Los Rune Factory nunca han sido juegos punteros técnicamente; no es su punto fuerte. Esta es una franquicia que viene de Nintendo DS y 3DS, no tuvo su primer juego 3D (descontando spinoffs) hasta hace cuatro años (Rune Factory 5), desarrollado por un estudio relativamente nuevo y pequeño, y ahí se vio que el salto a 3D les había venido grande. Con Rune Factory: Guardians of Azuma parece que por fin han conseguido retomar en 3D la esencia de lo que hizo tan querida la saga entre los usuarios de DS/3DS y lo estoy disfrutando un montón.
Que no sea un portento técnico, a mí ni me sorprende ni me preocupa lo más mínimo.