Biersi escribió:(...) A veces te paras a pensar en lo desconfiados que nos hemos vuelto, sobre todo en las ciudades y da entre rabia y pena, cuando alguien se te acerca lo primero que piensas es: A ver este que me va a pedir..., pero la verdad es que te vuelves así de llevarte palos y decepciones, aunque no quieras
La desconfianza está en todas partes y sólo la percibirás cuando observes con atención. Te hago un apunte:
En un supermercado pusieron varias cajas automáticas de éstas en las que el cliente puede cobrarse a sí mismo usando tarjetas. Pues bien, según tengo entendido, cada vez que una persona, sea quien sea, decide hacer uso de dichas cajas, automáticamente el personal del establecimiento asume que es un posible "ladrón" barra timador barra aprovechado, que quizá se cobre erróneamente para sisarle al supermercado algo de dinero.
En resumen: que puedes ser la persona más honrada del mundo, pero si eliges la caja automática, te van a vigilar especialmente porque según sus estadísticas, hay más probabilidades de fraude en esas cajas que en las atendidas por seres humanos.
Sin embargo, promueven activamente que la clientela se pase por las cajas automáticas.
Otra cosa: hay supermercados donde ciertos productos (y no tienen por qué ser de mucho precio, con costar 4 o 5 euros ya llega) están protegidos con todo tipo de sistemas antirrobo. Incluso llegan a guardarlos en una vitrina bajo llave y tienes que llamar a un empleado para que saque el que te interesa.
En algunos hoteles y empresas de alquiler de coches te exigirán tarjeta de crédito y te bloquearán un importe, por si acaso les causas algún perjuicio económico...
¿Y nos vamos a sorprender, de que un ciudadano desconfíe de un desconocido que se le acerca por la calle?