El candidato a la presidencia del gobierno para las próximas elecciones, Alfredo Pérez Rubalcaba, así como el Ministro de Fomento José Blanco, acaban de declarar que sería bueno para la economía española la “moderación” de los salarios y de los beneficios. Habría que recordarles varias cosas...
Primero, desde que empezó la crisis los salarios ya se están “moderando”, es decir, bajando, en muchas empresas.
Segundo, no sólo desde que empezó la crisis, sino que durante el presunto milagro económico español, desde 1995 a 2007, los salarios reales ya bajaron, mientras los beneficios empresariales aumentaron de forma radical.
Tercero, España ya es uno de los países con los salarios más bajos de Europa, incluido el salario mínimo. No hay nada que indique que bajar los salarios ayude a bajar el desempleo. La experiencia demuestra lo contrario, los países de Europa con los salarios más bajos (Grecia, Portugal, España) son los que atraviesan por una peor situación económica, mientras los que tienen salarios elevados (centro y norte de Europa) están en una situación mucho mejor. Ni siquiera hace falta irse a Europa. En la misma España las comunidades con los salarios más bajos, como Andalucía y Canarias, son las que tienen el desempleo más elevado.
Cuarto, la globalización económica, de la que el PSOE es un firme defensor, también baja en parte nuestros salarios, ya que nos obliga a competir con países del Tercer Mundo con salarios mucho más bajos que los nuestros. Esto es cierto sólo en parte, ya que países del centro y norte de Europa también están globalizados y sus salarios son altos. La diferencia entre esos países y los periféricos como España es que ellos tienen una economía más cualificada y productiva, por lo que juegan en una liga distinta a los del Tercer Mundo mientras que nosotros tenemos (o se nos impuso) una economía de baja cualificación y bajos salarios.
Quinto, la inmigración masiva, aplaudida y fomentada por el PSOE (aunque también por el PP) también ha hecho que los salarios bajen en aquellos sectores en los que trabajan los inmigrantes. De momento son sólo los sectores de baja cualificación, pero la idea es importar inmigrantes de toda cualificación para que los salarios sean bajos en todos los sectores.
Sexto, incluso trabajos de poca cualificación están mucho mejor pagados, por ejemplo, en Francia, que en España, por lo que es evidente que el problema no son los salarios altos, más bien lo contrario.
El problema de nuestra alta tasa de paro no son los salarios bajos, sino la falta de financiación, nuestro modelo económico basado en una economía de baja productividad y el exceso de inmigración. Y si esos son los problemas básicos, esos son los que hay que arreglar. Bajar más los salarios es echar más leña al fuego y seguir en el mismo círculo vicioso que nos impide salir de la crisis.
Un modelo basado en poca cualificación y bajos sueldos es desastroso ya que expulsa del mercado a los trabajadores españoles cualificados al mismo tiempo que es un atrayente para millones de inmigrantes en potencia ya que, al ser gente de baja cualificación, creen que les será más fácil encontrar trabajo en España que en otros países. Este es, junto a nuestra situación geográfica y a los excesivos derechos que nuestra ley les da a los extranjeros, el motivo de que España haya sido uno de los países que ejerce un mayor efecto llamada sobre los inmigrantes. En un escenario de presencia masiva de mano de obra poco cualificada, el empresario no invierte en mejoras tecnológicas para mejorar la productividad de su empresa.
La solución no es bajar los salarios, sino aumentar nuestra productividad con un retorno gradual a la economía real productiva (agricultura-ganadería-industria-tecnología) junto al turismo, abandonando la economía especulativa en la que hemos estado hasta ahora. En esta economía los salarios tendrán que aumentar, no disminuir, y los millones de inmigrantes infracualificados que han venido ya no serán necesarios, por lo que se promoverá de manera gradual el retorno a sus países de origen.