Lo completé hace un par de días, me esperaba más la verdad. Dejo mi opinión:
Un viaje onírico de la mente de Tim Schafer que arriesga con una propuesta no para todos los públicos, mezclando componentes de walking simulator y puzles donde controlaremos a un faro (sí, has leído bien). Con un arranque prometedor y curioso, pronto la esencia del juego va decayendo con puzles monótonos que dejan de ser originales y pecan de repetitivos. Su puesta en escena visual es sin duda su mayor virtud, con localizaciones muy coloridas y sobresaturadas, con estampas psicodélicas que son un regalo para la vista. Su parte sonora por otro lado peca de simplona, creo que mayor hincapié en una banda sonora más emotiva le hubiera aportado más puntos a esta aventura.
No he podido evitar acordarme de Journey jugando a Keeper, las ideas son similares; una ausencia absoluta del lenguaje y motivos de la aventura, un claro destino al cual debemos llegar y en esencia un viaje con sus esperados altibajos. La aventura de Keeper se queda muy por debajo de Journey, también porque Journey es de mis experiencias audiovisuales (que no juego) preferidas, una obra maestra del género que todavía para mi gusto no ha logrado ser superada. Keeper por desgracia pierde su mecha rápidamente, para nada es mal juego, es una experiencia de digestión lenta que se debe tomar con tranquilidad. No esperéis un gameplay rápido, aquí se trata de disfrutar del viaje, de contemplar cada estampa y dejarnos absorber por su mundo psicodélico. Si te atreves a comprender lo que propone lo disfrutarás, pero muy probablemente como me ha ocurrido a mí a media aventura, desearás que termine antes antes de lo esperado.
Nota 6