Tendrían que meterlos a todos en una puta celda a pan y agua. A todos, Carcaño, el cuco, Samuel, el desgraciado del hermano y la mujer de éste. Y no hay juicio hasta que no aparezca el cuerpo de la niña. Íbais a ver qué prontito aparecía.
A esta recua de hijos de puta había que fusilarlos, a todos. Y aún así no pagan. Por asesinos, torturadores de los padres, psicópatas, encubridores y por reirse de la policía y del país entero durante años.