NWOBHM escribió:Para mí, el caso del carterismo y el descuiderismo es distinto a otro tipo de robos y el 90% de la culpa la tiene la gente.
Esto es lo que me faltaba por leer. Es para partirse de risa ya...
La culpa de que te roben es del LADRÓN. Y punto.
Otra cosa es que en este país de mierda, las leyes con todos estos delincuentes multirreincidentes sean tan laxas y permisivas, que al final no puedas ni girarte desde el carro de la compra a la estanteria de al lado por si tienes al cabrón de turno acechando tu bolso.
Tampoco puedes ir a la playa con una triste mochila (ahora voy sólo con las llaves del coche y 5 euros escondidos en el paquete de tabaco porque ya tuvimos nuestra experiencia con esto), porque si te das un chapuzón de dos minutos te arriesgas a que el moro-lagartija de turno te robe la mochila. Tampoco puedes dejarte ni una camiseta en un asiento del coche, ni dos cartas en el buzón si te vas una semana de vacaciones no sea que te roben o incluso que te la "okupen" y la polícia no pueda hacer nada por devolverte TU CASA, ni el coche aparcado lejos de tu vista en un área de servicio de la autopista, ni subir con bolsas en el metro, ni dejar que un idiota te "regatee" en la calle si llevas cartera,. etc.. etc.. etc...
Y muy bien. Que España se haya convertido en una basura de país lo puedo asumir. Pero, lo que sí que no me sale de las narices, es aceptar que la culpa de que nos roben es "de la gente". Una mierda grande como una casa.
Otra cosa es que no nos quede otra que aprender a convivir y defendernos de toda esta chusma. Que tengamos que vivir con todas estas precauciones, por el hecho de que las leyes de este país, por su permisividad y tolerancia, no sirvan de nada para proteger a los ciudadanos de la delincuencia.
Que un tío pueda entrar detenido y salir 30 veces es una semana no es culpa de la gente. Es culpa de unas leyes de mierda, propias de un país de mierda. Y nuestras autoridades, con su dejadez, para mí no son otra cosa que CÓMPLICES de esta situación. Nos estamos acostumbrando tanto a ella que incluso culpamos a la víctima de que la roben, por el hecho de no actuar de una forma más propia de un paranoico que de alguien que va a comprar tomate al súper.