Hablando en un podcast de IGN, Moore explica la historia desde que la compañía se dio cuenta de que Xbox 360 tenía un problema de sobrecalentamiento. Solucionarlo requería una inversión de 1.150 millones de dólares y los tenía que aprobar Steve Ballmer, director ejecutivo de Microsoft en esa época.
“Lo calculé con mi equipo financiero y había que poner 1.150 millones de dólares”, explica Moore. “Siempre recordaré que 240 millones eran para FedEx. Sus acciones debieron subir bastante durante las siguientes semanas”.
“Me senté inquieto delante de Steve, lo quiero muchísimo, pero puede ser una persona intimidante. Le dije: ‘si no hacemos esto la marca está muerta’ [..] Nunca olvidaré ese momento. Si eres jugador de Xbox, no dudes que debes agradecérselo a Steve Ballmer”.
“Si no hubiéramos tomado esa decisión en el acto entonces la marca Xbox y Xbox One hoy no existirían. [Ballmer] no se lo pensó dos veces antes de pagar 1.150 millones de dólares para proteger una marca que probablemente hoy vale tres o cuatro veces más”, explica Moore.
Cuando Microsoft atajó el problema de las “tres luces rojas” también anunció la expansión de la garantía de Xbox 360 a tres años con carácter retroactivo, siempre y cuando la consola sufriera el conocido problema.