Últimamente estoy viendo bastante contenido de
Alan Barroso, y he de decir que, aunque no siempre coincida al 100%, me parece un youtuber y divulgador con
una línea progresista coherente, bien argumentada y muy necesaria en estos tiempos donde la derecha y la ultraderecha colonan el discurso mediático sin complejos.
Me repatea bastante ver cómo desde sectores (muy activos en redes) de mi propio espacio político —milité en
Podemos, y aún les tengo aprecio— le llueven ataques por aparecer en programas como
Al Rojo Vivo o por hacer una crítica puntual a Irene Montero. Crítica razonada, ojo, no ataque de manual liberal.
¿De verdad vamos a seguir con el sectarismo de que cualquier crítica, aunque constructiva, te convierte en "traidor"?Hay una parte de nuestra militancia que
confunde lealtad con fanatismo, que cree que ser de Podemos es ser más puro que un Caballero Jedi —y ojo, que ya sabemos cómo acabaron ellos, consumidos por su propia prepotencia ideológica—. Ese purismo nos lleva a ser incapaces de construir alianzas y a perder el foco: no es el PSOE, ni Sumar, ni Alan Barroso el enemigo.
El enemigo está en VOX, en el PP, y en los medios que les hacen de altavoz 24/7.El vídeo que comparto hoy (⬇️) habla con claridad de algo que deberíamos estar valorando ya:
una confluencia sólida de izquierdas real para 2027. Si seguimos pensando que Podemos por sí solo va a revertir el ciclo electoral,
nos vamos a dar una hostia de campeonato.Yo seguiré viendo a Alan Barroso, igual que a Pandemia Digital o Álex el Zurdo, porque aportan, cuestionan, construyen. No sé si algunos deberían hacer lo mismo o al menos bajarse del pedestal moral en el que viven.
Menos inquisición interna y más estrategia colectiva. Que si no, no llegamos ni a Dagobah.