La gente a la que quiero. En especial la cosilla adorable que tengo por hija. Y el informático del averno que me soporta día a día. Pero también los amigos a los que aprecio y, sobre todo, la ilusión de poder hacer en el futuro todas las cosas que me gustan. Lugares que ver, gente que conocer, libros que leer, cosas que aprender, mis ratos para aficiones... no sé, siempre hay más cosas que quiero hacer que tiempo disponible para ellas, así que tampoco necesito grandes metas, solo seguir viva para poder disfrutar de lo que me gusta.
Pero, sobre todo, la gente. Si pienso en los mejores momentos de mi vida siempre están asociados a personas a las que aprecio. Así que mientras siga teniendo la capacidad de relacionarme y conocer gente nueva, pues yo feliz.