Para mí, hay muchos culpables, no uno solo (los que estaban esperando en la bajadita a Rubiales, hoy se han puesto las botas... Madre mía cómo estaba Twitter con ello).
La eliminación estaba cantada. Tarde o temprano, esta España se sabía que no llegaría muy lejos. A diferencia de selecciones como Croacia, Uruguay o Francia, que lo han pasado mal pero tienen tablas, sabíamos que nosotros o la propia Argentina no llegaríamos muy lejos. Sin embargo, mi meta era cuartos. Pensaba que, por muy mal que nos hubiese ido, seríamos capaces de eliminar a Rusia y caer con cierta dignidad ante Croacia en cuartos. Iluso de mí. Mis culpables:
JUGADORES: Quitar responsabilidad a los jugadores sería una osadía. Muchos de ellos no han estado a la altura. Te da rabia que tengan los huevos pelados de jugar este tipo de citas y, cuando llega el momento de la verdad, se achican con la Selección. Otra vez, teníamos una camada de oro. Y pocos han respondido. Mal Carvajal, mal Ramos, mal Piqué, mal Alba, mal Silva (horrible su Mundial), mal Iniesta, mal Busquets, mal Asensio (otro que me ha decepcionado muchísimo), mal Thiago (decepción absoluta cada vez que lo veo), Koke regulero, Costa de más a menos y muy mal De Gea. Que el portero del United haya seguido jugando cuando su nivel de confianza estaba bajo mínimos es una irresponsabilidad; imaginémonos que De Gea fuese portero del Arandina de Segunda B: pues, con su actuación mundialista, probablemente seguiría el año que viene en el Arandina. Creo que, con este Mundial, unido a su fallo contra Croacia -aquel gol de Perisic que nos dejó segundos de grupo en la Euro 2016-, lo dejan muy señalado. Y flaco favor le ha hecho Hierro manteniéndolo. Será un buen portero, pero con la Selección es un nulo, no aporta carácter y le recordamos más por sus fallos que por sus aciertos. Hoy, uno pone a mirarse la tanda de penaltis de Subasic o Schmeichel y, con mucho menos cartel que él, han dicho: "ESTOY AQUÍ". De Gea se ha lanzado todo el rato para el mismo lado, sin confianza, sin intimidar al rival. Gravísimo error afrontar unas eliminatorias y un Mundial con un portero que está por los suelos. De doce tiros, once han ido a la cesta. El peor portero del Mundial, sin duda. En cambio, destaco positivamente la actitud de Isco, aunque ha sido demasiado protagonista, apareciendo en zonas que no le correspondían y, muchas veces, reteniendo balones cuando necesitamos acelerar la jugada para finalizar o encontrar el espacio; ha estado bien, pero no perfecto, aunque con los zombies que tenía a su alrededor, poco más se le puede pedir. Y, asimismo, destaco positivamente a Aspas y Rodrigo: dieron aire fresco al equipo y generaron, quizás, los mejores minutos de España: movilidad, carácter, hambre, velocidad... Quizás sin ser estrellas, han sido de lo más positivo.
EQUIPO: Los mismo males que veníamos arrastrando. Esto no viene a raíz del Mundial, sino de unos cuantos amistosos de antes. España volvió a ser ese equipo previsible, de tiki-taka estéril al que le costaba meterle mano a cualquier equipo porque todos conocen la receta para neutralizarnos. Hoy, ha sido un esperpento, incluso mayor que los partidos de la fase de grupos. Más de 1.000 pases, ¿para qué? No hemos incidido, ni encarado, no ha habido apenas desmarques ni movimientos para romper esa línea defensiva. Ha habido una actitud pasiva, temerosa, como si estuvieran cagados de perder un balón y recibir una contra. No se ha incidido. Tocar por tocar, nada más. Guardiola ve esto, y le da un patatús. Esto no es fútbol de posesión, ni tiqui-taca, esto es una auténtica basura. De nada me vale ser la Selección con más posesión del Mundial si no hay un propósito, si no tiramos a puerta ni generamos ocasiones. Y llevamos así desde 2014, pero parece que aquí no pasa nada.
HIERRO: Se le ha quedado grande esta aventura. Demasiado. Ni siquiera en el Oviedo dejó un buen sabor de boca, un club de Segunda División. Fue un parche que, como muchos temíamos, salió mal. Su empecinamiento en dar tantos minutos a Carvajal cuando estaba mal, a no bajarse del burro con Silva o De Gea cuando han sido lo peor del equipo, o no dando minutos a futbolistas de la talla de Saúl o más protagonismo a Aspas, cuando sus sustitutos naturales no estaban dando un buen rendimiento y ellos podían aportar cosas interesantes que no teníamos y, quizá, necesitábamos... Y aportando poquísimo tácticamente a la Selección, ni sensación de equipo trabajado ni tampoco ha sacado rendimiento a los cambios durante los encuentros. Totalmente desbordado ante una situación que le viene grande, y más a tres días de empezar un Mundial. Culpable, pero no el único.
