Con 40 y con más. He tenido compañeros en la universidad con 70 y más años, que podían dar el mismo nivel que cualquier otro compañero.
Lo que no te da la juventud, te lo da la ilusión y la motivación. Lo más importante de todo es tener ganas de estudiar, de hacer algo, de progresar, de formarse. Si tienes eso, no existen límites para ti.
Te sugiero echar un ojo a mi hilo sobre recomendaciones a estudiantes universitarios. En particular a
esta reflexión para mayores de 30 años.
Hay un par de cosillas que sí debo advertirte:
- Ver a jóvenes a tu alrededor que desperdician su tiempo y sus recursos -para ellos es su primera experiencia universitaria y no siempre están preparados para eso- puede hacer que veas a esas personas como tontos, idiotas, hijos de papá consentidos, etc... ten humildad, y no los juzgues tan duramente. Si tuvieras 18 años y estuvieras en primero de carrera, y fuera tu primer año fuera de casa, también te podrías descentrar. Si puedes échales una mano a quienes se dejen ayudar.
- La mayor parte de estudiantes universitarios más jóvenes que vas a conocer, están en sus mayores niveles de energía tanto física como intelectual. Acepta eso, y no te sientas mal porque muchas veces sean más brillantes que tú. Piensa que ellos dedican el 100% de su tiempo a estudiar. En cambio tú compatibilizas con el trabajo. No compitas con ellos. Compite contra ti mismo.
- No te resistas a aprender cosas nuevas. Si es necesario, deberás "desaprender" algo que crees que ya sabías pero es conocimiento desfasado o inexacto.
- Si alguna vez dudas entre echarle una mano a un compañero y no hacerlo, no lo dudes: échale una mano. Cuando se ayuda a otro de algún modo eso te sirve para aprender más a ti. No te aísles de los demás, y tampoco te conformes con estar en un grupo cerrado. Trata de relacionarte con todos.
Por último decirte que la Historia demuestra que las grandes realizaciones no son algo improvisado sino que se construyen desde la base y requieren mucho tiempo. El Padre Feijoo, considerado autor español más ilustre del siglo XVIII, no escribió una sola línea hasta pasados los cincuenta años.
Nuestro Premio Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal estudió medicina porque su padre, Justo Cajal, había sacado la carrera siendo ya mayor de 40 años. De hecho Justo Cajal no sólo logró el título de médico sino que también llegó a catedrático, y eso fue crucial para que su hijo Santiago se encaminase por el mundo de la medicina y lograse el Premio Nobel.
Nunca habría estudiado Medicina Santiago Ramón y Cajal de no ser por el carácter duro y perseverante de su padre, que le inculcó el amor a la medicina.
Y estamos en la mejor época de la historia para que una persona mayor de edad estudie una carrera.
Así que ¡adelante!