Leyendo un poco el origen, parece que esto lo hizo un papi para sus hijas en los 70, y éstas, al crecer, lo plasmaron en el libro Elf on the Shelf, en los años 2000, que se ha popularizado poco a poco y llegado recientemente a España.
La verdad es que me parece un origen fantástico, y el hecho de que requiera una inversión mínima (un muñeco que en AE te cuesta cuatro perras) y sea básicamente para dar ilusión a los niños, me gusta mucho más que otras tradiciones que tenemos aquí, como el hada/ratoncito (que en general cambian dientes por obsequios) o incluso el mismo Santa, que no deja de ser camuflar regalos de familiares y amigos bajo un extraño que te vigila todo el año...