El origen de la costumbre de doblar películas en España proviene efectivamente del franquismo, pero no por ningún motivo de defensa a ultranza del español, sino porque, de emitirse en V.O., aquellos que supieran inglés, o francés, o el idioma original de la película, la verían tal cual fue concebida... es decir, sin censura. El motivo de doblar las películas fue que así era posible cambiar completamente el sentido de algunas frases poco simpáticas para las ideas del régimen o claramente pecaminosas. Hay algunos ejemplos realmente esperpénticos, como aquella famosa película de aventuras africanas donde la censura, en su doblaje y para evitar que en los diálogos se viese que había una infidelidad conyugal de por medio, cambiaron el parentesco de los protagonistas, lo que dió como resultado que lo que en su versión original eran unos cuernos de lo más corriente, por obra y gracia de un censor puritano bastante idiota acababa convirtiéndose en la versión doblada en un incesto con todas las de la ley

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Sesenta años después, simplemente se ha convertido en una costumbre (con resultados horrorosos en algunas ocasiones, y prefiero no recordar el doblaje perpetrado en El Resplandor, o la puta moda que hay ahora de que famosetes de cualquier profesión pongan voz a las películas de animación cargándoselas completamente).
Aun así, hay excelentes profesionales del doblaje que dignifican su trabajo.
Yo creo que habría que aprovechar todas las ventajas que nos trae la tecnología y ofrecer los productos "a la carta", como quien ve un DVD, con la posibilidad de elegir el idioma que se quiera y los subtítulos que a cada cual le de la gana. A fin de cuentas, para qué queremos tanto avance y tanta hostia si luego no lo aprovechamos.