Firol escribió:Es que los documentales y las recreaciones históricas en su mayoría buff…con lo que me gusta y he desistido de ver muchas por ls incongruencias que mencionas, da igual que sean de la BBC, de Discovery, de canal Historia…meten patones que dan miedo.
A mi juicio
@Firol , los documentales de Canal Historia atesoraban una gran calidad y profesionalidad, sobre todo en su época dorada, que fue finales de los años 90 y principios del Siglo XXI (antes de que adoptaran la deriva ufológica...). No sé si recordaras una serie muy interesante llamada
La Construcción de un Imperio/Engineering an Empire, donde hacían gala de una excelsa documentación, aportando escenas recreadas en 3D (bastante buenas para la época) que facilitaban la comprensión de estructuras y construcciones de las que antiguamente sólo disponías una mera descripción o a lo sumo, un boceto. Conseguían aproximar a los espectadores conocimientos y conceptos complejos, sin renunciar a la fidelidad en el proceso. A fin de cuentas, es de sobra conocido que un apoyo visual, ayuda a asentar y consolidar mejor los saberes.
Firol escribió:Y cuando ya meten “extras” como el que comentas de ayudando a un ciudadano random o similar, te sacan del todo.
Eso se debe a una errónea, por no decir fatídica concepción, de crear una narrativa donde se acentúen y remarquen las características de los personajes históricos abordados, intentando instaurar una idea preconcebida y específica en el espectador, para que el mismo no deba afrontar el esfuerzo de reflexionar y juzgar los hechos, "facilitándole" previamente una "respuesta". De esa manera, para acentuar el despotismo de César, nos inventamos que aplicó la decimatio, parta que el personal horrorizado exclame: "¡mira si era malo y perverso César, que hasta masacraba a sus hombres!". O al contrario, para magnificar al grandeza de Graco, creamos relatos donde ayuda a desvalidos campesinos...
Un programa serio que se precie (y los documentales deberían serlo, para eso no están encuadrados en la categoría de ficción) a lo que debería aspirar, es a transmitir la información de la manera más honesta posible y que el espectador, en base a los sucesos expuestos, extraiga sus propias conclusiones. Y si en algún momento, hay algún dato, algún acontecimiento o algún incidente incierto, del que no se tiene plenas garantías de su verosimilitud, se debe especificar y aclarar que existe esa posibilidad, esa teoría o que incluso se estima la más probable, pero nunca aseverarlo de manera tajante como algo indudablemente cierto. Si de por sí, es complicado analizar la historia antigua (subjetividad de las fuentes, parcialidad de las mismas, escasez en ciertos periodos, contradicciones, diferentes versiones, etc), no ayudamos a su asimilación discurriendo nuevos capítulos de la misma.
Esa es la evidencia, la constatación, de que uno se halla ante un mal documental, porque tiene miedo por no exponer que ciertos aspectos, directamente se desconocen, porque temen que los espectadores consideren que acometen una mala praxis (fruto del pensamiento de que todo es como una especie de fábula, con una introducción, nudo y desenlace claros), cuando es precisamente al contrario, serían más transparentes actuando con rigor.
No hace falta más que comprobar en nuestro día a día, como una simple historia, puede variar con el tiempo. Tú te vas de viaje a París y al regresar, contarás una versión concreta de los hechos a tus conocidos, pero cuando vuelvas a rememorar los mismos dentro de cinco años... No serán iguales. ¿Porqué? Porque quizá no mencionaste anécdotas o datos la primera vez (ya fuera proque no surgieron, porque no te percataste, porque la conversación se desvió hacia otros derroteros, etc), olvidaste ciertos pasajes fruto del transcurso del tiempo o incluso, incurras en contradicciones fruto de ligeras confusiones o distracciones (algo tan sencillo como decir que llegaste al aeropuerto a las 12:00 horas, cuando en realidad fue a las 12:20). Pues lo mismo, sucede en la Historia como materia.
