darkrocket escribió:En este sistema los ciudadanos eligen a un representante que es el que vota las leyes. Si la gente es tan estúpida como para votar a un representante sin saber las leyes que va a apoyar o rechazar, no se por qué esta misma gente va a saber lo que les conviene.
En definitiva, no, no creo que haciendo referéndums se solucionase nada.
Puede atraerte, por poner un ejemplo, 6 de 10 proyectos/proposiciones de ley que pretende llevar a cabo un partido político, además de una ideología determinada afín a las tuyas.
Los otros partidos quizás sólo te atraigan 2 ó 3 de 10 proyectos/proposiciones de ley, y no comulgas con su idea, por lo que no les votas.
Y votas al partido que da la casualidad (o no, je) gana las elecciones.
Y los otros 4 proyectos/proposiciones de ley qué. Me las como, según tú, van en el lote, son inseparables.
Y los 3 del otro partido que no ha ganado las elecciones, pero que me parecen buenos o justos proyectos. También me jodo sin ellos, no ganaron las elecciones así que les pueden dar por el culo...
Las buenas ideas no salen de un grupo de gente que piensa igual, sino del trabajo grupal junto a otras personas que piensan distinto y dan otro enfoque además de nuevas ideas. Eso incluye al partido político ganador y a los perdedores, especialmente la oposición.
Si esas situaciones de diálogo no se pueden dar, porque por ejemplo sean tan subnormales de odiarse tanto que no lo sepan hacer, deberíamos ser NOSOTROS, los que deberíamos decidir si A o B. Si esta ley es buena o mala para nosotros, que somos los que vamos a estar sujetos a ella.
Tened presente que por ser españoles y vivir aquí estamos firmando "un contrato", en el que nos comprometemos a según que leyes y a según qué impuestos, ¿te gusta que se añadan cláusulas nuevas o se editen las que ya hay sin tú poder negociar dichas cláusulas? ¿Y saber que las vas a tener que cumplir, o irte del país?
¿Acaso no saltamos cuando la compañía de teléfono o de la luz cambia algo unilateralmente?
Esto es igual, deberíamos poder negociar, deberíamos, como pueblo, poder elegir.
O al menos así lo veo yo