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Efrey escribió:
El mensaje de la Iglesia, segun tu post, es que de sexo nada, hasta el matrimonio. Un mensaje, totalmente desfasado y nada útil, en una sociedad donde las relaciones esporadicas, estan a la orden del dia. El sexo, es algo muy natural y sano, si se realiza de forma segura. Tan sencillo como un preservativo, o similares. Pero no la "santa iglesia", da el mensaje de que reprimamos nuestros impulsos, que los metodos anticonceptivos no son buenos...
Pos permiteme que te diga, que estan muy equivocados, y que lo unico que se dedican ellos, es a poner travas al progreso. Y intentar anclarnos en el pasado, donde estan ellos...
Y ya que hablas de hipocritas, ellos son uno de los ejemplos mas claros, se meten en la sexualidad, en el aborto, en los metodos anticonceptivos etc, temas que ni les va ni les viene, porque de sexo "en teoria", estan a dos velas y no pintan nada.
Un saludo.
Amílcar escribió:Estoooo: ¿tú sabes lo que es la Iglesia? Porque que los religiosos estén a dos velas no tiene nada que ver con el mensaje de la Iglesia.
Y su mensaje sobe el sexo y otras cosas, te puede parecer desfasado o no, pero es el que es. La Iglesia no va a cambiar en cuestiones de doctrina o moral porque la gente haga o deje de hacer: pretende dar un mensaje intemporal. Si te gusta lo tomas y, si no, lo dejas, nadie obliga.
El catolicismo es lo que es: a quien no le guste, hay otras formas de cristianismo. Pero que no intente cambiar una religión a su gusto.
Por cierto 927PoWeR así por entrar en otro de los puntos que expusiste, que entiendo es importante: no es cierto que hasta Nicea se considerase a Jesús sólo un profeta. De hecho, en Nicea lo que se habló fue sobre Arrio y su teoría de Cristo como una especie de Demiurgo. Pero la divinidad de Cristo está ahí desde el principio, aunque haya habido distintas herejías que la negasen a lo largo de la Historia (lo de herejías es porque se denominan así, no de forma despectiva).
y lo de que el catolicismo es una escisión... precisamente es de él de donde se van desgajando otros. Como máximo, la duda cabe frente a los ortodoxos (entiendo).
Y lo de Pedro, para mí que lo lías, porque Pedro es uno: otra cosa es que a lo mejor confundes a Pedro, San Pedro, que se llamaba Simón hasta lo de "sobre ti edificaré mi Iglesia" y Simón el zelote. Hay quien dice que Pedro era también zelote, es una teoría. Pero, en cualquier caso, Pedro "el fundador de la Iglesia Católica" tal y como tú le llamas, es Pedro el apóstol.
Y, casi para terminar (una vez que me pongo) lo de María Madalena como mujer de Jesús es el de esos mitos que no han sido demostrados ni remotamente. Se limitan a poco más que el "calumnia, que algo queda" y se acercan más a Teorías de la Conspiración que otra cosa. Algún indicio, que puede querer decir eso o no, y ya se crea una teoría en torno a ello: hay pruebas mucho más sólidas de que ETA participó en el 11-M, fíjate bien lo que digo. De hecho, es menos acto de fe afirmar que Jesús dejó por ahí descendencia de María Magdalena que creer que ETA participó en esos atentados. Me gusta la comparación porque, eso, hay alguna cosa suelta que, bueno, podría querer decir, pero... Pues Luis del Pino lo eleva a verdad universal.
Un saludo
(Mira que últimamente apenas escribía, me estoy desfogando, vaya tostadas)
Amílcar escribió:Parece que me aficiono al hilo.
Es auténticamente hipócrita decir en referencia al SIDA que la Iglesia prohibe el uso del condón. Lo primero que dice es que fuera del matrimonio se practique la abstinencia. Coño, mira, eso sí es seguro contra el SIDA.
Amílcar escribió:Desde ese momento, y teniendo en cuenta que es lo primero que dice, ¿qué más da lo que diga con respecto al condón? Porque, vamos a ver, si incumples esa primera regla, y te acuestas con alguien "por ahí", ¿qué mente estúpida y estrecha no usa preservativo por motivos religiosos? Es decir, te acuestas con alguien, que en teoría es pecado más grave, ¿y luego te pones moñas y con reparos morales por usar condón? Es que me da que no hay una sola persona en el mundo tan estúpida o tan poco formada. Es como decir: te mato pero luego no te quito el reloj que robar es pecado.
La Iglesia da una solución, la abstinencia. ¿No te gusta? Pues no la cumplas, pero no pretendas que cambie su postura respecto a otra cosa para que se adecue a lo que tú quieres.
En África el 99'99% son moros de mierda, una plaga mayor aún que la de los gitanos, y aquí hay gente que los exterminaría antes que a los moros, pero no son racistas.daneel escribió:Si no se usa el preservativo =riesgo alto de coger sida en paises de Africa.
