Tagx escribió:(...) Las preguntas serían estas:
¿Es posible estar en este segundo momento / plano espiritual todo el tiempo? ¿Se puede vivir con la maquinaria intelectual a pleno desarrollo indefinidamente? ¿Es el ocio un destructor?
Saludos.
Camilo José Cela decía en una entrevista que "El escritor no descansa nunca". Incluso cuando crees que estás descansando, o cuando duermes, tu mente sigue trabajando.
Es posible que se te ocurran argumentos nuevos o ideas extrañas, en sueños, o que te vengan esas ideas cuando estás comprando en el supermercado, o mientras das un paseo en bicicleta.
Carl Sagan no escribía, sino que dictaba sus obras. Según testimonio de su hijo, a veces iban él y su padre paseando y de repente a Sagan se le ocurría algo para alguna obra o algún artículo que estaba escribiendo. Pedía disculpas por interrumpir la conversación y, según para qué material fuese la idea, sacaba un grabador de cassette portátil del bolsillo derecho, o del bolsillo izquierdo, de la chaqueta, y tomaba nota de la idea inmediatamente. Dominaba esta técnica.
Realmente Sagan necesitaba este método de trabajo porque escribía muy rápido y mucho por lo que no podía permitirse esperar a llegar a casa para apuntar las ideas o redactar algo, debía hacerlo en ese momento.
En cambio, Isaac Asimov, simplemente usaba el método de la disciplina: se sentaba delante de su máquina de escribir, en horario de oficina, durante horas y horas, y escribía. Al final a base de horas y de esfuerzo, y oficio, le salía un relato, o un libro, o un artículo.
Este método es lógico en Asimov porque, como inmigrante de origen ruso, aprendió desde pequeño que el esfuerzo y la perseverancia eran las únicas cualidades que proporcionaban el éxito. Asimov trabajaba muy duro, pero también porque creía que debía hacerlo así. No imagino a Asimov dando un paseo relajadamente mientras pensaba en los argumentos para una obra. Seguramente se sentiría culpable de no estar en su despacho frente a la máquina de escribir.
Por cierto, buscando una foto de Asimov, he visto que en 2014 se publicó un breve ensayo suyo inédito, precisamente dedicado a la creatividad
Otros autores de alguna manera introducen un factor mágico en su proceso creativo. Por ejemplo Juan José Benítez rechaza usar ordenadores, y prefiere escribir a máquina sus obras, porque ese método le ha funcionado bien y le ha dado mucha suerte. Cuando termina una obra, envía la máquina de escribir a que le hagan un mantenimiento y se pone a usar otra máquina diferente. Tiene varias.
Esta técnica de usar máquinas de escribir ya le sacó de un apuro una vez cuando un colega suyo con el que estaba colaborando intentó atribuirse la autoría completa de un libro. Pues Benítez pudo acreditar en el juzgado que su máquina de escribir, y no otra, fue la que redactó el "mecanoscrito" original. Porque cada máquina de escribir tiene, desde un punto de vista técnico forense, una "huella" tipográfica única.
Sería interesante que hicieras experimentos del tipo:
- intentar improvisar algo grabando tu voz, pero no con una grabadora cualquiera, sino con un dictáfono profesional que permite editar el audio (insertar, borrar total o parcialmente, reemplazar, grabar audio a continuación del anterior...)
- Usar una máquina de escribir tipo Olivetti 98. ¿Te inspira o te deja frío?
- Ir a una cafetería que tenga un ambiente interesante, sacar una libreta, y ver si se te ocurre algo.
- Explotar un ego gigantesco: considerarse un ser superior, perfecto, infalible, y escribir algo sin hacer una sola corrección, como si fueses una eminencia, un Premio Nobel. A ver qué sale de ahí. O todo lo contrario: escribir desde una profunda humildad, revisando el texto una y otra vez.
Esta web colecciona consejos de escritores que son muy interesantes:
https://www.ersilias.com/consejos-de-90-escritores/