Europa Universalis V propone a los jugadores vivir cerca de cinco siglos de historia, tiempo durante el cual decidirán el destino de cientos de naciones y sociedades en un mundo simulado "con profundidad y complejidad sin precedentes". "Europa Universalis V coge la premisa original de desarrollar naciones en un marco de gran rigor histórico y añade diplomacia más detallada, un modelo económico más sofisticado, un sistema militar rediseñado y mayor profundidad logística para desafiar hasta a los estrategas más avezados", dice Paradox Tinto.
A medida que avancen en su partida, los jugadores seguirán el transcurso de la historia al frente de una nación de su elección y decidirán su destino desde el final de la Edad Media hasta la era de las revoluciones. A medida que se viven los momentos clave se escribirá el futuro de la nación y abrirá la puerta a vivir historias alternativas para modelar el mundo en función de las ambiciones de cada uno. Cómo gobernar e intentar dirigir el mundo dependerá de cada uno. A las naciones y sus ciudadanos se los puede gobernar de muchas maneras, mientras que la relación con el resto de potencias puede ser por la vía diplomática o de la conquista.
Respecto al contenido adicional incluido en la Premium Edition, Paradox ha detallado que están enfocados en la historia de regiones específicas. Son los siguientes:
- Fate of the Phoenix (segundo trimestre de 2026): jugando con el Imperio bizantino hay que establecer y revivir el poder de roma. Incluye nuevos modos de plantar cara a la creciente amenaza otomana en Anatolia, la oportunidad de reconciliar una iglesia cristiana dividida y la posibilidad de restablecer la antigua gloria de Roma.
- Across the Pillars (tercer trimestre de 2026): a los mandos de Castilla, los jugadores liderarán la revuelta que expulsa a los últimos sucesores del dominio musulmán de la región. También será posible ponerse al lado de Marruecos para derrotar a los ejércitos del norte y quedarse con Gibraltar
- The Auld Alliance (cuarto trimestre de 2026): un contenido que enriquece el contexto histórico de Francia y Escocia, dos naciones ligadas por su desconfianza compartida hacia la corona inglesa.