Concilio de NICEA escribió:EL CONCILIO DE NICEA
Después de su victoria contra contra Licinus, el emperador de oriente, en septiembre de 324 d.C. Constantino dueño absoluto del Imperio Romano, se esforzó en arreglar los litigios entre los diferentes obispos de oriente, como ya hizo en occidente por causa del donatismo convocando los sínodos de Roma en el 311 y el de Arlés en el 314. Así convocó a los diferentes obispos a un sínodo comparable en todo a los comitia (comicios) de las órdenes civiles del Imperio. Este concilio fue convocado primeramente en Ancyra y después, por razones de comodidad el propio emperador, en Nicea, donde en sus inmediaciones más próximas se encontraba la residencia imperial de Nicomedia.
Vemos que el emperador, tras haber logrado la unificación y uniformidad total del imperio bajo su persona, trataba de hacer lo mismo con el cristianismo, a imagen del propio imperio. Este concilio no fue convocado por la iglesia o uno de sus obispos, sino por un emperador sobre el que aún hoy recaen serias dudas entorno a lo genuino de su fe cristiana, puesto que era un adorador del Solis Invictus (Sol Invicto). La pretensión posterior del obispado de Roma de ejercer una primacía jerárquica sobre el resto de la cristiandad tiene mucho que ver con este deseo de uniformidad imperial.
Por deseo del emperador romano Constantino, el concilio se reunió en la ciudad de Nicea, en el Asía Menor y cerca de Constantinopla, en el año 325 el 20 de mayo, la mañana de las fiestas de conmemoración de su victoria sobre su rival Licinio. Es esta asamblea la que la posteridad conoce como el Primer Concilio Ecuménico, es decir, universal.
El número exacto de los obispos que asistieron al concilio nos es desconocido, pero al parecer fueron unos trescientos. Para comprender la importancia de lo que estaba aconteciendo, recordemos que varios de los presentes habían sufrido cárcel, tortura o exilio poco antes, y que algunos llevaban en sus cuerpos las marcas físicas de su fidelidad. Y ahora, pocos años después de aquellos días de pruebas, todos estos obispos eran invitados a reunirse en la ciudad de Nicea, y el emperador cubría todos sus gastos. Muchos de los presentes se conocían de oídas o por correspondencia. Pero ahora, por primera vez en la historia de la iglesia, podían tener una visión física de la universalidad de su fe. En su Vida de Constantino Eusebio de Cesarea nos describe la escena:
"Allí se reunieron los más distinguidos ministros de Dios, de Europa, Libia [es decir, Africal y Asia. Una sola casa de oración, como si hubiera sido ampliada por obra de Dios, cobijaba a sirios y cilicios, fenicios y árabes, delegados de la Palestina y del Egipto, tebanos y libios, junto a los que venían de la región de Mesopotamia. Había también un obispo persa, y tampoco faltaba un escita en la asamblea. El Ponto, Galacia, Panfilia, Capadocia, Asia y Frigia enviaron a sus obispos más distinguidos, junto a los que vivían en las zonas más recónditas de Tracia, Macedonia, Acaya y el Epiro. Hasta de la misma Espafía, uno de gran fama [Osio de Córdoba] se sentó como miembro de la gran asamblea. El obispo de la ciudad imperial [ Roma] no pudo asistir debido a su avanzada edad, pero sus presbíteros lo representaron. Constantino es el primer príncipe de todas las edades en haber juntado semejante guirnalda mediante el vínculo de la paz, y habérsela presentado a su Salvador como ofrenda de gratitud por las victorias que había logrado sobre todos sus enemigos"
En este ambiente de euforia, los obispos se dedicaron a discutir las muchas cuestiones legislativas que era necesario resolver una vez terminada la persecución. La asamblea aprobó una serie de reglas para la readmisión de los caídos, acerca del modo en que los presbíteros y obispos debían ser elegidos y ordenados, y sobre el orden de precedencia entre las diversas sedes.
Pero la cuestión más escabrosa que el Concilio de Nicea tenía que discutir era la controversia arriana. En lo referente a este asunto, había en el concilio varias tendencias.
En primer lugar, había un pequeño grupo de arrianos convencidos, capitaneados por Eusebio de Nicomedia -personaje importantísimo en toda esta controversia, que no ha de confundirse con Eusebio de Cesarea. Puesto que Arrio no era obispo, no tenía derecho a participar en las deliberaciones del concilio. En todo caso, Eusebio y los suyos estaban convencidos de que su posición era correcta, y que tan pronto como la asamblea escuchase su punto de vista, expuesto con toda claridad, reivindicaría a Arrio y reprendería a Alejandro por haberle condenado.
En segundo lugar, había un pequeño grupo que estaba convencido de que las doctrinas de Arrio ponían en peligro el centro mismo de la fe cristiana, y que por tanto era necesario condenarlas. El jefe de este grupo era Alejandro de Alejandría. Junto a él estaba un joven diácono que después se haría famoso como uno de los gigantes cristianos del siglo IV, Atanasio.
Los obispos que procedían del oeste, es decir, de la región del Imperio donde se hablaba el latín, no se interesaban en la especulación teológica. Para ellos la doctrina de la Trinidad se resumía en la vieja fórmula enunciada por Tertuliano más de un siglo antes: una substancia y tres personas.
Otro pequeño grupo -probablemente no más de tres o cuatro- sostenía posiciones cercanas al "patripasionismo", es decir, la doctrina según la cual el Padre y el Hijo son uno mismo, y por tanto el Padre sufrió en la cruz. Aunque estas personas estuvieron de acuerdo con las decisiones de Nicea, después fueron condenadas. Empero, a fin de no complicar demasiado nuestra narración, no nos ocuparemos más de ellas.
