La Comisión Europea multa a Sony, Panasonic y Sanyo por pactar el precio de las baterías Li-Ion

Alejo I
La Comisión Europea ha impuesto una multa de 166 millones de euros a tres de los mayores fabricantes de baterías para dispositivos móviles por crear un cartel con el propósito de pactar los precios de sus productos. De forma más concreta, el órgano ejecutivo de la Unión Europea ha determinado que Sony, Panasonic, Sanyo y Samsung "coordinaron precios y compartieron información sensible sobre suministros de baterías recargables de iones de litio" como las utilizadas en ordenadores portátiles y dispositivos móviles.

Aunque dista de ser la sanción más alta dictada por este organismo, se trata de un castigo que pone de manifiesto el talante de la comisaria de Competencia Margrethe Vestager, cuyo gabinete se ha volcado últimamente en perseguir los abusos en la industria de la electrónica de consumo y las tecnologías de la información. En palabras de Vestager:

Millones de europeos utilizan ordenadores portátiles, teléfonos móviles y herramientas eléctricas que utilizan baterías recargables de iones de litio. La decisión de hoy sanciona a cuatro fabricantes de baterías recargables cuya colusión afectó a los precios de un número de productos vendidos a los consumidores europeos. También envía un importante mensaje a las compañías: si los consumidores europeos se ven afectados por un cartel, la Comisión lo investigará incluso si los contactos anticompetitivos tuvieron lugar fuera de Europa.

Según descubrieron las autoridades, las cuatro compañías acordaron elevar los precios temporalmente en 2004 y 2007 con motivo de un incremento temporal en el precio del cobalto. También compartieron información comercial relacionada con previsiones de suministro, demanda y precios, así como información sobre pujas relacionadas con los contratos para proporcionar baterías a los fabricantes de productos como "teléfonos, ordenadores portátiles o herramientas eléctricas".

Samsung se salva de la multa por denunciar

Si bien Vestager habla de cuatro fabricantes sancionados, en realidad solo tres deberán pagar una multa. Esto se debe a que las normas europeas tratan de incentivar la denuncia de prácticas contrarias a la competencia eliminando de facto las sanciones económicas contra la compañía que destapa dichas actividades. En esta ocasión fue Samsung SDI (nombre de plena actualidad por motivos bien distintos) la que tiró de la manta, evitando así el castigo.

Las multas de la Comisión no se reparten de forma equitativa entre todas las compañías, sino que tienen en cuenta la cooperación de las firmas implicadas y una reducción del 10% por reconocer su participación en el cartel.

De esta forma, Sony ha sido multada con cerca de 30 millones de euros, Panasonic con aproximadamente 40 millones de euros y Sanyo con unos 97 millones de euros (cifras redondeadas). De no haber delatado a sus cómplices, Samsung SDI hubiera tenido que pagar algo más de 57 millones de euros.