Firol escribió:Lo mejor es coger escritos de varias fuentes y poner cosas en común, teniendo en cuenta también que hay acontecimientos históricos de los que apenas nos ha llegado información hoy día y tenemos que aceptar los pocos datos que tengamos.
Justo en la línea de lo que esgrimía en la anterior cita.
josefsax escribió:Compiñeros, a cuenta de lo que habláis, yo no soy muy ducho en "historia", reconozco que desde joven le tenía tirria por lo mal que se me daba la asignatura estudiando... pero lo irónico es que me gustan los documentales en general de todo, incluido historia... Me encanta Roma, he leído algo variado sobre el tema, como SPQR y otros tantos, que como digo, me encantan... Pero si vosotros que sabéis un disparate más que yo, notáis todo eso... lo que quería decir, es que siempre me gusta que las películas, documentales, o libros que tratan sobre algo fidedigno, lo sea, y cada vez que leo cosas así (vuestras opiniones por ejemplo sobre estos documentales) me sigue dejando flipando, de cuantas cosas nos deben colar...
Tuve un profesor de Historia
@josefsax , cuya reflexión nunca se me olvidará: en Historia, lo importante no es conocer todas las fechas y datos con precisión, eso es algo que cualquiera puede consultar y corroborar en cualquier momento, lo primordial, es poder comprender el ejercicio histórico, saber contextualizar los sucesos, procesar los antecedentes y extraer las conclusiones pertinentes. El clásico:
¿De dónde venimos? ¿Qué somos? y
¿A dónde vamos?Y tenía razón, lo difícil en Historia (y eso se refleja constantemente a nivel académico) es cuando se demanda relacionar diferentes acontecimientos, en vez de "vomitar" un tema previamente memorizado. Es fácil hablar de la batalla de Farsalia, lo complicado, lo arduo, es construir y tejer todo el contexto previo a ese momento, el cuál no se limita a hablar sobre César o incluso Pompeyo, sino profundizar en torno a aspectos y apartados como la política y la sociedad romana, que son los que permiten desentrañar las causas de esa segunda guerra civil, la cuál no era inédita, con episodios previos como la guerra entre Cayo Mario y Sila, la cuál había evidenciado la fragilidad de un sistema político viciado y corrupto donde el poder militar se estaba imponiendo sobre el senado. La república no cayó con César, el proceso de desintegración y destrucción se estuvo gestando durante muchos años, siendo ese evento, concretamente el epitafio final.
Porque lo que tiene la Historia, es que la mayoría de los sucesos no surgen de la nada, sino que tienen sus raíces y sus orígenes en disputas o conflictos previos. Es como la revolución francesa, no es que un día de 1789 la ciudadanía francesa se levantara y dijera: "vamos a destruir la monarquía", no, no es tan simple, disponemos de unos antecedentes que se remontan incluso siglos, donde se configura una sociedad desigual en la que una serie de élites ostentan el poder político y económico, infringiendo una serie de abusos sobre las clases más vulnerables que incentivaron y propiciaron progresivamente ese caldo de cultivo que acabó eclosionando en 1789 fruto de una situación socieconómica específica que sirvió como estallido final (malas cosechas, hambrunas, crisis económica, convocatoria de los estados generales, etc).
Pero para entender eso, hay que haber asimilado y comprendido todos los pormenores de la época y de la estructura imperante (sociedad estamental). Y un documental, por sus características, por su idiosincrasia, debería tener la responsabilidad de favorecer esa coyuntura, porque sino, genera incultura.
Firol escribió:@josefsax bueno, aquí expertos no somos ninguno, simplemente aficionados a la historia en general y a la de Roma en particular.
Yo soy el primero que ni mucho menos, me conozco todos los entresijos y detalles de la historia romana, necesitando en ocasiones consultar, corroborar y verificar ciertos datos o fechas sobre las que albergo dudas. A fin de cuentas, no soy un ordenador, la cantidad de fechas destables es ingente y es imposible recordarlas todas.