Por último, la mayoría de los obispos presentes no pertenecía ninguno de estos grupos. Para ellos, era una verdadera lástima hecho de que, ahora que por fin la iglesia gozaba de paz frente al Imperio, Arrio y Alejandro se hubieran envuelto en una controversia que amenazaba dividir la iglesia. La esperanza de estos obispos, al comenzar la asamblea, parece haber sido lograr una posición conciliatoria, resolver las diferencias entre Alejandro y Arrio, y olvidar la cuestión. Ejemplo típico de esta actitud es Eusebio de Cesarea.
En esto estaban las cosas cuando Eusebio de Nicornedia, el jefe del partido arriano, pidió la palabra para exponer su doctrina. Al parecer, Eusebio estaba tan convencido de la verdad de lo que decía, que se sentía seguro de que tan pronto como los obispos escucharan una exposición clara de sus doctrinas las aceptarían como correctas, y en esto terminaría la cuestión. Pero cuando los obispos oyeron la exposición de las doctrinas arrianas su reacción fue muy distinta de lo que Eusebio esperaba. La doctrina según la cual el Hijo o Verbo no era sino una criatura -por muy exaltada que fuese esa criatura- les pareció atentar contra el corazón mismo de su fe. A los gritos de " ¡blasfemia!", " ¡mentira!" y "¡herejía!", Eusebio tuvo que callar, y se nos cuenta que algunos de los presentes le arrancaron su discurso, lo hicieron pedazos y lo pisotearon.
El resultado de todo esto fue que la actitud de la asamblea cambió. Mientras antes la mayoría quería tratar el caso con la mayor suavidad posible, y quizá evitar condenar a persona alguna, ahora la mayoría estaba convencida de que era necesario condenar las doctrinas expuestas por Eusebio de Nicomedia.
Al principio se intentó lograr ese propósito mediante el uso exclusivo de citas bíblicas. Pero pronto resultó claro que los arrianos podían interpretar cualquier cita de un modo que les resultaba favorable -o al menos aceptable. Por esta razón, la asamblea decidió componer un credo que expresara la fe de la iglesia en lo referente a las cuestiones que se debatían. Tras un proceso que no podemos narrar aquí, pero que incluyó entre otras cosas la intervención de Constantino sugiriendo que se incluyera la palabra "consubstancial" -palabra ésta que discutiremos más adelante en este capítulo- se llegó a la siguiente fórmula, que se conoce como el Credo de Nicea:
"Creemos en un Dios Padre Todopoderoso, hacedor de todas las cosas visibles e invisibles.
Y en un Señor Jesucristo, el Hijo de Dios; engendrado como el Unigénito del Padre, es decir, de la substancia del Padre, Dios de Dios; luz de luz; Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no hecho; consubstancial al Padre; mediante el cual todas las cosas fueron hechas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra; quien para nosotros los humanos y para nuestra salvación descendió y se hizo carne, se hizo humano, y sufrió, y resucitó al tercer día, y vendrá a juzgar a los vivos y los muertos.
Y en el Espíritu Santo.
A quienes digan, pues, que hubo cuando el Hijo de Dios no existía, y que antes de ser engendrado no existía, y que fue hecho de las cosas que no son, o que fue formado de otra substancia o esencia, o que es una criatura, o que es mutable o variable, a éstos anatematiza la iglesia católica."
Esta fórmula, a la que después se le añadieron varias cláusulas -y se le restaron los anatemas del último párrafo- es la base de lo que hoy se llama "Credo Niceno", que es el credo cristiano más universalmente aceptado. El llamado "Credo de los Apóstoles", por haberse originado en Roma y nunca haber sido conocido en el Oriente, es utilizado sólo por las iglesias de origen occidental -es decir, la romana y las protestantes. Pero el Credo Niceno, al mismo tiempo que es usado por la mayoría de las iglesias occidentales, es el credo más común entre las iglesias ortodoxas orientales -griega, rusa, etc.
Detengámonos por unos instantes a analizar el sentido del Credo, según fue aprobado por los obispos reunidos en Nicea. Al hacer este análisis, resulta claro que el propósito de esta fórmula es excluir toda doctrina que pretenda que el Verbo es en algún sentido una criatura. Esto puede verse en primer lugar en frases tales como "Dios de Dios; luz de luz; Dios verdadero de Dios verdadero". Pero puede verse también en otros lugares, como cuando el Credo dice "engendrado, no hecho". Nótese que al principio el mismo Credo había dicho que el Padre era "hacedor de todas las cosas visibles e invisibles". Por tanto, al decir que el Hijo no es "hecho", se le está excluyendo de esas cosas "visibles e invisibles" que el Padre hizo. Además, en el último párrafo se condena a quienes digan que el Hijo "fue hecho de las cosas que no son", es decir, que fue hecho de la nada, como la creación. Y en el texto del Credo, para no dejar lugar a dudas, se nos dice que el Hijo es engendrado "de la substancia del Padre", y que es "consubstancial al Padre". Esta última frase, "consubstancial al Padre", fue la que más resistencia provocó contra el Credo de Nicea, pues parecía dar a entender que el Padre y el Hijo son una misma cosa, aunque su sentido aquí no es ése, sino sólo asegurar que el Hijo no es hecho de la nada, como las criaturas.
