Hoy me encontré con esta carta al director en un periódico que leo habitualmente, ni me la creo ni me la dejo de creer mas me parece interesante.
Aquí os la dejo integramente:
"Sin Carrillo, no hay memoria
Creo que me conocerás. Yo sí te recuerdo mucho. Hoy soy vecino de Aranjuez, tengo 85 años. En el año 1936 fui enterrador del cementerio de Paracuellos del Jarama. También estuve en la checa de la Escuadrilla del amanecer, de la calle del marqués de Cubas nº 17 de Madrid, donde presencié los más horribles martirios y crímenes.
También estuve en el cuartel de la Guardia de Asalto de la calle Pontones, en la Puerta del Sol, donde tú, Santiago Carrillo, mandabas realizar toda clase de martirios y ejecuciones en las checas de tu mando. Yo soy Pionero, al que llamaban El Estudiante, que llevaba la correspondencia a las diferente checas a cambio de la comida que me dabas…
¿Me conoces ahora, Santiago Carrillo?
¿Te acuerdas cuando tú, Santiago Carrillo, acompañado de la Miliciana Sagrario Ramírez y de Santiago Escalona y Ramiro Rogia alias "El Pancho", en la era de Fuencarral, kilómetro 5, el día 24 de agosto de 1936 a las 7 de la mañana, asesinasteis al Duque de Veragua y tú, Santiago Carrillo, mandaste que le quitaran el anillo de oro y piedras preciosas que llevaba. ¿Recuerdas que no se lo podías quitar y tú, Santiago Carrillo, ordenaste que le cortaran el dedo?
¿Te acuerdas, Santiago Carrillo, la noche que llegaste a la checa del Fomento, en el coche Ford, matrícula de Madrid 984, conducido por el comunista Juan Izacú y los chequistas Manuel Domínguez alias "el Valiente" y el guardia de asalto José Bartolomés y en el sótano mandaste quemar los pechos de la monja Sor Felisa del Convento de las Maravilla de la calle Bravo Murillo, y así lo hizo "el Valiente" con un cigarro puro? Esto sucedió el 29 de agosto de 1936 a las 3 de la madrugada…
¿Me recuerdas ahora, Santiago Carrillo?
Con 24 años que tenías, ¡cuántos asesinatos cometiste…! ¡Cuánta sangre tienes derramada en España…! No quiero molestarte más, Santiago Carrillo, criminal.
Se despide de ti el enterrador de Paracuellos del Jarama, alias "el estudiante", que presenció los martirios y asesinatos que tú, Santiago Carrillo, mandaste que se realizaran en España .
Leído lo anterior, y con el ánimo sobrecogido, me dirijo a los miembros de la Corporación Municipal del ayuntamiento de Algeciras para que, en su propuesta de criminalización del 18 de julio de 1936, tuvieran a bien incluir, en ese requerimiento, los acontecimientos narrados en la carta del "Estudiante" para que, en un acto de estricta justicia, la tan traída y llevada regeneración de la memoria histórica, la regeneración nos cubra a todos. Al parecer, es como se dejó acordado en los Pactos de la Moncloa y, posteriormente, en la Constitución de 1978. De otra manera, será un acto sectario capaz de dirigir al pueblo a olvidar unos hechos de nuestra historia, tergiversando una realidad que, nos guste o no, fue como decidieron sus protagonistas; y otros, que no lo fuimos, no tenemos ni derecho ni justificación para reconducirlo oscura e intencionadamente. EDUARDO J. ANDRÉS LAPEÑA (Algeciras)"