Hay que tener en cuenta que sólo la historia romana supera el milenio de duración, con cientos, por no decir incluso miles, de episodios significativos, una historia sumamente compleja que comprende la sociedad, política, economía, cultura, guerra y religión, además de todas las civilizaciones con las que se relacionó o conquistó Roma. Sólo la biografía de César, puede alcanzar las 600 páginas de extensión, imagínate cuanto implicaría redactar con sumo detalle toda la historia de Roma. Por ello sólo tras una dedicación continuada y exclusiva durante años, uno puede alcanzar la condición, el estatus, de experto en ese campo y eso asumiendo a cambio, carencias en otros. La historia mundial es inabarcable, es imposible conocerla toda minuciosamente, ser experto en algo implica obligatoriamente ser ignorante en muchos cosas. Por eso puedes encontrarte con un medievalista excepcional, que sin embargo desconozca por completo conceptos como el fordismo.
Dicho esto, se supone que los asesores consultados o contratados para este tipo de documentales, a parte de ser historiadores (y disponer de herramientas para contrastar la información), también son expertos en el tema, por tanto es imperdonable la presencia de errores y fallos tan graves como algunos de los presentados.
Y ahora sí, una vez contestados los mensajes (es lo mínimo tras apreciar interés en algunos foreros por generar un debate de corte histórico, lo cuál se agradece), voy a proceder tal y como había prometido, a comparar directamente los capítulos dedicados a Constantino en ambos documentales, determinando así qué producción es la que hace gala de mayor rigor histórico. Aviso: se avecina redacción sumamente extensa.
El Imperio Romano: Ascensión y Caída (Canal Historia)El narrador comienza exponiendo que tras la crisis experimentada por el Imperio en el siglo III d.C, surgió la figura de Diocleciano como grande y nuevo emperador que podría salvar al imperio. En este inicio se comete un error, porque se deja entrever que Diocleciano se convirtió en emperador en ese año, cuando en realidad ya lo era desde finales del 284 d.C, tras ser nombrado por sus propios soldados. En el 286 d.C decidiría codirigir el imperio nombrando a un César: Maximiano. A efectos prácticos, Diocleciano seguía siendo la máxima autoridad, pero delegaba ciertas funciones en un lugarteniente de confianza al que elevaba al cargo de “César”. Por tanto, no es como si Dioceliano acabara de alcanzar el poder y se atisbara una esperanza para reconducir el imperio, ya llevaba más de una década gobernando.
Afortunadamente no se equivocan posteriormente al señalar que las reformas militares de Diocleciano incentivaron un refuerzo de las fronteras con unidades militares de carácter más móvil y reducidas para facilitar su manioabrilidad y desplazamiento en función a las amenazas, creando el cargo de duces limitis (comandante de frontera) al cargo de legiones más reducidas, de sólo 1000 hombres frente a los habituales 4000 o 5000 de antaño (dependiendo de la época, no es lo mismo a principios de la república que a finales).
Después se menciona que uno de los soldados más capacitados de Diocleciano, era Constantino, que contaba con 17 años de edad. Aquí nos encontramos ante un posible, pero no definitivo, fallo. ¿El motivo? Que no se sabe con certeza en que año nació Constantino, desconociéndose totalmente ese dato, existiendo muchas especulaciones al respecto. Es cierto que muchos historiadores estipulan que el año más probable fue el 272 d.C como el momento de su alumbramiento, pero no se trata de un consenso generalizado ni una cuestión totalmente segura y firme. Por tanto, existe la posibilidad de que Canal Historia haya manejado otras fuentes, ya que el año de su nacimiento oscila entre el 270 y el 280 d.C. Existiendo constancia de que participó directamente con Diocleciano en campañas militares como la del Danubio en el 296 d.C o contra los persas en la ciudad de Siria en el 297 d.C, es factible que en realidad este detalle, no se trate de un desliz, sino una diferencia de criterios ante un aspecto debatible.