En todo caso, los obispos se consideraron satisfechos con este credo, y procedieron a firmarlo, dando así a entender que era una expresión genuina de su fe. Sólo unos pocos -entre ellos Eusebio de Nicomedia- se negaron a firmarlo. Estos fueron condenados por la asamblea, y depuestos. Pero a esta sentencia Constantino añadió la suya, ordenando que los obispos depuestos abandonaran sus ciudades. Esta sentencia de exilio añadida a la de herejía tuvo funestas consecuencias, como ya hemos dicho, pues estableció el precedente según el cual el estado intervendría para asegurar la ortodoxia de la iglesia o de sus miembros.
La controversia arriana después del concilio
El Concilio de Nicea no puso fin a la discusión. Eusebio de Nicomedia era un político hábil -y además parece haber sido pariente lejano de Constantino. Su estrategia fue ganarse de nuevo la simpatía del emperador, quien pronto le permitió regresar a Nicomedia. Puesto que en esa ciudad se encontraba la residencia veraniega de Constantino, esto le proporcionó a Eusebio el modo de acercarse cada vez más al emperador. A la postre, hasta el propio Arrio fue traído del destierro, y Constantino le ordenó al obispo de Constantinopla que admitiera al hereje a la comunión.
El obispo debatía si obedecer al emperador o a su conciencia cuando Arrio murió. En el año 328 Alejandro de Alejandría murió, y le sucedió Atanasio, el diácono que le había acompañado en Nicea, y que desde ese momento sería el gran campeón de la causa nicena. A partir de entonces, dicha causa quedó tan identificada con la persona del nuevo obispo de Alejandría, que casi podría decirse que la historia subsiguiente de la controversia arriana es la biografía de Atanasio. Baste decir que, tras una serie de manejos, Eusebio de Nicomedia y sus seguidores lograron que Constantino enviara a Atanasio al exilio. Antes habían logrado que el emperador pronunciara sentencias semejantes contra varios otros de los jefes del partido niceno. Cuando Constantino decidió por fin recibir el bautismo, en su lecho de muerte, lo recibió de manos de Eusebio de Nicomedia.
A la muerte de Constantino, tras un breve interregno, le sucedieron sus tres hijos Constantino II, Constante y Constancio. A Constantino II le tocó la región de las Galias, Gran Bretaña, España y Marruecos. A Constancio le tocó la mayor parte del Oriente. Y los territorios de Constante quedaron en medio de los de sus dos hermanos, pues le correspondió el norte de Africa, Italia, y algunos territorios al norte de Italia. Al principio la nueva situación favoreció a los nicenos, pues el mayor de los tres hijos de Constantino favorecía su causa, e hizo regresar del exilio a Atanasio y los demás. Pero cuando estalló la guerra entre Constantino II y Constante, Constancio, que como hemos dicho reinaba en el Oriente, se sintió libre para establecer su política en pro de los arrianos.
Una vez más Atanasio se vio obligado a partir al exilio, del cual volvió cuando, a la muerte de Constantino II, todo el Occidente quedó unificado bajo Constante, y Constancio tuvo que moderar sus inclinaciones arrianas. Pero a la larga Constancio quedó como dueño único del Imperio, y fue entonces que, como diría Jerónimo "el mundo despertó como de un profundo sueño y se encontró con que se había vuelto arriano". De nuevo los jefes nicenos tuvieron que abandonar sus diócesis, y la presión imperial fue tal que a la postre los ancianos Osio de Córdoba y Liberio -el obispo de Roma- firmaron una confesión de fe arriana.
Consecuencias del concilio
Pero, ¿Cuales fueron las consecuencias de que el Imperio Romano se aliase con el cristianismo?, ¿Cómo es posible que aquellos héroes de la fe que aún poseían en su cuerpo las marcas del martirio obedeciesen al poder temporal congregándose en un concilio convocado por un emperador pagano, o por condescender, cristianizado a medias?
Constantino colmó de privilegios a los cristianos y elevó a muchos obispos a puestos importantes, confiándoles, en ocasiones, tareas más propias de funcionarios civiles que de pastores de la Iglesia de Cristo. A cambio, él no cesó de entrometerse en las cuestiones de la Iglesia, diciendo de sí mismo que era «el obispo de los de afuera» de la Iglesia. Las nefastas consecuencias de este conturbenio no fueron previstas entonces. Debido, sin duda, al agradecimiento que querían expresar al emperador que acabó con las persecuciones, los cristianos permitieron que éste se inmiscuyera en demasía en el terreno puramente eclesiástico y espiritual de la Cristiandad. Las influencias fueron recíprocas: comenzaron a aparecer prelados mundanos que en el ejercicio del favor estatal que disfrutaban no estaban, sin embargo, inmunizados a las tentaciones corruptoras del poder y daban así un espectáculo poco edificante. Esta corriente tendría su culminación en la Edad Media y el Renacimiento. Como reacción a esta secularización de los principales oficiales de la Iglesia, surgieron el ascetismo y el monasticismo que trataban de ser una vuelta a la pureza de vida primitiva, pero que no siempre escogieron los mejores medios para ello.
