Países con una balanza comercial deficitaria como la de España lo tienen muy jodido. Si ya de por sí exportamos poco, ahora menos.
Toca despertar del sueño de la globalización y empezar a mirar más hacia dentro. Hay que potenciar más la industria europea. Aunque por supuesto, no contéis con ver ningún cambio significativo en este terruño irrelevante del sur de Europa, donde las empresas y los emprendedores son vistos como el mismísimo mal encarnado. Aquí seguiremos de brazos cruzados, con nuestros bares y playas, fabricando más y más funcionarios, mientras mendigamos paguitas a la UE y le seguimos el rollo a la Von der Layen y su club de burócratas y dinosaurios. Lo importante es que siga la fiesta aunque sea a costa de endeudarnos hasta las cejas. La solución, como decía la Chiqui, pasará por hacer más pedagogía fiscal (= vamos a pagar impuestos como cabrones).