Habrá de todo, algunos por necesidad (que total, el césped tiene sus ventajas, no nos pongamos Flanders) y otros por "chulería" (escupir es muy de macho o malote).
Yo no recuerdo hacerlo excepto en ocasiones extremas, cuando hago un sprint muy intenso, o un sobreesfuerzo final, me cambia el sabor de la boca... siempre he dicho que era como "sangre", pero no tiene sentido... ¿soy el único?