La mentalidad romana fue penetrando cada vez más el carácter de la cristiandad se exigió la mas completa uniformidad en las cuestiones más secundarias, como la fijación de la fecha de la Pascua y otras trivialidades parecidas que ya habían agitado vanamente los espíritus a finales del siglo III. Estas tendencias a la uniformidad fueron consideradas por los emperadores como un medio sumamente útil del que servirse para lograr la más completa unificación del Imperio. Contrariamente a lo que generalmente se dice, el Edicto de Milán no estableció el Cristianismo como religión del imperio. Esto vendría después, en el año 380 bajo Teodosio. El cristianismo no se convirtió en la religión oficial en tiempos de Constantino, pero devino la religión popular, la religión de moda, pues era la que profesaba el emperador. Tal popularidad, divorciada en muchos casos de motivos espirituales fue nefasta: «La masa del Imperio romano -escribe Schaff- fue bautizada solamente con agua, no con el Espíritu y el fuego del Evangelio, y trajo así las costumbres y las prácticas paganas al santuario cristiano bajo nombres diferentes»: «Sabemos por Eusebio -nos explica Newman (un cardenal Católico Romano)-, que Constantino, para atraer a los paganos a la nueva religión, traspuso a ésta los ornamentos externos a los cuales estaban acostumbrados. . . El uso de templos dedicados a santos particulares, ornamentados en ocasiones con ramas de árboles; incienso, lámparas y velas; ofrendas votivas para recobrar la salud; agua bendita; fiestas y estaciones, procesiones, bendiciones a los campos; vestidos sacerdotales, la tonsura, el anillo de bodas, las imágenes en fecha más tardía, quizá el canto eclesiástico, el Kyrie Eleison, todo esto tiene un origen pagano y fue santificado mediante su adaptación en la Iglesia» J. H. Newman. An Essay on the Development of Christian Doctrine, pp. 359, 360.
Esta situación preparó el camino a la promulgación del Cristianismo como religión oficial del Imperio romano. De manera que, los primeros edictos de Constantino y Licinio, proclamando la libertad de todos los cultos, no significaron el fin de la intolerancia religiosa sino que se convirtieron en las simples etapas iniciales de otra intolerancia que estaba en puertas. La plena libertad de conciencia que legalizaron los decretos de 313 y 314 era algo demasiado anticipado a los tiempos y pronto fue echada en olvido. Sirvió tan sólo para que, de alguna manera, Constantino lograra la introducción de la nueva fe en la legalidad del Imperio.
F. F. Bruce, pregunta con razón: «¿Qué tiene que ver todo esto con la misión del Siervo del Señor que Jesús pasó a sus seguidores? ¿Cómo podría el cristianismo llevar a cabo la tarea que le había sido encomendada y traer la verdadera luz a las naciones si afeaba de tal manera el mensaje que debía proclamar? Afortunadamente, como veremos, hay otro aspecto del cuadro; y es en éste otro lado que el progreso del Cristianismo auténtico se pone de manifiesto. Pero, con todo, hemos de reconocer que este progreso se ha visto seriamente retarda. do hasta nuestros días por la presencia de piedras de tropiezo -escándalos, para usar la palabra de origen griego-, colocadas por vez primera en el siglo IV y algunas de las cuales todavía hoy no hemos acertado a quitar».
Mas, como hemos dicho, la influencia fue recíproca. Además, cuatro siglos de predicación del Evangelio, pese a todas las imperfecciones de los cristianos, habían dejado una huella cuyas Influencias se notaban cada vez más en la vida social. La doctrina del hombre creado a imagen de Dios impuso restricciones a la costumbre de marcar a los esclavos en la cara y aún inició la serie de medidas que, finalmente, darían fin a la esclavitud misma. Comenzaron las medidas tendentes a la protección de los niños abandonados por sus padres ya la salvaguardia de la santidad del matrimonio. Pese a la infiltración del espíritu y las maneras paganas en la Iglesia, y pese a la propia decadencia espiritual de ésta, el poder del Evangelio hizo su impacto en el Imperio y aún más allá de sus fronteras. Pero, es en estas épocas cuando resulta más difícil el trazar la línea que distingue lo que es meramente institución eclesiástica y la que es la verdadera Ecclesia.
La libertad ganada con la sangre de los mártires y el sufrimiento de los confesores, se buscó a partir de entonces en las adulaciones y los conturbenios con el gobierno imperial. Sin darse cuenta, las Iglesias se debilitaron pues perdieron un elemento básico de la vida espiritual: la libertad moral. En aquel tiempo, no obstante, creyeron que por el contrario, hallaban su más grande emancipación.
Los concilios que tuvieron lugar inmediatamente después de la paz de Constantino, se resintieron de la intervención estatal que habría de coartar la plena libertad espiritual de los sínodos y la vida de la Cristiandad.
Para Constantino, el cristianismo vendría a ser la culminación del proceso unificador que había estado obrando en el Imperio desde hacía siglos. Había logrado que sólo hubiera un emperador, una ley y una ciudadanía para todos los hombres libres. Sólo faltaba una religión única para todo el Imperio. Para ello era preciso que hubiera igualmente una sola Cristiandad, uniformada al máximo posible. De esta manera, las discusiones doctrinales o disciplinarias de la Iglesia se convirtieron en problema de Estado.
