ShadowCoatl escribió:Valla no me lo experava. La gente muriéndose de hambre sin poder gastar su dinero y éstos acaparando recursos...
xals_punk escribió:Deben de estar tremendamente ricos y disponer de naves industriales gigantescas, para comprar comida para 30 millones de personas
Ya lo aprenderás. El acaparamiento forma parte de una estrategia por parte de los empresarios, en contubernio con los imperialistas yanquis, para generar la sensación de que existe escasez en el país.
murkit escribió:veo poca seriedad para lo que es la noticia ( sin entrar en politica)
murkit escribió:veo poca seriedad para lo que es la noticia ( sin entrar en politica)
Un almacen al aire libre, sin paredes ok
Por espacio con eso tienes stock para un super de un barrio para unos dias, no de un pais y menos del consumo de meses, no veo los suministros de un pais entero escondidos por ningun lado
Lo que tenia que hacer el payaso de maduro, es construir supermercados nacionales *no embargados* por todo el pais y adminstrarlos y dejar de echar las culpas a otros
marcelus90 escribió:Leeel.
Comparto lo pobre d ela notícia y estoy totalmente en contra de su difusión de manera que quede tan poco elaborado. Pero estoy seguro que eso es el pan de cada dia allí.
Venga xavales, que todo lo que no sea de círculos de economia o boletines oficiales ya son mamandurrias. Que conformistas. No me acordaba.

vittton escribió:Ah ya, que los que no me replicaron más en los hilos de hace dos meses sobre Venezuela corriendo después al de Podemos para continuar con los chistes fáciles ahora regresan con nuevos bríos para tocar las narices.
¿Hoy abrieron otro? hilo_ojo-con-venezuela_2097383
Estamos tan mal que nos convertimos en la vara -mala- de medir absolutamente todo.
Veamos, anoche me quedé en un hotel en Maracay y no hubo luz desde las 00:30 hasta las 6:00 de la madrugada. Los apagones fuera de Caracas son normales (a la capital la cuidan mucho más). Desde las 5:00 no puede dormir más por el calor de la habitación.
La chica con la que estoy tonteando y saliendo le asesinaron a su hermano mayor en enero de varias apuñaladas y varios disparos para robarle una camioneta (ellos son de clase humilde, por si les da curiosidad saber).
La he acompañado dos veces al cementerio de El Junquito y al loro: la primera vez había una mujer histérica porque en la tumba de su familiar recién fallecido echaron tierra encima porque iban a enterrar a otra persona ese día; la segunda vez no había agua en el cementerio.
La panadería en la que tomé café esta mañana en Maracay (ciudad y estado controlados por "la revolución") tenía los estantes llenos de chuches y refrescos para disimular la escacez.
Mi padre y yo compramos un repuesto nuevo para el coche que hace un mes valía dos terceras partes de lo que nos costó hoy.
Yo me quedé quince minutos en el ascensor de mi edificio porque se fue la luz el sábado pasado (Caracas tiene menos apaganos, pero los tiene). De hecho, vivo en un cuarto piso y no lo agarro mucho precisamente por eso.
Pero que sí tío, que sí, que en España se vive mucho peor, que lo dice rebelion.org e insurgente.org.
Qué bonito "contrastar" la información con la web de VTV, el canal del estado.
Ustedes me están tomando el pelo, ¿verdad?
estrategia por parte de los empresarios, en contubernio con los imperialistas yanquis,
dani_el escribió:
Al parecer se uso la misma estrategia en el Chile de Salvador Allende antes del golpe de estado, lo que lo haria menos descabellado.
Al discutir este tema, carece de sentido suponer un control de precios que fijase éstos exactamente donde los situaría en cualquier caso el mercado libre. Esto sería como si no existiera dicho control Debemos suponer que el poder adquisitivo de las gentes es mayor que la oferta de bienes disponibles y que los precios son mantenidos por el Estado por debajo de los niveles que alcanzarían en el mercado libre.
Ahora bien, no es posible mantener el precio de una mercancía por debajo de su nivel de mercado sin que, al mismo tiempo, se produzcan esas consecuencias. En primer término, un incremento en la demanda del artículo intervenido. Puesto que resulta más barato, el público se ve tentado y puede comprarlo en mayor cantidad. En segundo lugar, una reducción en la oferta. Al comprar más la gente, las existencias acumuladas desaparecen más rápidamente del comercio. Pero, además, la producción se contrae. Los márgenes de beneficios son reducidos o eliminados, con lo cual los productores marginales desaparecen. Incluso los más eficientes pueden llegar a experimentar pérdidas. Esto ocurrió durante la guerra, cuando la Oficina de Administración de Precios obligó a los mataderos a sacrificar y elaborar la carne por menos de lo que les costaba el ganado vivo y el trabajo de sacrificarlo y manipularlo.
Por consiguiente, en el mejor de los casos, la consecuencia de fijar un precio máximo a un artículo determinado será provocar su escasez. Esto es precisamente lo contrarío de lo que los gobernantes pretendían, pues precisamente los artículos objeto de tasa son los que más desean mantener en abundante oferta. Ahora bien, cuando limitan los salarios y beneficios de quienes los fabrican, sin intervenir al mismo tiempo los de aquellos que producen artículos de lujo o semilujo, desalientan la producción de artículos de primera necesidad sometidos a tasa y estimulan la fabricación de mercancías menos esenciales.
