Sí señor porfin se demuestra que la iglesia es el mejor negocio que uno puede montar, desde luego el tio no tien perdón de Dios, pero hay que reconocer que la gran mayoría son así.
Sin ir más lejos el Obispo de Jaén come casi todos los días en el Castillo de Santa Catalina de Jaén, y la fama que tiene no es de ser barato, vusotros me diréis.