A la hora de indicar la tetrarquía (proceso por el cuál se dividió el imperio en cuatro sectores, con dos emperadores en forma de Augusto y dos lugartenientes en forma de César), los territorios mostrados son correctos: una región que comprendía España (Hispania) e Italia, otra Francia (la Galia), otra Illyricum (Balcanes) y finalmente, Turquía, donde residía Diocleciano en Nicomedia. Es cierto que sólo se menciona a Constancio (padre de Constantino) como dirigente de Francia y Diocleciano de Turquía, obviando a Maximiano como líder de España e Italia y a Galerio de Illyricum. Más que un error, seguramente sea fruto de la necesidad de agilizar el relato, debido a la numerosa cantidad de acontecimientos que deben citarse en un espacio breve de tiempo, de apenas 45 minutos.
La presencia de Constantino en la corte de Diocleciano es verdadera, al igual que se formara en literatura (se sobreentiende que en latín, al ser el idioma oficial del imperio, aunque no se especifique en el documental), filosofía y griego.
En torno a la persecución cristiana acometida por Diocleciano, a modo de contexto se expone que durante 40 años no habían sido perseguidos y que representaban una parte significativa de la población. Ambos datos, son verídicos: Galieno en el 260 d.C decretó la suspensión de la persecución a los cristianos y se calcula que en torno al año 300, representaban el 10% de la población romana. También es cierto que se obligaba a los soldados a realizar sacrificios en honor a los Dioses paganos y trató de evitar la presencia de entes cristianos entre sus filas, aunque quizá es exagerado como aseguran en el documental, que fueron asesinados los que no aceptaban llevar a cabo los mismos, teniendo constancia de que eran expulsados del ejército y privados de su pensión, pero no que el castigo llegara a implicar la muerte.
Efectivamente, el edicto para la persecución de los cristianos fue efectuado en el 303 a.C y adecuadamente se explica en el documental que contemplaba juicios donde se torturaba a los acusados para que confesaran su herejía (profesar el cristianismo) y los que se resistieran a permitir que sus escritos “profanos” o símbolos fueran destruidos, eran ejecutados sumariamente.
Es certero que en el 305 d.C, después de una enfermedad que se agravó, Diocleciano abdicó y sorpresivamente, Constantino no fue su sucesor, como él mismo esperaba y se especulaba en los círculos cercanos al emperador. Asimismo menciona la importante anécdota de que Constantino era en cierta medida un “prisionero”, porque aunque había sido educado y tratado bien, su presencia era semi obligatoria, ya que era una manera de incentivar que su padre, Constancio, fuera fiel y leal a Diocleciano (recordad que gobernaba en Francia). También es correcto que huyera a Francia para reunirse con su padre, aunque no se especifica su argucia para lograrlo (seguramente como he señalado con anterioridad, debido al limitado metraje), que básicamente consistió en embriagar a Galerio (el sucesor de Diocleciano tras su abdicación) para que aceptara el traslado. En ese momento, Galerio y Constancio eran coemperadores (Augustos).
Constancio es descrito como un líder más tolerante y respetuoso que Diocleciano, siendo verdad, hasta el punto de que apenas aplicó en su territorio el edicto en contra de los cristianos del emperador. En el 305 a.C afrontó con su hijo una campaña contra los pictos (pueblo de origen escocés) en Bretaña y en el 306 a.C fruto de su defunción, Constantino fue nombrado emperador por las tropas leales a su padre. Además es cierto que su primer reto como emperador fue sofocar un ataque de los francos en el 306 d.C, capturando a sus líderes, exhibiéndolos en Trier (Alemania) como ejemplo de fuerza y autoridad, para que finalmente fueran presa y comida de las fieras.
