Codemasters rescata a Evolution Studios

David Rodriguez
El mes de marzo fue complicado para varios longevos estudios británicos, con el cierre de Lionhead, el antiguo hogar de Peter Molyneux y proyectos como Fable y Black and White por parte de Microsoft, y el de Evolution Studios, responsables de las series WRC y Motorstorm y más recientemente de Drive Club por cuenta de Sony.

Este último equipo, que desde su creación hace más de 15 años se especializó totalmente en el desarrollo de juegos de carreras, había sido adquirido por la multinacional japonesa después de la buena acogida de las cinco entregas de la serie con la licencia oficial WRC en PlayStation 2 y de su primer trabajo en la siguiente generación, Motorstorm. Tras tres entregas más de esa saga, el salto a PlayStation 4 se produjo con Driveclub, un título con grandes problemas en su lanzamiento, que debería haber acompañado al de la consola, y que tras múltiples retrasos y actualizaciones que lo acercaron a la visión original no fue suficiente para que en Sony mantuvieran su apuesta.

Sin embargo, en lo que parece un feliz giro de los acontecimientos poco habitual en la industria, la también británica y aun más longeva desarrolladora Codemasters vio la precaria situación de los más de 50 trabajadores como una oportunidad para expandirse sin borrar la identidad de la agrupación de Liverpool, y acaba de anunciar su recuperación. Combinando el profundo enfoque en el género de conducción de ambas compañías, en Codemasters esperan convertirse en el desarrollador más potente del género en todo el mundo en los próximos años.


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La compañía, que en los últimos años llevó a cabo recortes en varios estudios y proyectos no relacionados con la competición para mantenerse relevante y rentable, es gobernada actualmente por una corporación india que dio a su consejero delegado Frank Sagnier carta blanca en los medios necesarios para recuperar su posición y enfoque. Este último movimiento encaja perfectamente con sus propósitos, ya que el equipo de Evolution no sólo aporta su experiencia previa en el mismo género, sino que entra a formar parte de Codemasters trabajando en un proyecto propio AAA que esperan lanzar ya el año próximo en múltiples plataformas.

Con respecto a este detalle, los responsables de ambas empresas han recalcado la importancia de abrir la experiencia de Evolution más allá de las consolas PlayStation para las que habían trabajado hasta ahora en exclusiva. Por parte de Sony, comentan, el trato ha sido uno también favorable ya que no perderán los títulos del estudio en sus consolas pero ya no tendrán que asumir responsabilidad sobre ellos. Por otra parte, la multinacional japonesa retendrá la propiedad de las sagas creadas bajo su tutela como Drive Club, del que se espera una entrega específica para el dispositivo PlayStation VR junto a su lanzamiento en octubre.