Wii -- Bueno Fanboys me despido

colecconsolas está baneado por "troll"
Ha funcionado lo de poner Wii para que entres ?----

Buenas tardes a sus majestades de EOL MULTIPLATAFORMA

Visto que claramente se ha impuesto un nuevo regimen de tinte fascistoide, derechista a la vez que pueril, pero con mayores dosis de infantilismo narcisista... me veo en la obligacion de hacer el siguiente comunicadode despedida....

Pagaré con mi Baneo la defensa de principios que son caros a esta patria/foro. Caerá un baldón sobre aquellos que han vulnerado sus compromisos, faltando a su palabra, roto la doctrina de la libertad de opinion de Inet.

Los criticos librepensadores del subforo deben estar alerta y vigilantes. No deben dejarse provocar, ni dejarse masacrar, pero también deben defender sus conquistas. Deben defender el derecho a construir con su esfuerzo una subforo digno, mejor y libre de fanboys.

Una palabra para aquellos que llamándose demócratas han estado instigando esta sublevación, para aquellos que diciéndose representantes del subforo, han estado turbia y torpemente actuando para hacer posible este paso que coloca a EOL en el despeñadero.

En nombre de los más sagrados intereses del subfor, en nombre de la EOL los llamo a ustedes para decirles que tengan fe. La historia no se detiene ni con el Baneo ni con el cierre de hilos. Ésta es una etapa que será superada, éste es un momento duro y difícil. Es posible que nos aplasten, pero el mañana será de los casual, será de los criticos con el moderato recien inpuesto. La humanidad avanza para la conquista de un EOL mejor.

Quizás sea ésta la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes. La Fuerza Aérea Fanboy ha bombardeado las mentes de los jovenes volviendoles borregos sin pensamiento critico propio.OMFG es de Nintendo.... Mis palabras no tienen amargura, sino decepción, y serán ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron.

Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha; me dirijo al Nintendero, al Xboxer, al Sonyer al Seguero, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro subforo el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente en los atentados terroristas al librepensamiento, volando puentes, cortando las vías férreas, destruyendo los oleoductos y los gasoductos,cerando hilos, frente al silencio de los que tenían la obligación de proceder. La historia los juzgará.

¡Viva el subforo, viva EOL, vivan los casual librepensantes!

PD. Miyamoto hizo el capullo y no sabe bailar.
¿Para esto tienes que abrir un post?

Adios. No se te echará de menos.

PD: Deja el opio.
adios y no vuelvas, lo que no entiendo es porque tanto discursito con un simple adios hubiera bastado
:-?

esto es un foro tio, no hace falta que te despidas, simplemente cojes y te vas xD