El nombramiento de Majencio como nuevo emperador de Italia y el norte de África sucedió en realidad, también sus discursos populistas prometiendo disminuir los impuestos, al igual que su caída en popularidad cuando no cumplió sus promesas, con el estallido de una revuelta interna en Roma. La alianza entre Constantino y Licinio para derrocarle y repartirse el imperio (posteriormente Licinio se encargaría de aniquilar a la oposición que suponía Maximino Daya en el lado oriental del Imperio, aliado de Majencio), es verídica a su vez, sellándolo con una política matrimonial tan típica y habitual en aquellos tiempos.
Se omiten las primeras operaciones de Constantino en Italia contra Majencio (junto con el enfrentamiento contra Maximiano, padre de Majencio), como la batalla de Turín o la batalla de Brescia, acudiendo directamente al conflicto final en Roma. Una vez más, por cuestiones de tiempo, seguramente se obviaron esos episodios. Sí se refleja como Majencio guiándose por las profecías de los libros sibilinos, decidió enfrentarse en combate a Constantino bajo el presagio de que “el enemigo de los romanos, moriría”. Se cita correctamente al historiador Eusebio de Cesarea para escenificar como Constantino previo a la batalla decisiva, creyó divisar en el cielo una cruz que identificó como un símbolo cristiano, considerando que era un presagio para lograr la victoria, ordenando a sus soldados dibujar la mismo en sus escudos. El resultado de la batalla del Puente Milvio se resolvió como se narra en el documental: las tropas de Majencio se vieron acorraladas, teniendo como única ruta y vía de escape el río Tíber, muriendo Majencio al tratar de cruzarlo a nado, recuperándose su cadáver para luego decapitarlo y exhibir su cabeza en toda Italia para demostrar la autoridad de Constantino. El único pero en este apartado, es la exageración de que las tropas de Majencio era muy superiores a nivel numérico, estimándose que contaba con 25.000 soldados, contra los 20.000 que poseía Constantino.
La fecha del 313 a.C como la formalización del acuerdo y pacto entre Constantino y Licinio, repartiéndose el imperio (Occidente para Constantino, Oriente para Licinio), junto con la promulgación edicto de Milán que reconocía el cristianismo como religión del imperio, es verídica.
Desgraciadamente, se simplifican las posteriores disensiones y discrepancias entre ambos, aludiendo directamente al 321 d.C como el inicio de la guerra civil, cuando en realidad ya habían combatido entre el 314 y el 317 (algunos autores lo catalogan como la primera guerra civil), habiendo alcanzado una tregua mediante la instauración de sus hijos como nuevos Césares. Asimismo, la persecución religiosa impuesta por Licinio a partir del 320 d.C, seguramente está sobredimensionada en el documental, que esgrime matanzas recurrentes, cuando las fuentes apuntan a fuertes imposiciones (confiscaciones), pero no de carácter mortal.
Sí es veraz que en el 324 d.C aconteció la batalla de Adrianópolis (no confundir con la del 378 d.C) con el pretexto de que Constantino defendería a los cristianos. Su éxito provocó el retiro de Licinio a Bizancio, donde nuevamente cayó derrotado (aunque no se menciona explícitamente, fue fruto de un asedio) y finalmente, la batalla de Crisópolis concluyó la guerra civil, con el triunfo definitivo de Constantino que como bien explica el documental, optó por un ataque frontal masivo, participando activamente en el mismo su hijo Crispo, derrumbando así la resistencia de las legiones enemigas. A pesar de que en primera instancia, perdonó la vida de Licinio y lo mantuvo encerrado, al año siguiente ordenó su ejecución.
Con el asesinato de su principal rival, Constantino unificó el imperio, debiendo resolver la problemática imperante en torno a los cristianos acerca de la naturaleza de Cristo, pero dicho suceso está dramatizado, comparándolo con la persecución religiosa de Diocleciano, exhibiendo como los diferentes credos cristianos se perseguían y masacraban los unos a los otros. El concilio de Nicea del 325 d.C convocado por Constantino, supuso la creación del credo de Nicea, un intento de unificación que no frenó las disputas, no al menos a corto plazo.