Frane escribió:Ayer me cagué en los muertos de dios por que estoy harto de que los creyentes me quieran imponer sus creencias, aparte de la semana santa esta que la llaman.
Los testigos de jehová son unos asesinos por dejar morir a sus hijos por interpretar algo que está escrito en la biblia a rajatabla, pero voy a hacer de abogado del diabloEn África el 99'99% son moros de mierda, una plaga mayor aún que la de los gitanos, y aquí hay gente que los exterminaría antes que a los moros, pero no son racistas.
Precisamente en esos países tan radicales musulmanes es donde hay más promiscuidad, así que, qué más te da que los moros se harten de follar sin condón y propaguen el sida?, por lo menos no le quites el mérito a alguien que, te guste o no, está dando una opción, no follar. Si los poquitos que creen y aceptan son, 1000 sidosos menos?, algo se ha ganado, que no?. Aparte, si se pillan y se matan entre ellos, mejor, a ver si no levantan cabeza.
Enga, nos vemos.![]()
De las cuales, os quejareis de los católicos pero, en modernidad, al menos a los ortodoxos, que es lo que conozco de primera mano (he asistido a celebraciones y tal, como "espectador"), les superan de lejos. Tu vas a una misa ortodoxa y es gente cantando, arrodillada y moviendo la cabeza hacia arriba y al suelo, acia arriba y al suelo (espero que sin darse). Vestidos de negro y el cura de espaldas al pueblo. Da miedo927PoWeR escribió:OJO:
Por cierto, la Iglesia Católica es una ESCISIÓN (secta) de la corriente CRISTIANA, ya que hay, al menos, 4 reconocidas.
CRISTIANISMO CATÓLICO
CRISTIANISMO ORTODOXO
CRISTIANISMO COPTO
CRISTIANISMO ARRIANO
927POWER escribió:Sólo hay que leer sobre arrio y su movimiento (arriano), y como este movimiento tenía casi los mismos adeptos que el catolicismo, dándose el caso de que en España era religión oficial en tiempo de los visigodos.
Bobón escribió:Era la religión oficial de los visigodos (que representaban creo no mas del 5-10 por ciento de la población). Se convirtió en oficial por el concilio de Toledo, no porque la población lo aclamase.
Amílcar escribió:Por último, las escisiones: primero, hay 80 tipos más de cristianismo. Se te olvidan todos los protestantes y sus innumerables ramas, ramitas y ramitas tan chiquititas que son cuatro amigos. Ejemplos: anglicanos, calvinistas, 800 clases de luteranos, cuáqueros, mormones... Súmales cátaros y otras ya desaparecidas. Y todas ellas, como su propio nombre indica, se escinden de una Iglesia, bien porque se separan, bien porque se les expulsa, que es la actualmente católica, si bien en el caso de la ortodoxa sí que sería más discutible admitir tal cosa. Que, ya que se habló de ello, de la conversión de los visigodos y del III Concilio de Toledo viene uno de los motivos del Cisma de Oriente y Occidente.
927PoWeR escribió:
Las 4 primeras que cito se escinden del cristianismo, y las que tu comentas se escinden del catolicismo.
Es decir, son escisiones de escisiones.
Yo hablo de la corriente cristiana original (probablemente esenia), que sería, ya de por si, una escisión del Judaismo.
PD: las 80 que tu citas son derivadas del CATOLICISMO, ya que, aunque no reconocen el poder de roma, si acatan las escrituras reconocidas por el dogma católico.
SICOLOGUS escribió:Yo no entiendo como hay gente con tanta ira que esta dispuesta a leerse unos tochos terribles con tal de tener material con el que meterse con la iglesia
A ver si te suena alguna religión en la que su fundador haya resumido todas las reglas en una sola:927PoWeR escribió:Ojalá llegue el día en el que la única religión verdadera sea la del respeto a tu semejante, a aquella en la que tú no harás a tu vecino lo que no quieras que te hagan a ti.
SICOLOGUS escribió:A ver si te suena alguna religión en la que su fundador haya resumido todas las reglas en una sola:
"Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo sobre tí mismo"
Lo de comulgar con rosquillas que es la forma en la que un cura entiende que debe ser la comunion..... es como si dices que uno de esos -escasisimos, por cierto- curas pederastas hacen eso porque es lo que entienden por amar a los niños.
En esa iglesia son unos blasfemos y hay que pararles. Que se abran una ONG, nadie les ha dicho que no, pero en la iglesia las cosas se hacen como Jesucristo dijo, sin cachondeitos, solo con excepciones por enfermedad (por ejemplo, lo del gluten que comentabais)
Abusos sexuales y el Vaticano (Sex Crimes and the Vatican)
Argumento:
Un documental que resulta de la intensa labor de investigación en cámara oculta de manos de un equipo de la BBC, para descubrir cómo el Vaticano y el Papa Benedicto XVI constituyen el núcleo de una política internacional que pretende cubrir el abuso sexual a menores por parte de la Iglesia Católica.
El programa profundiza en la investigación de un importante documento conocido como Crimens Sollicitationis. Un documento secreto que resume el procedimiento a seguir por los sacerdotes frente a posibles alegaciones de abuso sexual a menores en contra de la Iglesia Católica. Crimens Sollicitationis fue escrito y distribuido por primera vez en 1962; y hacía jurar a todos los obispos católicos mantener el secreto sobre cualquier asunto en relación a este tipo de alegaciones, bajo pena de excomunión. Recientemente, en el 2001, el cardenal Joseph Ratzinger lo volvió a distribuir a todos los sacerdotes.
