Franquismo
Denominación que reciben tanto el periodo histórico durante el cual ejerció el poder en España el general Francisco Franco (1936-1975), como el régimen político establecido por éste y calificado indistintamente como dictatorial o autoritario.
La sublevación militar que en julio de 1936 originó la Guerra Civil pretendió establecer una significativa ruptura respecto del ordenamiento jurídico propio de la II República. Los organismos gubernamentales creados por los rebeldes fueron la Junta de Defensa Nacional (julio-octubre de 1936), la Junta Técnica de Estado (octubre de 1936-enero de 1938) y, finalmente, el primer gobierno presidido por Franco.
El Nuevo Estado instaurado sobre todo el territorio español a raíz de la definitiva victoria franquista, obtenida en abril de 1939, manifestó su carácter antidemocrático por medio del ejercicio personal del poder a cargo de Franco, la proscripción de partidos políticos, así como la ausencia de la división de poderes y de libertades. Todo ello ejercido desde la peculiar ideología franquista, de marcado talante antiliberal, anticomunista, nacionalsindicalista y nacionalcatolicista, factores todos ellos apenas matizados durante la segunda mitad de existencia del régimen, cuando se hizo especial hincapié en el desarrollo económico alejado de la autarquía inicial. El corporativismo, expresado por medio de la llamada democracia orgánica, fue el sistema político aplicado durante los 39 años de ejercicio del poder franquista. Los órganos depositarios de la representatividad recayeron en el municipio, el sindicato vertical y la familia. La institucionalización del Nuevo Estado tuvo lugar a través de las denominadas siete Leyes Fundamentales, promulgadas desde marzo de 1938 (Fuero del Trabajo), hasta enero de 1967 (Ley Orgánica del Estado). Las otras cinco normas que conformaron el falso constitucionalismo franquista fueron la Ley Constitutiva de las Cortes Españolas (julio de 1942), el Fuero de los Españoles (julio de 1945), la Ley del Referéndum Nacional (octubre de 1945), la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (julio de 1947) y la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento Nacional (mayo de 1958).
Durante la década de 1970, la crisis energética internacional, los problemas derivados de la situación del Sahara Español, el incremento de las huelgas y de la oposición antifranquista, así como del terrorismo, pusieron de manifiesto el agotamiento del régimen, que coincidía con el de su titular. El franquismo llegó a su fin con el fallecimiento del propio Franco, en noviembre de 1975. El inicio del reinado de Juan Carlos I corrió parejo a un nuevo periodo histórico y político, la transición a la democracia, que supuso el retorno español al constitucionalismo, al parlamentarismo y al disfrute de las libertades.
Fascismo
Forma de totalitarismo del siglo XX que pretende la estricta reglamentación de la existencia nacional e individual de acuerdo con ideales nacionalistas y a menudo militaristas; los intereses contrapuestos se resuelven mediante la total subordinación al servicio del Estado y una lealtad incondicional a su líder. En contraste con los totalitarismos de izquierdas identificados con el comunismo, el fascismo basa sus ideas y formas en el conservadurismo extremo. Los regímenes fascistas se parecen a menudo a dictaduras —y a veces se transforman en ellas—, a gobiernos militares o a tiranías autoritarias, pero el fascismo en sí mismo se distingue de cualquiera de estos regímenes por ser de forma concentrada un movimiento político y una doctrina sustentados por partidos políticos al margen del poder.
El fascismo hace hincapié en el nacionalismo, pero su llamamiento ha sido internacional. Surgió con fuerza por primera vez en distintos países entre 1919 y 1945, sobre todo en Italia, Alemania y España. En un sentido estricto, la palabra fascismo se aplica para referirse sólo al partido italiano que, en su origen, lo acuñó, pero se ha extendido para aplicarse a cualquier ideología política comparable. Del mismo modo, Japón soportó durante la década de 1930 un régimen militarista que presentaba fuertes características fascistas. Los regímenes fascistas también existieron en periodos variables de tiempo en muchos otros países. Incluso democracias liberales como las de Francia e Inglaterra tuvieron movimientos fascistas importantes durante las décadas de 1920 y 1930. Después de la derrota de las potencias del Eje Roma-Berlín-Tokyo en la II Guerra Mundial, el fascismo sufrió un largo eclipse, pero en los últimos tiempos ha reaparecido de forma más o menos abierta en las actuales democracias occidentales, sobre todo en Francia y en Italia.