Finalmente, se da por cierta la versión de que Fausta, para asegurar que sus hijos heredaran el Imperio, acusó a Crispo (el primogénito) de intentar seducirla, ordenando Constantino en represalia su ejecución en el 326 d.C. Sin embargo, poco después descubriría el engaño y lo haría pagar con la vida de su esposa. No se puede decir que sea mentira, pero tampoco aseverar que sea verdad, porque sigue tratándose de un asunto que se desconoce con certeza, existiendo muchas teorías, pero ninguna plenamente contrastada. Por tanto, el documental debería haber indicado esa posibilidad, pero no insinuar que era la opción probada. Afortunadamente sus últimos días son bien expuestos, con el bautismo y su posterior deceso en el 337 d.C.
En líneas generales, es un buen documento histórico, la mayor parte de la información y datos aportados son certeros, aunque existe en alguna ocasión puntual una ligera exageración en torno a algunos acontecimientos. También existen algunas omisiones y simplificaciones, pero son entendibles fruto del limitado metraje.
En conclusión, es un capítulo riguroso.
La antigua Roma: Grandeza y caída de un imperio (BBC).El capítulo empieza mal, mostrando un mapa de la tetrarquía incorrecto, adjudicando Hispania (España) al líder de la Galia (Francia), cuando en realidad era un dominio adscrito al dirigente de Italia, error que no comete el documental de Canal Historia.
Al igual que sucedió con el caso del capítulo dedicado a César, no se aborda la vida completa de Constantino, sino que comienzan directamente en el 312 d.C, en la campaña militar contra Majencio, concretamente antes de la batalla decisiva del Puente Milvio. Al igual que en el documental del Canal Historia, tiende a magnificar los números enemigos, cuando como ya he explicado, la diferencia no era tan amplia (5.000 soldados de diferencia). Tampoco existe constancia alguna de que Constantino estuviera esperando refuerzos y adelantara el ataque tres semanas, hasta donde se sabe, iba con el grueso de sus tropas (o al menos, las que se podía permitir sin dejar desguarnecida y desprotegida la Galia).
La profecía de que el enemigo de los romanos perecería y Majencio interpretó que garantizaba su victoria, sí está bien reflejada.
En el terreno de las invenciones, acontece algo obsceno cuando se expone que Lactancio acompañó a Constantino en los albores de la batalla del Puente Milvio. Es cierto que las fuentes confirman su cercanía al emperador, al ser nombrado como tutor de su hijo Crispo entre el 309 y el 310, habiéndolo acompañado hasta su nombramiento como César en el 317. Pero afirmar que siguió a Constantino en su campaña contra Majencio, es una ocurrencia propia de una fábula, más que de un relato histórico. Su introducción sólo corresponde al intento de justificar la posterior fe de Constantino al cristianismo, ejerciendo domo figura de influencia y presión, lo cuál no se atiene con los hechos históricos probados y contrastados. Tampoco existe evidencia de que su esposa (Fausta) fuera contraria al cristianismo.
Pero si ha habido un momento que me ha dejado completa y absolutamente perplejo de lo surrealista que es… Es cuando muestran como un meteorito cae cerca de la posición de Constantino y sus tropas, dejando en el cielo el dibujo, el símbolo de una cruz, que sería la señal para que Constantino abrazara el cristianismo…
¿Pero que tontería acabo de ver? ¿Y este es el laureado documental de la BBC, el que tanto prestigio y fama tiene? ¿El que se inventa la caída de un meteorito? ¡Por favor!
Obviamente lo de que Lactancio (que ni siquiera estaba presente realmente en ese momento) le proponga dibujar el símbolo en todos los escudos, también es falso, quitándole además esa responsabilidad e iniciativa a Constantino. ¿Porqué deformar la historia alterando los sucesos de una forma tan burda? ¿Era necesario? ¿De veras?
