Frecuencia: número de ciclos de GPU por unidad de tiempo, a mayor frecuencia mayor rendimiento.
Vatios de consumo: has de tener en cuenta que la fuente de alimentación proporciona varias tensiones distintas, la suma de todas te da la cantidad de vatios totales que puede suministrar la fuente de alimentación. Tienes que fijarte en cuantos vatios entrega tu fuente en las líneas de 12v que son de las que va a tirar la gráfica.
Interfaz de 128 y 256: bueno, el término interfaz es algo ambiguo, ya que esto son buses de datos paralelos. Cuanto más ancho es el bus (32b, 64b, 128b, 256b etc etc), más cantidad de datos puedes redirigir por ciclo, con lo que multiplicas la cantidad de datos que envías en cada cíclo (es decir 256bits multiplica x2 la cantidad de datos por ciclo de 128bits), digamos que es como una autopista, cuantos más carriles tenga, más coches pueden circular por ella al mismo tiempo.
Tipo de memoria: esto es simplemente generación, se diferencian principalmente en los costes de fabricación, el tamaño de bus admitido, la velocidad a la que trabajan y la latencia a lo que lo hacen. Esto influye directamente en la velocidad a la que la memoria y la GPU se comunican.
Si sumas todos estos conceptos (a excepción de los vatios que consuma) puedes estimar el rendimiento de una gráfica (es decir GPU+BUS+Memorias).