Si fuera de pueblo sabría que JAMÁS hay que ponerse detrás de un caballo o una vaca. Debido a cómo tienen situados los ojos no controlan demasiado bien su entorno y son animales muy asustadizos que a la mínima que notan algo raro sueltan la coz. Ya ni te cuento si la yegua no lo vio venir y sintió que de repente algo le levantaba la cola, la ostia estaba asegurada.