI sería por tanto no solo aumentar la capacidad técnica de sus sistemas de monitorización, sino disponer de una nueva ley que obligue a todos los proveedores de servicios de comunicación en Internet a facilitar las escuchas en tiempo real. De momento no deja de ser una declaración de intenciones, pero los problemas de privacidad que podrían provocarse son evidentes.
Además, también debemos tener en cuenta que el uso de servicios en la nube establecidos en los Estados Unidos nos deja totalmente desprotegidos ante las leyes de protección de datos europeas. De hecho, aunque los ciudadanos estadounidenses disponen de sus propias leyes para proteger su privacidad, estas no se aplican igual para los no residentes.