EL FASCISMO EN OTROS PAÍSES
El régimen de Mussolini facilitó el modelo de fascismo característico de las décadas de 1920 y 1930. La Gran Depresión y el fracaso de los gobiernos democráticos al abordar las consecuentes dificultades económicas y el desempleo masivo, alimentaron la aparición de movimientos fascistas en todo el mundo. Sin embargo, el fascismo en los otros países se diferenciaba en ciertos aspectos de la modalidad italiana. El nacionalsocialismo alemán era más racista; en Rumania, el fascismo se alió con la Iglesia ortodoxa en vez de con la Iglesia católica romana. En España, el grupo fascista radical Falange Española fue originariamente hostil a la Iglesia católica romana, aunque después, bajo la dirección del dictador Francisco Franco, se unió a elementos reaccionarios y pro-católicos. El gobierno autoritario militar de Japón se parecía mucho al de la Alemania nazi. Dirigido por los militares ensalzaba las virtudes guerreras tradicionales y una devoción absoluta al emperador divino. Al igual que sus correligionarios alemanes, los japoneses lanzaron una fanática ofensiva hacia la expansión a través de conquistas militares. En Francia el fascismo estaba dividido en varios movimientos. Mientras que en la mayoría de los casos el fascismo prosperó en países que estaban atrasados en el plano económico o marcados por fuertes tradiciones políticas autoritarias, el fascismo galo avanzó en una de las democracias europeas más consolidadas. En 1934 unas 370.000 personas pertenecían a las diferentes organizaciones fascistas francesas, tales como Jeunesses Patriotes (Juventudes Patrióticas), Solidarité Française (Solidaridad Francesa), Croix de Feu (Cruz de Fuego), Action Française (Acción Francesa) y Francistes (Francistas). Más de 100.000 de entre ellos se congregaban en París.
En Gran Bretaña, la Unión de Fascistas Británicos, de Oswald Mosley, disfrutó de un breve apogeo de publicidad de su formación en 1932 hasta su colapso definitivo en 1936 cuando se prohibieron los uniformes paramilitares, pero tuvo poco apoyo público. Del mismo modo, el fascismo belga tuvo su punto álgido en la primera mitad de la década de 1930 y se reanimó por poco tiempo bajo la ocupación alemana durante la II Guerra Mundial. En Noruega, el fascismo atrajo a algunos simpatizantes notables como Vidkun Quisling y el premio Nobel de Literatura Knut Hamsun, pero del mismo modo necesitó de la ocupación alemana para disfrutar de algún poder político.
El fascismo disfrutó de un mayor éxito en el periodo de entreguerras en los países del este y del sur de Europa. En Austria Engelbert Dollfuss, canciller desde 1932, disolvió la República austriaca y dirigió un régimen proto-fascista en alianza con Mussolini hasta que fue asesinado en 1934 por militantes nacionalsocialistas que pretendían la unión con la Alemania nazi. El régimen personal que estableció Miklós Horthy en Hungría, en 1920, precedió en realidad a Mussolini en Italia como la primera dictadura nacionalista de entreguerras pero Horthy no era totalmente un fascista y los fascistas húngaros sólo consiguieron el poder bajo la ocupación alemana, de 1944 a 1945. En Rumania, un fuerte antisemitismo inspiró un violento movimiento llamado la Guardia de Hierro, que convulsionó la política del país desde la década de 1920 hasta su aniquilación por el Ejército rumano bajo Ion Antonescu durante la contienda civil que siguió a la abdicación del rey Carol II en 1940. Los fuertes antagonismos culturales y religiosos en Croacia y Bosnia llevaron a la creación de la Ustaša, un grupo fascista católico que, bajo los auspicios del Eje, llevó a cabo terribles pogromos de judíos y serbios ortodoxos desde 1941 hasta 1945. El régimen dictatorial impuesto por António de Oliveira Salazar en Portugal en 1932 poseía notables características fascistas, sin exhibir el totalitarismo extremo del nazismo o de movimientos de otros lugares.
Creo que con estas definiciones se puede comprobar que el fascismo va muy ligado al franquismo... y con esto cierro cualquier Off Topic
PD: Fuente de la informacion? La Encarta
EDITO: con esto, no quiero decir en ningun momento que
Mafri sea, o tenga, ideas fascistas (ahi yo ya no quiero entrar)