Desde el comienzo del año fiscal en abril, la corporación, que todavía mantiene a los videojuegos como principal fuente de ingresos (seguidos muy de cerca por los juguetes y sus franquicias de anime y manga), ha acumulado unos 2.340 millones de euros en ventas. Esta cifra ha permitido revisar levemente los totales revistos para el año hasta alcanzar exactamente los mismos 4.696 millones de 2016.
La división de entretenimiento interactivo (que engloba el desarrollo y distribución de videojuegos) duplica aproximadamente la cifra de ventas de la juguetera y sus menores costes de producción conducen a un rendimiento económico casi cinco veces superior. En cuanto a las franquicias más valiosas de la compañía, cabe destacar la recuperación de Dragon Ball en este año, que ya ha superado a la estrella de 2016 (Mobile Suit Gundam) y se convertirá al cierre en abril en la más rentable para Bandai.
La única cifra que ha decrecido de forma sustancial para la compañía con respecto al primer semestre de 2016 es precisamente la correspondiente a la venta de videojuegos domésticos, que han caído un 25% a pesar de la distribución de 100 títulos en todo el mundo, 32 más que durante el mismo periodo del año pasado. En esta cifra se incluye por separado cada traducción nacional, una iniciativa en la que la compañía ha duplicado esfuerzos este año (54 localizaciones frente a 26).
Entre los comentarios de la presentación de resultados dirigida por el presidente Mitsuaki Taguchi han destacado dos menciones a la consola híbrida de Nintendo: por una parte prometen trabajar en llevar todas sus franquicias a Switch, con tres títulos todavía no anunciados previstos para el último trimestre del año fiscal; por otra, lamentan no haberse dado cuenta antes de su potencial de ventas, con los tres juegos que han distribuido hasta ahora contando con un éxito mayor del esperado.