A la madre de un amigo mío a pocas le espachurra un día una vecina que se tiró de un cuarto piso. Le cayó justo detrás, a cosa de un metro.
No veas tú para quitar luego la sangre de la blusa. Además, conocía a la suicida de toda la vida, pero vamos, que eso no le habría librado, si le llega a caer encima, de dejarla como un sello de cincuenta céntimos.