Por otra parte, el documental denuncia varios casos que han concluido con la exportación de algunos curas acusados de abuso infantil en el mundo desarrollado, hacia los sacerdocios sudamericanos y el mundo subdesarrollado. Estos traslados, realizados bajo la autoridad del Vaticano, han permitido que algunos de estos curas sigan cometiendo delitos sexuales.
El silencio púrpura
“El silencio púrpura” es un vertiginoso recorrido que documenta 20 años de una emergente crisis en la Iglesia Católica. El documental, dirigido y narrado por Mary Healey Conlon -ferviente católica-, profundiza en este fenómeno, que no es nuevo. Ya en 1985 el periodista Jason Berry, trató este tema en profundidad, pero los obispos se ocuparon de encubrir el problema: la política de los purpurados católicos era tratar los abusos sexuales cometidos por los curas como “casos aislados”.
Según un estudio realizado por encargo de la Conferencia Episcopal Católica de Estados Unidos, 4.392 sacerdotes han sido acusados en 10.667 casos de abusos sexuales contra menores cometidos en las diócesis de todo el país entre 1950 y 2002. No se da el nombre de ninguno de estos sacerdotes. Tampoco se identifica a ninguno de los obispos que, para encubrir a los agresores, simplemente los trasladaban de parroquia.
“El silencio púrpura” arroja nueva luz sobre este impactante asunto. Las revelaciones de abusos sexuales continúan, la Iglesia anuncia nuevas iniciativas y negociaciones para llegar a un acuerdo económico con los ofendidos. De hecho, la Iglesia Católica en Estados Unidos, para hacer frente a las indemnizaciones millonarias que ya han dictado los jueces, ha tenido que vender los inmuebles de varias parroquias. Pero este grave problema no se soluciona sólo con dinero. Las historias de estas víctimas transmiten una asombrosa y profunda fe, y sus testimonios buscan el camino de la reconciliación y cicatrización definitiva de las heridas del alma.
La propagación de estos hechos, muy aireados durante los últimos meses, ha impuesto un dramático cambio en la Iglesia Católica en todo el mundo. Ahora, se está investigando en la cuestión más importante de todo este asunto: el encubrimiento por parte de la jerarquía eclesiástica.
Por primera vez un cura pederasta confiesa en este documental sus delitos. Se trata del padre William que declara: “Lo importante era no ser descubierto. Y uno aprendía a comportarse para no ser descubierto”. Otro sacerdote, el padre John Bambrick, denuncia a un cura que abusó de él cuando todavía era un niño. Bambrick fue juzgado por un tribunal canónico de la Iglesia Católica por hablar públicamente del abuso que había sufrido.
“El silencio púrpura”, traza el mapa de los sacerdotes depredadores sexuales en Estados Unidos, encubiertos por una jerarquía eclesiástica que ha consentido estos abusos durante años y ha intimidado sin piedad a sus víctimas, la mayoría miembros de familias católicas.
El padre Tom Doyle, experto en derecho canónico y defensor de víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes, se pregunta con amargura dirigiéndose a los obispos: “¿Por qué permitisteis que los niños, los hijos de nuestros vecinos, de nuestros amigos, fueran violados y agredidos de esa manera?”
El pasado 4 de enero se conoció que la diócesis de Orange en California, tras dos años de proceso, había llegado a un acuerdo para indemnizar con cien millones de dólares a casi un centenar de personas víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes. La Iglesia Católica pretende zanjar, en todo Estados Unidos, este espinoso problema negociando acuerdos similares a este. Se calcula que poner punto final a todo el proceso le supondrá un desembolso de unos 1.000 millones de dólares.
Líbranos de todo mal (Deliver Us From Evil)
LOS ÁNGELES (AP).- Un cura apartado del sacerdocio se muestra entre arrepentido y frívolo al narrar con lujo de detalles toda una vida de abuso de menores en un documental. Casi al final de "la confesión más honesta de toda mi vida", mira a la cámara para guiñar un ojo y sonreírle a sus víctimas.
La confesión de Oliver O´Grady es el eje de un documental profundamente inquietante sobre la crisis de abuso que sacudió a la Iglesia católica, en una diócesis rural de California. Un relato perturbador porque, por vez primera, es narrado por el propio victimario.
O´Grady, de 61 años, fue deportado en 2001 a su nativa Irlanda tras cumplir una condena de siete años en una prisión estatal por violar a un par de hermanos. Reconoció haber abusado de por lo menos 25 niños y le costó a la diócesis de Stockton millones de dólares en demandas civiles.
En Líbranos de todo mal, la primera cinta de Amy Berg, la directora usa la extensa narrativa de O´Grady para cuestionar cuánto sabían los líderes de la diócesis de sus crímenes y los pasos que tomaron para detenerlo.
La película, que ganó el premio al mejor documental en el Festival de Cine de Los Ángeles, se estrena Los Ángeles y Nueva York el próximo 13 de octubre y en otros 10 mercados estadounidenses una semana después.