No existen pruebas de que los soldados de Constantino fueran reticentes inicialmente a pintar las cruces en los escudos.
La cifra de los 75.000 soldados de Majencio sinceramente, no sé de donde la sacaron… A parte de no ser fidedigna, claro… En cuanto a la estrategia de la contienda, existe la posibilidad de que, como se representa, el plan de Majencio consistiera en derribar el puente del río Tíber, pero no es algo seguro.
Es correcto que tras la victoria, Constantino alcanzó un pacto con Licinio en Milán en el 313 d.C, donde se estableció una alianza matrimonial, desposando a su hermana con el emperador de Oriente, pero lo de que ella cuestionara deber casarse con él… Creo que es una interpretación sumamente libre. Lo más probable es que en aquel periodo las mujeres no se cuestionaran en su mayoría ese tipo de enlaces, era lo habitual, lo recurrente y lo aceptaban.
Sin embargo, no es adecuado vender la imagen de que la excesiva ambición de Constantino desembocó en la guerra civil con Licinio, meditando traicionarle tras lograr su adversario unificar el lado oriental del imperio. No se me malinterprete, lo era (ambicioso), pero el motivo real de dicha disputa y desencuentro, fue un intento de asesinato perpetrado por el candidato de Licinio a ser su próximo César, lo cuál implicó que considerara que Licinio quería eliminarle. Algunas fuentes incluso acusan directamente a Licinio del complot.
Un error obsceno, es atribuir el inicio de la construcción de la basílica de San Pedro antes del estallido de la guerra civil contra Licinio, cuando en realidad, se produjo en sus últimos años de reinado, como bien alude el documental del Canal Historia.
La subtrama de Basiano reuniéndose con Licinio para informarle sobre las “desviaciones” cristianas de Constantino y buscando su apoyo para hacerle frente, es un ejercicio de pura inventiva. Es más, Basiano fue propuesto como César por Constantino y Licinio se negó.
Es medio verdad que la primera fase comenzó en el 316 d.C, fue dos años antes. Al menos aciertan en la tregua temporal hasta que en el 324 d.C se reanuda la disputa. La masacre de los cristianos por parte de Licinio, al igual que en el documental de Canal Historia, probablemente esté exagerada. Que el triunfo final de Constantino se debiera a que el estandarte cristiano amedrentó a las tropas de Licinio, es una fantasía.
Finalmente la ceremonia donde tras su derrota, Licinio reconoce a Constantino como único emperador, nunca sucedió, ya que tras ser capturado, fue encerrado directamente hasta su posterior ejecución. Lo de aseverar que le permitió retirarse a una villa griega y vivir feliz con su esposa, para posteriormente matarlo a traición, es obsceno y un atentado histórico.
Por cierto, ni una mención a su hijo Crispo en todo el metraje…
Los capítulos dedicados a César y Tiberio Sempronio Graco eran regulares, pero al menos parte de ellos eran verídicos, pero lo perpetrado con el de Constantino, es un despropósito. No hay rigor histórico alguno, la mayor parte del metraje es pura invención y fantasía, propio de una novela de aventuras que no de un episodio de carácter histórico.
Con lo que he visualizado, tengo total y absolutamente claro que la fama y el prestigio del documental de la BBC, es total y absolutamente infundada e inmerecida. Por el contrario, el desprestigio del documental del Canal Historia es injusto, con pocos errores, bastante riguroso, apoyado en fuentes históricas (citando con frecuencia autores clásicos) y consiguiendo sintetizar bastante bien periodos amplios y complejos, con una adecuada contextualización. Como punto de partida o repaso del imperio romano (ya que pocos capítulos están dedicados a la república), sin duda alguna, el documental del Canal Historia es la mejor opción.
¡Saludos!