En Estados Unidos, en la Universidad de Minnesota un equipo de investigación capitaneado por Nikolaos Papanikolopoulos ha empezado a usar los sensores de movimiento Kinect para analizar e investigar comportamientos o movimientos anómalos en niños pequeños que podrían indicar casos de autismo, déficit de atención o desorden compulsivo-obsesivo. Kinect aporta al proceso de observación subjetividad ya que prescinde de elementos colocados sobre el cuerpo de los pequeños para la captación de movimientos. Además, su precio de $150 la unidad está muy lejos de los $100.000 que puede costar un equipo de observación.
En Canadá, el hospital de Toronto ha introducido Kinect en los quirófanos. Durante una operación los cirujanos necesitan manipular imágenes médicas obligandoles a salir del ambiente estéril donde está el paciente. Para entrar y salir de un quirófano los médicos necesitan someterse a un proceso de limpieza con el que se pueden perder hasta 20 minutos. Gracias a Kinect los cirujanos manipulan las imágenes con gestos sin salir de la sala ni tocar la computadora. Según el oncólogo Dr. Calvin Law, utilizar Kinect no solo ahorra tiempo permitiendo realizar más operaciones al día si no que también elude las interrupciones. Por el momento Kinect ya ha sido usado en 6 intervenciones y el objetivo es extender su uso.
Y por último viajamos hasta Alemania. En la Universidad de Konstanz dos estudiantes de postgrado han elaborado un proyecto basado en Kinect. El dispositivo montando en un casco utiliza la cámara de infrarrojos para analizar el entorno y mediante audio avisa al portador de donde se encuentra y que tiene a su alrededor. En este vídeo podéis ver como funciona el sistema.