Deliver us from evil se enfoca en la relación de O´Grady con el cardenal de Los Ángeles, Roger Mahony, quien fue su obispo en Stockton a principios de la década de 1980, cuando O´Grady confesó haber abusado de al menos un menor. Mahony ahora lucha por resolver cientos de casos de abuso sexual contra la Arquidiócesis de Los Ángeles.
Berg abre el filme con O´Grady rezando entre un montón de velas encendidas. Se ve pensativo y tranquilo al reflexionar sobre sus 22 años de carrera en la diócesis de Stockton y el dolor ocasionado.
"Estoy aquí porque reconozco que mi vida ha sido un gran desequilibrio, causado principalmente por lo que hice", dice O´Grady. "Básicamente lo que les quiero decir es ... No debió haber ocurrido".
Berg, otrora reportera de televisión, dice se le ocurrió hacer un documental sobre la crisis de abuso en la Iglesia tras reportar sobre el tema para la cadena KCBS-TV en Los Ángeles y para CNN.
Cuando logró convencer a O´Grady que hablara ante las cámaras después de cinco meses de entrevistas telefónicas, le sorprendió su amargura ante el liderazgo del clero que lo habría protegido por años. Ahora reside en Thurles, Irlanda, a la sombra del seminario donde años atrás se entrenó para el sacerdocio.
Romcol escribió:Bueno, empezamos:
Bou escribió:Romcol, no sigas por ahí porque hace tiempo yo mismo ya discutí con Sicologus sobre la protección que reciben los pederastas por parte de la Cúpula eclesiástica y me dijo que le parece correcto, que Dios es amor y perdón.
Bou escribió:Romcol, no sigas por ahí porque hace tiempo yo mismo ya discutí con Sicologus sobre la protección que reciben los pederastas por parte de la Cúpula eclesiástica y me dijo que le parece correcto, que Dios es amor y perdón.
LadyStarlight escribió:Me gustaría, teniendo en cuenta esto y si es cierto lo que dice Bou, que SICOLOGUS me explicara la razón de que es correcto encubrir un delito de ese calibre.
SICOLOGUS escribió:A ver yo he dicho precisamente que decir una burrada como que uno puede comulgar con rosquillas es comparable a decir una burrada como que la pederastia alguien la podria considerar como la forma de algun cura de interpretar el amor a los niños. Algo de tal calibre de absurdez, simplemente, por poner un ejemplo.
SICOLOGUS escribió:Obviamente los curas pederastas no actúan en nombre de Dios y como tal se les saca de la Iglesia
SICOLOGUS escribió:En cuanto al castigo, es suficiente?
¿Estás seguro de que se les saca?SICOLOGUS escribió:Obviamente los curas pederastas no actúan en nombre de Dios y como tal se les saca de la Iglesia,
Pues a mi juicio esto precisamente es tirarse piedras contra su propio tejado.SICOLOGUS escribió:pero dentro de esto es normal que para no manchar su nombre (como vemos en sitios como este, mancha el nombre de toda la iglesia) intenten no airearlo mucho.
Nadie está diciendo que la Iglesia tenga que castigar al cura, sino que no tiene que encubrirlo convirtiéndose en cómplice, que es bastante distinto.SICOLOGUS escribió:Al cura le dejas sin ejercer y ya está, al menos en la parte interior, en la cárcel, teniendo que hacer penitencia para siempre y con un abrumador arrepentimiento recurrente durante el resto de su vida. No nos engañemos, un cura de estos no se va de rositas, tiene que ser psicologicamente luego un tio bastante jodido. Aun asi, este hombre nunca debió ser cura, y como tal se le quitan las facultades
creo que os estáis malinterpretando. SICOLOGUS no dice que sea comparable dar rosquillas en lugar de hostias al abuso de niños. Lo que dice es que los curas violadores no abusan de los niños por lo de "dejad que los niños se acerquen a mí", lo hacen porque son violadores y punto, por eso no se puede buscar una justificación a sus acciones en ningún texto bíblico.Romcol escribió: Pues sera comparable para ti, para mi no lo es, pero ni de lejos.
SICOLOGUS escribió:es normal que para no manchar su nombre (como vemos en sitios como este, mancha el nombre de toda la iglesia) intenten no airearlo mucho
la piedra angular del cristianismo es el perdon y es normal y coherente que sus propias normas esten fundamentadas sobre ese principio. Habla de dar una segunda oportunidad porque lo que proclama es el perdon y si no da ejemplo ella a sus fieles quien lo va a dar?
SICOLOGUS escribió:O a lo mejor la cita que querías hacer de aquel hilo es lo que digo mas abajo, que es lo mismo que digo en este, que a la iglesia no le conviene airear mucho los temas
SICOLOGUS escribió:Pero como que cinico y embustero alma de pollo
SICOLOGUS escribió:Nada, que no veo nada raro
SICOLOGUS escribió:Pero como que cinico y embustero alma de pollo, si dije que veo comprensible que echen tierra y lo sigo diciendo
Amílcar escribió:
De todas formas, hay gente para la que todo cura parece que es pedófilo...
Valnir escribió:+1 .. Puede que los casos sean más controvertidos y se les de más publicidad.. pero alguien puede asegurar que hay más curas pedófilos que profesores? o cualquier otra profesión vamos.. aquí generalizar está muy mal visto, pero sólo a veces.