PD: ta luego
Te llevaré en mi alma... :-p
Si es que... a quien se lo ocurre criticar un poco a Nintendo ¿no ves que eso es pecado?.
En cambio, el único problema que necesita solución es, sin duda alguna, el de cómo sea posible el imperativo de la moralidad, porque éste no es hipotético y, por lo tanto, la necesidad representada objetivamente no puede asentarse en ninguna suposición previa, como en los imperativos hipotéticos. Sólo que no debe perderse de vista que no existe ejemplo alguno y, por lo tanto, manera alguna de decidir empíricamente si hay semejante imperativo; precisa recelar siempre que todos los que parecen categóricos puedan ser ocultamente hipotéticos. Así, por ejemplo, cuando se dice: “no debes prometer falsamente”, y se admite que la necesidad de tal omisión no es un mero consejo encaminado a evitar un mal mayor, como sería si se dijese: “no debes prometer falsamente, no vayas a perder tu crédito al ser descubierto”, sino que se afirma que una acción de esta especie tiene que considerarse como mala en sí misma, entonces es categórico el imperativo de la prohibición. Mas no se puede en ningún ejemplo mostrar con seguridad que la voluntad aquí se determina sin ningún otro motor y sólo por la ley, aunque así lo parezca; pues siempre es posible que en secreto tenga influjo sobre la voluntad el temor de la vergüenza, o acaso también el recelo obscuro de otros peligros. ¿Quién puede demostrar la no existencia de una causa, por la experiencia, cuando ésta no nos enseña nada más sino que no percibimos la tal causa? De esta manera, empero, el llamado imperativo moral, que aparece como tal imperativo categórico e incondicionado, no sería en realidad sino un precepto pragmático, que nos hace atender a nuestro provecho y nos enseña solamente a tenerlo en cuenta.
Tendremos, pues, que inquirir enteramente a priori la posibilidad de un imperativo categórico; porque aquí no tenemos la ventaja de que la realidad del mismo nos sea dada en la experiencia y, por tanto, de que la posibilidad nos sea necesaria sólo para explicarlo y no para asentarlo. Mas provisionalmente hemos de comprender lo siguiente: que el imperativo categórico es el único que se expresa en ley práctica, y los demás imperativos pueden llamarse principios, pero no leyes de la voluntad; porque lo que es necesario hacer sólo como medio para conseguir un propósito cualquiera, puede considerarse en sí como contingente, y en todo momento podemos quedar libres del precepto con renunciar al propósito, mientras que el mandato incondicionado no deja a la voluntad ningún arbitrio con respecto a lo contrario y, por tanto, lleva en sí aquella necesidad que exigimos siempre en la ley.
En segundo lugar, en este imperativo categórico, o ley de la moralidad, es muy grande también el fundamento de la dificultad —de penetrar y conocer la posibilidad del mismo—. Es una proposición sintético-práctica a priori, y puesto que el conocimiento de la posibilidad de esta especie de proposiciones fue ya muy difícil en la filosofía teórica, fácilmente se puede inferir que no habrá de serlo menos en la práctica.
En este problema ensayaremos primero a ver si el mero concepto de un imperativo categórico no nos proporcionaría acaso también la fórmula del mismo, que contenga la proposición que pueda ser un imperativo categórico; pues aun cuando ya sepamos cómo dice, todavía necesitaremos un esfuerzo especial y difícil para saber cómo sea posible este mandato absoluto, y ello lo dejaremos para el último capítulo.
Cuando pienso en general un imperativo hipotético, no sé de antemano lo que contendrá; no lo sé hasta que la condición me es dada. Pero si pienso un imperativo categórico, ya sé al punto lo que contiene. Pues como el imperativo, aparte de la ley, no contiene más que la necesidad de la máxima de conformarse con esa ley, y la ley, empero, no contiene ninguna condición a que esté limitada, no queda, pues, nada más que la universalidad de una ley en general, a la que ha de conformarse la máxima de la acción, y esa conformidad es lo único que el imperativo representa propiamente como necesario.
El imperativo categórico es, pues, único, y es como sigue: obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal.
Ahora, si de este único imperativo pueden derivarse, como de su principio, todos los imperativos del deber, podremos —aun cuando dejemos sin decidir si eso que llamamos deber no será acaso un concepto vacío— al menos mostrar lo que pensamos al pensar el deber y lo que este concepto quiere decir.
La universalidad de la ley por la cual suceden efectos constituye lo que se llama naturaleza en su más amplio sentido (según la forma); esto es, la existencia de las cosas, en cuanto que está determinada por leyes universales. Resulta de aquí que el imperativo universal del deber puede formularse así: obra como si la máxima de tu acción debiera tornarse, por tu voluntad, ley universal de la naturaleza.
Pero suponiendo que haya algo cuya existencia en sí misma posea un valor absoluto, algo que, como fin en sí mismo, pueda ser fundamento de determinadas leyes, entonces en ello, y sólo en ello, estaría el fundamento de un posible imperativo categórico, es decir, de la ley práctica.
Ahora yo digo: el hombre, y en general todo ser racional, existe como fin en sí mismo, no sólo como medio para usos cualesquiera de esta o aquella voluntad; debe en todas sus acciones, no sólo las dirigidas a sí mismo, sino las dirigidas a los demás seres racionales, ser considerado siempre al mismo tiempo como fin. Todos los objetos de las inclinaciones tienen sólo un valor condicionado; pues si no hubiera inclinaciones y necesidades fundadas sobre las inclinaciones, su objeto carecería de valor. Pero las inclinaciones mismas, como fuentes de las necesidades, están tan lejos de tener un valor absoluto para desearlas, que más bien debe ser el deseo general de todo ser racional el librarse enteramente de ellas. Así, pues, el valor de todos los objetos que podemos obtener por medio de nuestras acciones es siempre condicionado. Los seres cuya existencia no descansa en nuestra voluntad, sino en la naturaleza, tienen, empero, si son seres irracionales, un valor meramente relativo, como medios, y por eso se llaman cosas; en cambio, los seres racionales llámanse personas porque su naturaleza los distingue ya como fines en sí mismos, esto es, como algo que no puede ser usado meramente como medio, y, por tanto, limita en ese sentido todo capricho (y es un objeto del respeto). Estos no son, pues, meros fines subjetivos, cuya existencia, como efecto de nuestra acción, tiene un valor para nosotros, sino que son fines objetivos, esto es, cosas cuya existencia es en sí misma un fin, y un fin tal, que en su lugar no puede ponerse ningún otro fin para el cual debieran ellas servir de medios, porque sin esto no hubiera posibilidad de hallar en parte alguna nada con valor absoluto; mas si todo valor fuere condicionado y, por tanto, contingente, no podría encontrarse para la razón ningún principio práctico supremo.
Si, pues, ha de haber un principio práctico supremo y un imperativo categórico con respecto a la voluntad humana, habrá de ser tal que, por la representación de lo que es fin para todos necesariamente, porque es fin en sí mismo, constituya un principio objetivo de la voluntad y, por lo tanto, pueda servir de ley práctica universal. El fundamento de este principio es: la naturaleza racional existe como fin en sí mismo. Así se representa necesariamente el hombre su propia existencia, y en ese respecto es ella un principio subjetivo de las acciones humanas. Así se representa, empero, también todo ser racional su existencia, a consecuencia del mismo fundamento racional, que para mí vale; es, pues, al mismo tiempo un principio objetivo, del cual, como fundamento práctico supremo, han de poder derivarse todas las leyes de la voluntad. El imperativo práctico será, pues, como sigue: obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca meramente como un medio. Vamos a ver si esto puede llevarse a cabo. [Kant: Fundamentación de la metafísica de las costumbres.]
Si te vas no hace falta que lo pongas aquí. Puedes ponerlo en el Rincón o en Feedback y ya está.

Y sobre todo, si estás descontento con los moderadores, puede que o este no sea tu foro, o debas quejarte por alguna actuación suya en Feedback :-P

PD: Sayônara :)
desde luego que a algunos les gusta hacerse notar, si te vas te vas, esto es un foro de videoconsolas multiplataforma no de despedidas de nadie ....
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