Un policía chino es declarado mártir tras fallecer por ...

Un policía chino es declarado mártir tras fallecer por la ingestión de alcohol en una comida oficial

• Rechazar un brindis es una falta de respeto inexcusable en China

El sargento de policía Chen Lusheng tenía reputación en su departamento de bebedor sin límites, pero los encontró días atrás. Tras una pantagruélica cena con funcionarios del Partido Comunista cayó en un sofá, fue llevado al hospital, declarado muerto por coma etílico y nombrado mártir caído en acto de servicio.
El título honorífico permite aumentar la compensación legal a su tozuda viuda. Los 360.000 yuanes (unos 37.000 euros) ofrecidos inicialmente han subido a 650.000 (unos 66.500 euros), juzgados aún insuficientes. La familia ha anunciado una demanda judicial de 4,8 millones de yuanes (490.000 euros). Ya organizó la capilla ardiente en la comisaría y una colecta entre sus más de 40 agentes y 120 administrativos.
El aguardiente nacional
Los opíparos banquetes con cargo al erario son un motivo recurrente de cabreo social. Cuestan unos 500.000 millones de yuanes (más de 51.000 millones de euros) anuales de dinero público, casi un tercio del gasto nacional en cenas en restaurantes. Están bien regados con bai jiu, el aguardiente nacional con regusto a gasolina y nunca menos de 37 grados. Las botellas se vacían a fuerza de gan bei, expresión que obliga a vaciar el vaso de un trago. El consumo de alcohol nació en los rituales religiosos de la dinastía Han (206 a.C. – 220 d.C.). Dos milenios después es cotidiano y se vincula con los deseos de fortuna, salud y larga vida.
Los derroches oficiales son tan onerosos como inmorales, y los comensales son presentados como termitas que carcomen las estructuras del partido y la caja del país. De las víctimas se habla menos. El uso casi imperativo del alcohol para regar acuerdos o bautizar amistades impide una mayor presencia de la mujer en ámbitos decisorios.
Chen es otra víctima. El responsable del otorgamiento del título de mártir ha sido cesado, pero eso no lo convierte en descabellado. Chen, descrito por sus compañeros como trabajador y honesto, era por su aguante el elegido para representar al cuerpo en las cenas con los políticos locales, con quienes conviene estrechar las relaciones. Algunas profesiones en China exigen la asistencia a banquetes. El placer del exceso tiende a desaparecer si es obligatorio y rutinario. Rechazar un brindis es una falta de respeto inexcusable en China, incluso para enfermos del hígado y conductores.
Un funcionario anónimo de la provincia de Shandong reconocía hace unos meses en el diario China Daily su incapacidad de vencer la inercia: «Quedaríamos mal si no emborracháramos a nuestros invitados. Ni yo ni ellos queremos beber, pero estamos obligados por la regla no escrita». El problema es de tal magnitud que algunos funcionarios locales contratan a ayudantes personales basándose en su aguante etílico para que les ayuden a soportar la carga.
Li Chengyan, profesor en la escuela del Partido de la Peking University, admitía que «beber con invitados o con otros funcionarios es parte del trabajo» y recordaba que la costumbre, además de sangrar las arcas públicas, arruina la salud de los servidores públicos. Chen fue la tercera víctima de la cultura del gan bei del 2009.
Inercia histórica
En noviembre había muerto Shen Hao, jefe del partido en Xiaogang, un pueblo de la provincia de Anhui (este) con resonancias míticas: treinta años atrás, el atrevimiento de un grupo de famélicos campesinos para vulnerar el sistema de cuotas germinó en la apertura económica. Shen era un líder sinceramente querido en Xiaogang, adonde había llevado numerosas infraestructuras. Murió tras una cena con empresarios a quienes intentaba convencer de que invirtieran en la zona.
Algunos gobiernos locales han prohibido el alcohol en las comidas oficiales. Otros incluso someten al alcoholímetro a sus funcionarios después de la hora del almuerzo, con frecuentes lamentos de los empresarios hosteleros por la caída de los ingresos. Pero los sociólogos sostienen que será muy difícil vencer la inercia histórica entre los políticos chinos mientras Pekín no legisle claramente contra ella.

http://www.elperiodico.com/default.asp? ... PK=1007&h=
Si la cena era oficial ... estaba trabajando por lo que tendrá derecho a indemnización. A mi también me obligan a ir a las cenas de empresa , si me caigo de borracho y me abro la cabeza ... es baja laboral ?
BraunK escribió:Si la cena era oficial ... estaba trabajando por lo que tendrá derecho a indemnización. A mi también me obligan a ir a las cenas de empresa , si me caigo de borracho y me abro la cabeza ... es baja laboral ?


Pues en mi empresa es asi, las cenas/comidas de empresa son una extension de la jornada laboral (vamos eso es la teoria) luego en la practica ya se veria.


Al menos murio haciendo lo que mas le gustaba...
BraunK escribió:Si la cena era oficial ... estaba trabajando por lo que tendrá derecho a indemnización. A mi también me obligan a ir a las cenas de empresa , si me caigo de borracho y me abro la cabeza ... es baja laboral ?

Te obligan a ir, pero no creo que te pongan una pistola en la sien para que bebas como un cerdo [+risas]
pantagruélica

¡Existe!

[+risas]
Yo a ese hombre le daria un pin de Doraemon.
Jack6 escribió:
pantagruélica

¡Existe!

[+risas]


A veces me siento raro [+risas]

http://es.wikipedia.org/wiki/Gargant%C3%BAa_y_Pantagruel
6 respuestas