Nada de nada

Una tarde de abril. En un rincón más. Escribo. Me arrepiento, borro y vuelta a empezar. Dejé a Inspiración en el bar, tomando unas cañas con la noche. La miro, desde mi ventana, algo bebida, andando un poco torpe y tropezando en peldaños de realidad. Haciendo eses de rutina y agarrándose a farolas fundidas. ¡Sírveme otra copa! Le dice a la nada... ¡que mañana no madrugo! Y la nada, con aires amigables, harta de hacer de comodín en la baraja de las respuestas, le acompaña a casa, a dormir la mona, sin pensar en nada.
jeje, qué curiosa polaroid, empiezas hablando de una persona real y acabas riéndote de su inspiración... en el fondo deberías haber mandado al protagonista al bar; nunca está de más un romance entre la persona, la inspiración y la noche... Ondo ibili.
Genial. Una realidad alternando con una extraña ficción, pero de la cual se desprende un sentimiento de nostalgia.
Muy buena la forma de darle vida a la Inspiración. Curioso escrito, corto pero intenso.
Sau2.
La verdad es que fue un escrito surgido en la busca de inspiración la cual no surgía por ningún lado...

salu2 y thx por leerme
4 respuestas