Igual que hubo burbuja con el ladrillo, ha habido burbuja con la música, no veo la novedad.
Y tampoco acepto que vengan en plan sufriente los promotores musicales porque ellos aportaron tanto o más a generar el problema. Porque los precios desorbitados los cobraban cuando pudieron, sin miedo ninguno. Y ahora que pincha el globo, no valen llantos.
Como de costumbre aquí los currantes (montadores y desmontadores, pequeños empresarios que alquilaban materiales y accesorios, técnicos de sonido, orquestas modestas, etc) son los que pagarán el pato más injustamente. Y en cuanto a la música como sector, yo creo:
a) El que quiere tocar, encontrará sitio para tocar. Si de verdad tienes algo que quieres expresar con tu música.
b) El que quiere vivir de la música, tiene que contar con que el mercado musical es LIMITADO, como lo son todos. Aquí casi todos querríamos ser el nuevo Bon Jovi, el nuevo Bruce Springsteen o la nueva Madonna o Julio Iglesias y vivir de lo que nos gusta, pero las facturas no se pagan con deseos. Igual que no se puede encontrar colocación para 7 millones de albañiles o 1 millón de actores, la música comercial también tiene sus limites y cada vez son más estrechos. Por tanto, si te quieres dedicar a la música dedícate. Pero ten en cuenta que a lo mejor tienes que salir a currar a otro sitio -como los de la 5ª estación que se fueron a triunfar a México-, o pelearte con uñas y dientes por un garito cutre en el que subirte, etc etc.
c) Los ciudadanos de a pie también tenemos que pensar que a lo mejor no es sensato tener conciertos de grandes figuras, de gratis. AL menos, no tanto como antes. Si antes en los pueblos nadie pedía orquestas de renombre para bailar en las fiestas, a lo mejor tenemos que volver a eso y no pedir tantos nombres famosos para los carteles.