Un país llamado Caóticus 2 - Maltrato (Continuación …)
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Aves de mal agüero que sólo pretendían algo de macabro protagonismo, patéticos duendecillos, primates sin evolución posible, asquerosas criaturas concebidas para hacer el mal, lo peor de todo es que quizás no valían para otra cosa, ni eran felices ni podían consentir que los demás lo fueran, ni vivían ni dejaban vivir. Su ruindad les salía del alma, al fin y al cabo era su naturaleza.
Chulos falaces ruines, viles camorristas borrachos y sobretodo cobardes. Sólo disfrutaban cuando torturaban o sometían, mientras mas débil fuera su víctima más disfrutaban, cuando a ellos les hacían algo chillaban como ratas y pedían justicia. En cambio, cuando masacraban a una inocente no se acordaban de la justicia.
El viento decía tu nombre, gritos que nadie quería oír, silencios sepulcrales que pesaban como una losa, lamentos a los que ponían un muro de indiferencia, velados mensajes de desamor, odios desproporcionados.
Salvajes que medio mataban una y otra vez a las pobres infelices, jueces que no querían enterarse, la sociedad que no le daba importancia. En realidad todos tenían su parte de culpa: Unos porque hablaban mucho y no hacían nada, otros porque creían que no era para tanto, hasta que no les pasara a sus hijas, hermanas, nietas o sobrinas, incluso amigas.
Incluso yo, como ciudadano de Caóticus, por desgracia también tuve mi porcentaje de culpa, puesto que todos teníamos que haber hecho más y terminado hace tiempo con aquella vergüenza.
JUSTICIA DE CAÓTICUS.-
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Su cara era la viva imagen de la desesperación y del terror, desencajada, pálida y con una tristeza indeleble. Pidió un café, la gente la observaba pero ella parecía estar en otra dimensión, nerviosa, asustada …
De pronto, entró un energúmeno y sin mediar palabra empezó a insultarla, la cogió del pelo y la arrastró hasta la calle donde empezó a pegarle sin piedad. Uno de los clientes le dijo “Por favor, déjela en paz”. Entonces el cerdo salvaje sacó una navaja y forcejearon. El maravilloso ciudadano recibió dos heridas superficiales, una en el brazo y otra en la mano, pero finalmente consiguió reducirlo. Los mirones del bar llamaron a la policía con un móvil y se llevaron a comisaría a los dos, al cerdo agresor y al ciudadano modelo, al menos para la gente honrada de Caóticus .
Una vez en comisaría el cerdo maltratador dijo que tenía el brazo roto, así que denuncio al pobre ciudadano que lo único que había hecho era ayudar a una pobre mujer que de no haber sido por su intervención probablemente estaría malherida, incluso muerta (No sería la primera). Después, lo de casi siempre, la mujer se quedó con la paliza a pesar de que el cerdo maltratador tenía orden de alejamiento y que ésta era la enésima vez que hacía caso omiso a dicha orden, además de la paliza a la pobre mujer. Pero claro, las mujeres para algunos jueces de Caóticus eran presuntas cucarachas.
Después, cuando se celebró el juicio, el pobre hombre, que lo único que hizo fue socorrer a una pobre mujer indefensa, tuvo que pagarle al maltratador los gastos de hospitalización, más los días que el criminal estuvo sin trabajar, gastos del juicio, multa … etc. Le buscaron la ruina. ¿Eso era justicia? Entonces ¿Cual era la alternativa? ¿Dejar que a la pobre mujer la machacara el maltratador y no hacer nada? Eso era justicia para los jueces de Caóticus. Es que no había nadie en caóticus que de una vez por todas impidiera esa injusticia.
Porque claro, el mensaje era muy claro, si alguien en caóticus machacaba a una mujer había que mirar para otro lado, de lo contrario, si intervenías, te podían pasar las siguientes desgracias: Primera, que se escapara una puñalada y te mandara al otro mundo, segunda, que el que intervenía durante el forcejeo le diera un mal golpe al cerdo maltratador y te buscaran la ruina. Por lo tanto, lo mejor era mirar para otro lado. “Precioso” mensaje de los jueces de Caóticus. ¿O tal vez repugnantemente y vergonzoso?
Continuará ….
Estos escritos son las continuaciones de un cuento llamado “Un país llamado Caóticus”. Por supuesto todas las situaciones son inventadas. Si alguna situación coincidieran con algún hecho real seria pura coincidencia y para que conste así lo manifiesto. tori21.
