Que del éxito del socialismo en Italia han sido las primarias con listas abiertas ya se ve que no toman nota los militantes, que ya podrá decir el autor que el 33% son hipercríticos, pero lo mismo que les ha costado la vida reconocer que Zapatero es un gobernante nefasto (independientemente de la coyuntura económica internacional), les está costando reconocer que Rubalcaba es más de lo mismo. O peor.
Y erre que erre, se dan palmaditas diciendo que tienen un buen candidato.
Y todo porque sabe chinchar a la oposición con su lengua afilada.
Mal hipercriticismo es el que prefiere a un político que pelee en el barro antes de uno que presente un proyecto.
Porque ese es el proyecto de Rubalcaba, recortar puntos metiendo miedo y sacando al dóberman.
Pero sin que lo parezca.
Arquear las cejas y encogerse mucho de hombros, haciéndose el inocente o el ofendido -lo que toque-, para hacer creer que los que gustan del barro son siempre los otros y que él nunca ha roto un plato.
Y seguir considerando a Rubalcaba como un gran activo del PSOE en vez de un lastre y al tiempo ser crítico ahora (y nunca antes) con lo que de forma evidente ha dañado la imagen del PSOE hace que uno se pregunte si lo que se busca no es tanto una reflexión que lleve a la renovación, como tomar aire, coger impulso y recuperar cierta credibilidad que les permita volver al discurso demagogo y buenista que manejan de maravilla.
Espero que desde dentro haya cada vez más voces renovadoras y que se impongan a los que durante años han conseguido suplantar el progresismo por el discurso único y la falta de autocrítica.
Sería una pena que se quedase en un lavado de imagen para entonar un mea culpa a medias y hacer digerible al candidato de la Ejecutiva para los que no lo hayan tragado todavía.
Porque se habla de buscar alternativas con nuevos candidatos, pero lo que hay que apuntar es hacia la Secretaría General (de la que Zapatero debería haber dimitido) y en definitiva, hacia la Comisión Ejecutiva Federal.
Hasta que no consigan mover esas dos losas, que no vayan soñando en conseguir provocar un cambio haciendo ruido en las primarias.
Es un buen intento, pero creo que por ahí no van a conseguir nada.