CULPABLES: A parte de Hierro, y jugadores, el triunvirato FLORENTINO-LOPETEGUI-RUBIALES. Yo creo que todos, en mayor o menor medida, tienen parte de culpa y han propiciado que España haya evaporado sus opciones en este Mundial. Somos únicos hasta para esto, a tres días de una cita tan importante que solo se presenta cada 4 años. Y espérate tú que a Lopetegui no le vaya bien en el Madrid (no me extrañaría) y acabe destituido antes de acabar la próxima temporada. Todo eso se administró mal y, quizás (nunca lo sabremos), la opción Hierro no fue la más adecuada, o quizás habría que haber ido con Lopetegui pese a la traición porque no había margen de maniobra. No lo sé, sinceramente. Y de nada vale gastar tiempo en algo que no sabremos cómo habría concluído si se hubiese manejado la situación de otra manera. Pero bueno, ya sabemos que en este país no nos quitamos la bufanda ni con nuestra Selección. Así nos va.
¿Y AHORA? Hay que hacer algo. No me ha gustado nada la falta de autocrítica del propio Hierro, de Rubiales o de Ramos. Declaraciones vergonzosas y autocomplacientes. Espero que, de puertas para adentro, la autocrítica sea mucho más dura. Llevamos igual desde 2013. Haciendo el ridículo en Brasil, pasando de chiripa a cuartos en la Euro 2016 y cayendo en octavos ante una de las selecciones más débiles de estos octavos. Y da rabia porque, en condiciones normales, aquella España que jugaba decentemente ante Alemania o Argentina hace unos meses podría haber tenido opciones de llegar a la final. Pero nada. Creo que en ese grupo, el de nuestra Selección actual, faltan líderes, más hombres y menos niñatos: más Puyoles, más Casillas, más Xavis, más Xabi Alonsos, más Villas y menos Piqués, Ramos o Iscos. Verdaderos líderes. Aquella generación fue un milagro que difícilmente repetiremos. Grandísimos futbolistas con una idea clara de fútbol y una mentalidad mucho más madura. Tampoco pido ganar todos los Mundiales y Eurocopas, faltaría más, pero sí más afán competitivo, autocrítica, evolución, liderazgo y orgullo. Quitando los éxitos de esa generación de oro, si miramos a 2006 o después de 2014, los resultados son lamentables: hasta "la maldición de cuartos" se nos está quedando grande. Y aquí no pasa nada, porque cuando parecía que venía una generación de nuevos futbolistas, repetimos mismos males. Parece que estamos recuperando esa vieja etiqueta donde prometíamos mucho y, en el momento de la verdad, éramos un bluff. Las últimas tres citas importantes han sido un desastre, y aquí seguimos jugando a ese tiki-taka previsible que nos conoce cualquier equipo que nos estudie mínimamente. Hay que evolucionar, bien adaptándose a otro estilo de juego o manteniendo este que tenemos y tanto nos ha dado, pero avanzando hacia adelante y buscando nuevas alternativas que nos aporten frescura. Queremos seguir jugando a lo de 2008-2010 cuando ya no tenemos a Xavi ni a Iniesta a plenitud, ni el desborde de Pedro o el olfato de Villa, sin el carácter de los Marchena-Capdevila-Puyol-Senna. Quizás hay que adaptarse, mezclar estilos, combinar la verticalidad que pueden aportarnos los Saúl, Asensio y compañía con la electricidad-magia de los Isco, Aspas, Rodrigo, Silva. Y trabajar esa defensa, que tenemos una de las mejores líneas defensivas del mundo y parecen niños de colegios defendiendo, con imprecisiones de pases sencillos o errores impropios de una Selección de primer nivel.
FUTURO: Primero de todo, cambio de entrenador. Ojalá Pep Guardiola, pero eso es una utopía por lo que todo sabemos. Pero vamos, me encantaría esa opción. Otras opciones que me gustan mucho: Roberto Martínez (Bélgica), Marcelino (Valencia) y, en menor medida, Quique Setién. Ahora bien, todos tienen club. El mal menor me parece que es Luis Enrique, pero tampoco me convence en exceso; y Celades, pues no tengo ni idea de cómo es. Y cambios en la lista, pensando en esa cita del 2020 como primer objetivo, aunque sin hacer una revolución. Progresivamente, apuntalando y dando protagonismo progresivo a los jugadores que pueden o deben ser importantes en el devenir de esta Selección: Isco, Asensio, Saúl, Odriozola, Carvajal, Kepa e intentando recuperar a De Gea, Thiago y Morata. Todo ello unido a las nuevas promesas o futuribles que tengan opciones de ir irrumpiendo de aquí a dos-cuatro años junto a la savia nueva que pueda proceder de las categorías inferiores: Vallejo, Rodri, Gayá, Bellerín, Aleñá, Meré, Ceballos, Carlos Soler, Marcos Llorente, Grimaldo, Fornals, Fabián, Abel Ruiz, Maffeo, Oyarzábal, Mayoral, etc.
Por otro lado, si Piqué se retira como dijo en su momento, a lo mejor tampoco es tan mala noticia. A mí, personalmente, la pareja Ramos-Piqué nunca me ha transmitido demasiada confianza juntos sobre el campo. Serán muy buenos, de los mejores centrales del mundo, pero creo que no se complementan bien.