Algunas de estas consecuencias terminan por aparecer con toda claridad a los gobernantes, quienes entonces adoptan nuevos sistemas y controles en un intento de eludirlas. Entre ellos figuran el racionamiento, el control de costos, los subsidios y la fijación general de precios. Examinemos sucesivamente cada uno de ellos.
Cuando aparece la escasez de cualquier producto, a causa de la fijación de su precio por debajo del de mercado libre, los consumidores ricos son acusados de «haberse apoderado de más de lo que en justicia les corresponde», o, si se trata de materia prima indispensable para un proceso de fabricación, se culpa a las empresas particulares de «acaparar». E1 Gobierno adopta entonces una serie de normas disponiendo quién tendrá prioridad para adquirir tal mercancía, o a quién y en qué cantidad será adjudicada, o cómo ha de ser racionada. Si se adopta el sistema de racionamiento, cada consumidor puede disponer sólo de determinado suministro máximo, sin consideración a cuanto se halle dispuesto a pagar por mayor porción.
En una palabra, si se establece un sistema de racionamiento, ello significa que el Gobierno instaura un doble sistema de precios o un doble sistema monetario, en el cual cada consumidor ha de poseer cierto número de cupones o «puntos», además de una determinada cantidad de dinero. O lo que es igual, el Gobierno trata de hacer mediante el racionamiento parte de lo que en un mercado libre habría hecho a través de los precios. Digo sólo parte, porque el racionamiento simplemente limita la demanda, sin estimular al mismo tiempo la oferta, como hubiera hecho un precio más elevado.
El Gobierno puede tratar de asegurar el aprovisionamiento extendiendo su control a los costos de producción de un artículo. Para mantener bajo el precio de la carne al detalle, por ejemplo, puede fijar su precio al por mayor, el precio en matadero, el del ganado vivo y el de los piensos, más los salarios de los braceros del campo. Para mantener bajo el precio de la leche, puede intentar fijar los salarios de los repartidores, el precio de los envases, el de la leche en las granjas y el de los piensos. Para contener el precio del pan, puede fijar los salarios en la industria panadera, el precio de la harina, los beneficios de los harineros, el precio del trigo, y así sucesivamente.
Pero a medida que el Estado extiende esta intervención de los precios, extiende también las consecuencias que en un principio le llevaron por este camino. Suponiendo que tenga suficiente decisión para fijar esos costos y sea capaz de hacer cumplir sus resoluciones, no consigue otra cosa sino provocar la escasez en los diversos factores —mano de obra, piensos, trigo, etcétera— que intervienen en la producción de los artículos resultantes. Así, los gobernantes se ven obligados a implantar controles en círculos cada vez más amplios cuya consecuencia final conduce a la fijación general de precios.
vittton escribió:Ah ya, que los que no me replicaron más en los hilos de hace dos meses sobre Venezuela corriendo después al de Podemos para continuar con los chistes fáciles ahora regresan con nuevos bríos para tocar las narices.
¿Hoy abrieron otro? hilo_ojo-con-venezuela_2097383
Estamos tan mal que nos convertimos en la vara -mala- de medir absolutamente todo.
Veamos, anoche me quedé en un hotel en Maracay y no hubo luz desde las 00:30 hasta las 6:00 de la madrugada. Los apagones fuera de Caracas son normales (a la capital la cuidan mucho más). Desde las 5:00 no puede dormir más por el calor de la habitación.
La chica con la que estoy tonteando y saliendo le asesinaron a su hermano mayor en enero de varias apuñaladas y varios disparos para robarle una camioneta (ellos son de clase humilde, por si les da curiosidad saber).
La he acompañado dos veces al cementerio de El Junquito y al loro: la primera vez había una mujer histérica porque en la tumba de su familiar recién fallecido echaron tierra encima porque iban a enterrar a otra persona ese día; la segunda vez no había agua en el cementerio.
La panadería en la que tomé café esta mañana en Maracay (ciudad y estado controlados por "la revolución") tenía los estantes llenos de chuches y refrescos para disimular la escacez.
Mi padre y yo compramos un repuesto nuevo para el coche que hace un mes valía dos terceras partes de lo que nos costó hoy.
Yo me quedé quince minutos en el ascensor de mi edificio porque se fue la luz el sábado pasado (Caracas tiene menos apaganos, pero los tiene). De hecho, vivo en un cuarto piso y no lo agarro mucho precisamente por eso.
Pero que sí tío, que sí, que en España se vive mucho peor, que lo dice rebelion.org e insurgente.org.
Qué bonito "contrastar" la información con la web de VTV, el canal del estado.
Ustedes me están tomando el pelo, ¿verdad?
PreOoZ escribió:La cuestión de todo esto es que, al margen de si la noticia en concreto acaba por ser real o no, nadie en su sano juicio podría pensar que en Venezuela hay empresarios capaces de hacer compras masivas para encarecer precios y culpar de ello al Gobierno. Qué va... y lo que te contaré.
No me sorprendería nada, porque ni es la primera vez que ocurre ni la última. Y yo no voy a defender a Maduro, porque ni quiero ni falta que me hace, pero tampoco voy a echarme una venda en los ojos, como si no hubiese intereses en echar por la borda al gobierno de ese país. En ese sentido sí que no tengo contemplaciones, me hartan unos y otros.
futuro mad max escribió:lo redactado da tanta verguenza ajena como los discursos de rajoyEl acaparamiento forma parte de una estrategia por parte de los empresarios, en contubernio con los imperialistas yanquis, para generar la sensación de que existe escasez en el país.