CAPITULO IX
INTERMEDIO EN TRES TIEMPOS
PRIMER TIEMPO: MAGIA Y GÉNERO LITERARIO
1. Diatriba y mundo moral
Las dos maneras más radicales de enfrentarse con lo maravilloso entre los hombres son la del que está dispuesto a aceptarlo
por sistema y la del que
por sistema no lo acepta.Estas dos maneras existen, han existido y existirán siempre, y las diferencias en el tiempo y el espacio son puramente cuantitativas: hay momentos en que imperan los negadores y otros en que triunfan los creyentes. La Filosofía greco-latina más popular, expresada en la "diatriba", ya consideró tema importante el de combatir creencias antropomórficas, el temor a los suplicios infernales, el respeto a los templos y objetos de culto, la creencia -por fin- en los oráculos y adivinaciones: en un texto griego, el
Pseudo-Diógenes, hasta se llega a decir que toda preocupación religiosa debe ser descartada: (mandanga en griego. Luego lo leeis en google). El proceso de vulgarización de un pensamiento eminentemente moralizador, satírico, contrario a las ciencias y a las artes tanto como a las creencias, expresado en forma de fábulas y apólogos y ocn personajes que vienen a representarlo, es un proceso largo en la historia de los pueblos occidentales, y acaso Diógenes y Esopo no fueron en su día tan populares como muchos años y aun siglos después lo han sido. Los griegos y los latinos llegaron a grandes negaciones. Séneca suscribe casi todas las ideas de los viejos negadores cínicos, helénicos, en el sentido indicado, y después de Séneca retóricos como Luciano escribieron sátiras contra las creencias religiosas greco-romanas que fueron aprovechadas por los apologistas cristianos.
La burla moralizadora siempre ha sido un arma violenta: hasta de dos filos. El moralista, al final, reduce el mundo a unas cuantas reglas de conducta: noventa y cuatro temas contaba como base para la "diatriba" romana un erudito que estudió sus orígenes. La cuestión es hacer paréntesis y renuncia de casi todo: hay que renunciar a la artes liberales, la dialéctica, la física, la retórica, la gramática, la historia, las matemáticas, la música y la medicina; despreciar los bienes mayores y llegar a la "autarquía" moral y a la verdadera sabiduría; perseguir el bien moral únicamente. El mal está en las pasiones que enloquecen, en los temores y en las creencias. El hombre moral, el sabio de la "diatriba", es un ente, un personaje de apólogo. Enfrente están casi todos los demás hombres y mujeres reales. Desde el astrónomo ocupado en el cálculo más abstruso hasta la muchacha enamorada o el pobre ganapán, pasando por emperadores, príncipes, magnates, ricos, etc., etc. El mundo moral es una seca abstracción. Frente a él hay otras; no menos abstracto es el mundo o mundos de lo maravilloso.
Si en el uno reinan Diógenes, tal como lo pinta su homónimo, o Menippo, el usurero satírico, o cualquiera de los demás filósofos cínicos, en el otro dominan los taumaturgo, los filósofos herméticos, esotéricos. En épocas más modernas podemos hallar contrastes parecidos, ya que no iguales. Aquí, en España, en el momento en que damas y caballeros se volvían locos con los libros de caballerías, había moralistas como el arcipreste de Talavera o poetas en los que el genio satírico, de la diatriba, volvía como a rebrotar bajo la capa de la Ascética cristiana. Un mundo está lleno de prestigios, de encantos, de portentos. Otro es de una sequedad absoluta, no deja lugar más que a pensamientos ascéticos. Pero la mayoría no vive en ninguno de los dos y toma elementos de los dos. A veces se recurre a la sentencia, al refrán moralizador un poco plebeyo o lleno de lo que se llama "sentido común". La idea de que existe una "sabiduría popular" arranca, en gran parte, de la consideración de proverbios y fábulas ligadas con un viejo pensamiento de tipo "cínico", en el sentido estricto de la palabra. Pero otras veces no hay proverbio que valga y el mismo grupo o un individuo que ha usado de refranes a granel se deja llevar por la fuerza de lo maravilloso.
Los dos pensamientos coxisten: no se ha de considerar a uno como anterior a otro en bloque. Pero en la lucha eterna hay fases en que los que representan al uno son más fuertes que los que representan al otro.
Todavía no se ha hecho un buen análisis de los libros de caballerías desde un punto de vista sociológico, ni se han resaltado los resortes humanos sobre los que actuaban al alcanzar la difusión que tuvieron. Los eruditos han estudiado la "materia de Bretaña" como quien estudia un fósil curioso, se han dejado seducir por los problemas de transmision, y pare usted de contar.
http://books.google.es/books?id=VCO-RW5 ... &q&f=false